Siempre me han gustado las japonesas y si son pelirrojas, con mas motivo.
Hace apoenas un par de meses y tras una dilatada busqueda, pude hacerme con una Surfcaster.
Esta "japo" fue fabricada en la factoria Fujigen a mediados de los 90, de cuando las guitarras se hacian a conciencia. De alli salieron algunas de las cotizadas Fender y Gibson. Se comercializo como Charvel en USA y como Jackson para el mercado europeo aunque en realidad es el mismo fabricante.
Se fabricaron pocas o durante poco periodo y rapidamente pasaron al olvido pero en los ultimos años su demanda ha crecido hasta convertirla en objeto de culto. Dificilisima de encontrar, su precio se ha revalorizado siendo una excepcion a la norma y motivos no le faltan para ello.
La construccion es impecable, maderas de primera y acabados de alta gama a pesar de que su precio original la situaba como gama media.
Una rareza, se percibe el vintage a simple de vista. De color naranja translucido y golpeador perlado en crema (las fotos no le hacen justicia), un ejemplar bastante dificil de pillar, su unico dueño un americano que la mantenia impoluta por miedo a dañar la fina terminacion, cosa que le agradecere eternamente.
Hasta hay todo impecable. Pero nada mas enchufarla se hacia evidente que andaba a la pata coja.
Quien la diseño debio sufrir un trastorno transitorio, solo asi se explica el desproposito de semejante engendro.
Cuerpo semihueco (tipico de Rickenbacker) en madera de arce, mastil de aliso y diapason de palisandro (Fender a mas no poder) pero con un puente fijo y humbucker (Gibson de toda la vida) y una lipstrick en el mastil (Danalectro ?, Telecaster ? ahi ya me pierdo).
La electronica floja, habitual en las made in Japan.
Toca ponerse manos a la obra.
Cambio de potenciometros (CTS logaritmicos), un capacitador ruso de papel y aceite, cableado de algodon encerado y cambio de knobs tambien en crema, menos agresivos y mas retro. El puente lo sustituyo por un tremolo y empieza la odisea, no hay manera de encontrar ninguno que de la medida para aprovechar los taladros y evitar hacer cambios irreversibles. Al final localizo un Schaller que esta a la altura.
Decidido al cambio de pastillas me llevo una mas que agradable sorpresa. La lipstrick del mastil es una Kent Amstrog (en aquella epoca todavia se hacian en USA) con razon sonaba con un un cuerpo y calidez impropios de las asiaticas. No se como llego alli pero eso que me ahorro.
La horrible humbucker (una Duncan Design, chinorris a mas no poder) sale pitando a la primera y despues de no pocos intentos infructuosos se me mete en la cabeza una de mis manias, algo que parecia inalcanzable a todas luces. Pillar una Valco (popularmente conocida como Vista-Tone) de los 60, tarea imposible donde las haya. Si encontrarla ya es una aventura, no digamos pagarla. Finalmente Kent Calvet, prestigioso luthier yanqui, tras una historia digna de escribir una novela acepta hacerme una replica exacta.
Aunque pueda parecerlo no es una humbucker sino una autentica single-coil de construccion poco habitual y muy diferente al resto, con personalidad propia, con alma, viene a sonar entre una P90 y una Strato, brillante y cristalina, limpios con mucha definicion pero con malas pulgas en cuanto la presionas, tiene genio la jodia.
Una de las grandes olvidadas, unica es su genero y que afortunadamente ahora empieza a estar reconocida en la categoria que le corresponde.
Resultado, sonido sesentero, tono rancio afilado y canalla, un killer para quien quien se atreva a domarla.
Hace apoenas un par de meses y tras una dilatada busqueda, pude hacerme con una Surfcaster.
Esta "japo" fue fabricada en la factoria Fujigen a mediados de los 90, de cuando las guitarras se hacian a conciencia. De alli salieron algunas de las cotizadas Fender y Gibson. Se comercializo como Charvel en USA y como Jackson para el mercado europeo aunque en realidad es el mismo fabricante.
Se fabricaron pocas o durante poco periodo y rapidamente pasaron al olvido pero en los ultimos años su demanda ha crecido hasta convertirla en objeto de culto. Dificilisima de encontrar, su precio se ha revalorizado siendo una excepcion a la norma y motivos no le faltan para ello.
La construccion es impecable, maderas de primera y acabados de alta gama a pesar de que su precio original la situaba como gama media.
Una rareza, se percibe el vintage a simple de vista. De color naranja translucido y golpeador perlado en crema (las fotos no le hacen justicia), un ejemplar bastante dificil de pillar, su unico dueño un americano que la mantenia impoluta por miedo a dañar la fina terminacion, cosa que le agradecere eternamente.
Hasta hay todo impecable. Pero nada mas enchufarla se hacia evidente que andaba a la pata coja.
Quien la diseño debio sufrir un trastorno transitorio, solo asi se explica el desproposito de semejante engendro.
Cuerpo semihueco (tipico de Rickenbacker) en madera de arce, mastil de aliso y diapason de palisandro (Fender a mas no poder) pero con un puente fijo y humbucker (Gibson de toda la vida) y una lipstrick en el mastil (Danalectro ?, Telecaster ? ahi ya me pierdo).
La electronica floja, habitual en las made in Japan.
Toca ponerse manos a la obra.
Cambio de potenciometros (CTS logaritmicos), un capacitador ruso de papel y aceite, cableado de algodon encerado y cambio de knobs tambien en crema, menos agresivos y mas retro. El puente lo sustituyo por un tremolo y empieza la odisea, no hay manera de encontrar ninguno que de la medida para aprovechar los taladros y evitar hacer cambios irreversibles. Al final localizo un Schaller que esta a la altura.
Decidido al cambio de pastillas me llevo una mas que agradable sorpresa. La lipstrick del mastil es una Kent Amstrog (en aquella epoca todavia se hacian en USA) con razon sonaba con un un cuerpo y calidez impropios de las asiaticas. No se como llego alli pero eso que me ahorro.
La horrible humbucker (una Duncan Design, chinorris a mas no poder) sale pitando a la primera y despues de no pocos intentos infructuosos se me mete en la cabeza una de mis manias, algo que parecia inalcanzable a todas luces. Pillar una Valco (popularmente conocida como Vista-Tone) de los 60, tarea imposible donde las haya. Si encontrarla ya es una aventura, no digamos pagarla. Finalmente Kent Calvet, prestigioso luthier yanqui, tras una historia digna de escribir una novela acepta hacerme una replica exacta.
Aunque pueda parecerlo no es una humbucker sino una autentica single-coil de construccion poco habitual y muy diferente al resto, con personalidad propia, con alma, viene a sonar entre una P90 y una Strato, brillante y cristalina, limpios con mucha definicion pero con malas pulgas en cuanto la presionas, tiene genio la jodia.
Una de las grandes olvidadas, unica es su genero y que afortunadamente ahora empieza a estar reconocida en la categoria que le corresponde.
Resultado, sonido sesentero, tono rancio afilado y canalla, un killer para quien quien se atreva a domarla.
