Esto que os escribo más abajo es algo que me dieron para leer y practicar en clase de canto, pero es algo bueno para todo el mundo: respirar!
Sobretodo, ayuda a relajarse y a sentirse bien! (los cantantes somos un poco místicos.... )
Espero que os guste, que lo probeis y que nadie se desespere con esto, porque a veces esto de las sensaciones corporales.... cada persona es un mundo! (no es un tutorial!)
La Respiración Completa
Aprender a respirar
Realizando una buena práctica respiratoria, recuperamos y disfrutamos plenamente de nuestro espacio interior. Para hacerlo, debemos identificar los tres ejes circulares que sostienen la amplitud de nuestro espacio interior. El primer eje circular está situado en la base del cráneo. Su perímetro pasa por la nariz, los oídos y la base occipital. El segundo está situado en la base de la pelvis y da la vuelta por sacro, cadera y pubis. Y por último, el tercero está situado en el centro del pecho y corresponde al diafragma. Estos tres ejes están conectados entre sí, de manera que, cuando conseguimos actuar sobre uno de ellos, los demás se activan también. El objetivo es sentir la apertura simultánea de los tres.
Practica la inspiración básica
Nos tumbamos cómodamente boca arriba, con las rodillas dobladas, de manera que las plantas de los pies se apoyen sobre el suelo. La práctica básica de respiración, que realizamos durante toda la sesión de trabajo, es la siguiente: imagina que olemos a sorbos un perfume entrañable. Inspira ese agradable olor en breves y seguidos “sorbos” por la nariz hasta un máximo de 5 o 6 veces, como si husmearas con interés. Observa las reacciones de tu cuerpo, descansa unos segundos y deja salir el aire tranquilamente. Practica tanto como te sea necesario porque éste es el tipo de respiración que vas a usar durante los siguientes pasos del ejercicio. A continuación, vamos a identificar los grandes ejes circulares.
Encuentra el eje craneal
Pasa por la nariz, los oídos y la base del cráneo. Para localizarlo abre la nariz como si estuvieses reprimiendo un bostezo. Notarás que los oídos se destapan y que la base del cráneo se eleva, como si se despegara de la última vértebra. Has establecido una conexión entre los tres puntos que forman el eje craneal, como si edificaras una cúpula en esta zona. Ahora, potencia este eje con la práctica respiratoria básica. Aspira el entrañable perfume que has escogido en pequeños sorbos, dilatando con placer la base del cráneo. Notarás una agradable tensión interior entre nariz y nuca. Repite esta secuencia aproximadamente 10 veces.
Identifica el eje pélvico
La idea es que sientas desplegarse este eje como una cúpula invertida; precisamente, la réplica de la cúpula que ya tenemos abierta en nuestra base craneal. Para localizar e identificar el eje circular pélvico, vamos a hacer lo siguiente: intentamos soplar a través de un lápiz con fuerza. Evidentemente, está obstruido, no podemos soplar a través de él; pero, al intentarlo y hacer el esfuerzo, notaremos un leve movimiento rotatorio de la pelvis y la conexión entre sacro, cadera y pubis. Finalmente, espira sin dejar de sentir el eje. Repite este intento un par de veces para tener muy claro qué partes intervienen en este eje pélvico. Repite unas 10 veces toda la secuencia.
Conecta los tres ejes
Ahora, vas a poner los tres ejes en conexión o sincronía. Empieza con la práctica inspiratoria básica: husmea intensamente y con placer ese olor entrañable. La nariz se abre, los oídos se destapan, la base del cráneo se despega. Te recorrerá una ola que tiene su raíz en la base pélvica. Te invadirá una emoción que ensancha el pecho.
Siente tu interior
Intenta sentir estos tres puntos abiertos simultáneamente. Procura que la expansión del uno tenga consecuencias en los demás. Reconoce el espacio que has recuperado dentro de ti. Y, ahora, espira sin perder esa amplitud. Disfrutarás de tu espacio interior es los segundos de reposo entre la espiración y la nueva inspiración. Haz esta práctica unas 10 veces más y habrás conectado con tu interior.