Arnold y Hojalata. Muchas gracias por vuestras adulaciones, infundadas pero siempre bien recibidas. Espero vuestras aportaciones. Esta base está pensada para todos vosotros: hay una parte romántica y fresita (para que practiquéis frases verdaderamente melódicas y rompáis un poco el ritmo estable metalero al que estáis tan acostumbrados), pero ya habéis escuchado que esconde una parte muy potente (para que deis rienda suelta a vuestros más bajos instintos: hay que "desajogarse" de vez en cuando...).
Leña a la base...!!!
arnold escribió:
en las tonalidades mayores caemos la mayoría de guitarristas
Muy cierto.
Ya sabrás que yo fui músico de verbena unos cuantos años (cosas de ser hijo de pobres y querer estudiar fuera de casa), y debo decir que es la mejor enseñanza imaginable, especialmente si, como fue mi caso, coincides con músicos todos muchísimo mejores que uno mismo: ritmos de todo tipo (desde cumbias o merengues hasta baladas románticas o rock and roll), fraseos de todo tipo, sonidos de todo tipo, y, sobre todo, muchas horas con los pies sobre los escenarios, lo cual nada tiene que ver con tocar sentado en la silla del dormitorio.
Como nuestra formación era un "grupo", no propiamente una "orquesta" -ésta suele llevar varios metales- tuve que actuar en Galicia, Asturias, León o Portugal como telonero de grupos de rock bien conocidos, en fiestas con muchísima afluencia de público -como La Coruña, Santiago o Pontevedra-, y hasta en fiestas donde sólo había media docena de personas y tocábamos canciones "a petición", o en la casa (pazo) de algún conocidísimo narco donde presencié "lo más grande"... Lluvia dentro del escenario (con los cables de los micros echando chispas), frío intensísimo (que no te permitía articular una nota), cortes de luz, empalme de una docena de actuaciones seguidas (sesión vermouth incluida, cargando y descargando el material nosotros mismos, viajes por medio, sin que pudieses apenas mover los dedos del cansancio extremo y del sueño acumulado), señoras bailando en el escenario agarradas y a mí, niñas tirándote por la campana del pantalón a grito limpio, peleas a puñaladas (y había que seguir tocando después de ver lo visto), sustitución del guitarrista de la orquesta o grupo que nos acompañaba en el escenario (más de una vez por embriaguez/etc. extrema de su guitarrista, otra por enfermedad, sin que yo me supiese sus canciones...). Vamos, que tengo para hacer un libro, o tres...
Con estos antecedentes entenderás que me pasé unos veinte años sin agarrar una guitarra. Recuperé la ilusión tocando aquí con vosotros, hará unos tres años...