En fin. Tratemos de dejar de lado mis problemas de psicoanálisis: el segundo punto fue que Pereza fue un grupo que, desde el inicio fue mimado hasta la náusea por la prensa: El País, La Revista 40, sobre todo en la Rolling Stone, que parecía que vivían en el piso de arriba o eran sobrinos del director… Y es cierto que ya en el segundo disco había un temazo descomunal pop como “Pienso en aquella tarde”, por lo que intenté perdonar nuestra cuenta pendiente de los diez euros y, visto que Pereza, indiscutiblemente era un grupo para niñas, comprar el segundo disco a mi hermana pero escucharlo de vez en cuando de estrangis…
¿Qué pasó? Pues todo aquel que haya escuchado el segundo disco de Pereza sabe que es bastante mediocrecillo… Si quieres bailamos está digna… Hay momentos sonrojantes… Y los geniales están escondidos entre temas que ni fú ni fá (ese “Llevo gafas de sol mientras curro en la carretera!” que grita Rubén entre dos guitarrazos…). Aunque ya sí se ve un grupo tequilero, con posibilidades de hacerlo casi bien en cuanto mejoren un poco las letras… Eso sí, ya habían hecho un auténtico TEMÓN IM-PRESIONANTE, que vergüenza me daba reconocerlo:
Digamos que, nosotros que siempre hemos sido la hostia de guays, y escuchamos a Extremoduro y alguna vez miramos alguna foto de Lou Reed, y sabemos alguna de la Polla y tenemos el poster de los Pistols, les podíamos perdonar la vida... para estar hablando, eso sí, de un grupo de POP COMERCIAL, sin duda, sin discusión posible y sin el más mínimo motivo para hacerse los indignados… porque en todas las canciones tiran de la estructura típica, tienen cuidado de no sonar ni tan siquiera mínimamente ruidosos en ningún arreglo ni ganarse ninguna posible bronca con ningún verso… Algo que en mi estado de adolescente sabeolotodo (y, por supuesto, auténtico) me repateaba de la hostia en relación con su imagen pública de malos malotísimos, keithrichards de pacotilla, peligrosos yernos de niña pija a la que seguían el juego todos los medios citados (“en el escenario se pierden kilos, pero se ganan gramos”, “siempre hay alguna chica que se cuela en el camerino y claro, eso merece un premio, ¿no?, “una vez cogimos un tiburón pequeñito y lo metimos por…”, bueno, esto igual no, pero este era el rollo).
Pero entonces, llegó lo peor, cuando parecía que no se iban a atrever a más los novios rebelditos que un día dieron una calada a un porro, van y cogen una de las pocas canciones decentes que tenían y se marcan una versión pastelosa, relamida, horrorosa con David Summers de HOMBRES G Y DANI MARTÍN DE EL CANTO DEL LOCO.
Les odiaba, sí. De hecho me planteé recoger firmas para que tuvieran que enjuagarse tres veces la boca antes de pronunciar la palabra “rock”.
Para remate, por esa época leí una entrevista en la que hablaban sobre la preparación de su próximo disco y decían que les gustaría lanzar un single que fuera una canción de sexo, muy atrevidilla, algo caliente que pusiera a la gente mientras la oían por la radio…
Me pareció absolutamente detestable: o sea, que antes de tener grabado el disco, antes incluso igual de haber compuesto la canción, ya tenían diseñada la estrategia comercial, como si fueran Madonna o Britney Spears (que por entonces seguían vivas)… ¿A dónde íbamos a llegar? ¿Es que no quedaba integridad en el mundo del roc? ¿Es más, para empezar no tendrían que enjuagarse la boca tres veces antes de pronunciar “el mundo del rock”?
Ya saben cómo acabó la historia: en este caso el público fue menos talibán que yo. Pereza sacaron un tercer disco (“Animales”) incontestable. Con un montón de singles de éxito y canciones en general, como mínimo muy, muy pegadizas. Bien tocado, bien grabado, letras más que decentes… Y ya se quedaron para siempre en la Champions del Pop Español, en la que han demostrado desde el principio una humildad y una integridad increíble, aceptando colaborar con cuantas viejas glorias se lo han pedido, sin preocuparse de beneficios comerciales y, la verdad, transmitiendo la ilusión de unos putos locos de la música, que seguramente es lo que han sido siempre.
Luego, con el disco de duetos y el acústico demostraron que el problema de las canciones del primer y el segundo disco era, sobre todo, de producción. Con Aproximaciones ya demostraron que no les importaba intentar rollos más experimentales o introvertidos y lo han acabado reafirmando con Aviones.
Falta que dejen de hacerse lo malos malotísimos en los videoclips para que no me quede más remedio que admitir que son unos tíos normales, humildes y, aparentemente simpáticos. Hasta que les conozca y, según dicen todos, me temo no me quede más remedio que admitir que son de puta madre.
Hay que joderse. Con lo que yo les he odiado.
(Como ejemplos de lo que digo las colaboraciones con Ariel Rot, Loquillo, Jaime Urrutia, Calamaro... de las que siempre han sacado más comercialmente los "colaborados" que ellos... Y, sobre todo, la producción por parte de Leiva del disco en solitario de Johnny Burning en su estudio casero GRATIS o de Rubén de su ex-compañero de Buenas Noches Rose, Jordi Skywalker...
Su cambio de actitud en las declaraciones: "hay muchos mitos con el rock, pero yo me hago lentejas todos los martes..."; "¿nosotros rockeros? si somos unos babas... Etcétera.
Quizás debería ser yo quien se limpie la boca antes de pronunciar su nombre...)
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