Bueno, presento el hilo: Esta guitarra, una Gibson SG Special del 98 con unas Super Distortion de los 70, bastante currada pero en perfectísimo estado de funcionamiento pasó por mis manos hace unos años y luego se la vendí a un amigo que buscaba su primera guitarra "de verdad". Hace unos meses se le rompió una correa de su funda, de manera que la guitarra cayó a plomo contra el suelo. Tras una inspección inicial, en la que no parecía haber daños importantes se dió cuenta de que un pedazo de unos 6 x 3 o 4 cm le faltaba en la parte trasera de la cavidad para la electrónica. Tras buscar por su zona a alguien que pudiese repararla y no encontrar a nadie de confianza le ofrecí hacer el intento de reparación.
La rotura, si bien es impresionante no toca ninguna parte delicada, es parte del cuerpo y no llega a la tapa o cualquier punto como el jack, los potes o el switch. Al parecer, la guitarra ni se desafinó en el golpe, para que luego digan de las Gibson. Por suerte, además se recuperaron muchos de los pedazos que saltaron salvo por una pequeña sección que se perdió en el proceso.
Tras pegar con Titebond Original las piezas del puzle, apretando con unos gatos, se queda un hueco bastante grande sin rellenar. Viendo que tenía una forma más o menos trapezoidal, con una lima estrecha le terminé de dar la forma, para luego cortar un pedazo de madera y encolarlo en su lugar. Una vez seco, limé el sobrante, en los pequeños agujeros restantes utilicé masilla de madera para igualarlo y finalmente lijé toda la superficie afectada para dejarla lisa.
Como no tengo sitio ni equipamiento para pintar con pistola y seguían quedando zonas elevadas donde aún había pintura y no quería pasarme con la lija fui pintando con laca negra la zona con un pincel, esperando a que se secase, lijando y si atravesaba la laga en un punto con la capa más fina, pintando de nuevo en esas zonas. Finalmente, conseguí un acabado suave y de forma uniforme - una vez hecho, apliqué una capa de nitrocelulosa transparente. Estuve varios días dando capas finas y tras un par de semanas de espera, para que diese tiempo a curarse, volví a lijar de nuevo para igualar el lacado. Tras usar lijas al agua para quitar el rayado de la lija y luego pulir dio un acabado bastante convincente, quedando la reparación básicamente invisible. Quedaron algunas marcas de la lija inicial, pero teniendo la guitarra un aspecto "relicado" por el uso decidí no perfeccionarlo para que no desentonase con el aspecto general.
Además, aprovecharé la situación para cambiar las desgastadas selletas del ABR-1, que dan problemas de partir cuerdas y la cejuela, que alguien -imagino- trató de perfeccionar con una motosierra en algún momento y además es de plástico, sustituyendola por una Tusq XL.
La rotura, si bien es impresionante no toca ninguna parte delicada, es parte del cuerpo y no llega a la tapa o cualquier punto como el jack, los potes o el switch. Al parecer, la guitarra ni se desafinó en el golpe, para que luego digan de las Gibson. Por suerte, además se recuperaron muchos de los pedazos que saltaron salvo por una pequeña sección que se perdió en el proceso.
Tras pegar con Titebond Original las piezas del puzle, apretando con unos gatos, se queda un hueco bastante grande sin rellenar. Viendo que tenía una forma más o menos trapezoidal, con una lima estrecha le terminé de dar la forma, para luego cortar un pedazo de madera y encolarlo en su lugar. Una vez seco, limé el sobrante, en los pequeños agujeros restantes utilicé masilla de madera para igualarlo y finalmente lijé toda la superficie afectada para dejarla lisa.
Como no tengo sitio ni equipamiento para pintar con pistola y seguían quedando zonas elevadas donde aún había pintura y no quería pasarme con la lija fui pintando con laca negra la zona con un pincel, esperando a que se secase, lijando y si atravesaba la laga en un punto con la capa más fina, pintando de nuevo en esas zonas. Finalmente, conseguí un acabado suave y de forma uniforme - una vez hecho, apliqué una capa de nitrocelulosa transparente. Estuve varios días dando capas finas y tras un par de semanas de espera, para que diese tiempo a curarse, volví a lijar de nuevo para igualar el lacado. Tras usar lijas al agua para quitar el rayado de la lija y luego pulir dio un acabado bastante convincente, quedando la reparación básicamente invisible. Quedaron algunas marcas de la lija inicial, pero teniendo la guitarra un aspecto "relicado" por el uso decidí no perfeccionarlo para que no desentonase con el aspecto general.
Además, aprovecharé la situación para cambiar las desgastadas selletas del ABR-1, que dan problemas de partir cuerdas y la cejuela, que alguien -imagino- trató de perfeccionar con una motosierra en algún momento y además es de plástico, sustituyendola por una Tusq XL.