Tom Tom Tombola escribió:
Mi tesis fue sobre los últimos cuartetos de Beethoven, algún día os pego la charla.
Temazo de tesis, con la de vueltas que se le han dado a los últimos cuartetos, qué lujo haber hecho una tesis así.
Muy interesantes (no podía ser menos) tus recomendaciones sinfónicas. El primero que intentó revisar a Karajan fue Barenboim, pero para mi gusto basándose demasiado en él, teniéndolo muy presente, paritendo de lo que había hecho.
Yo observo que desde los noventa ha habido una revolución silenciosa en la interpretación de la música clásica, que llevaba muy anquilosada desde las primeras grabaciones de los cincuenta. En los años veinte y treinta había otra manera de interpretarla que podemos llamar quizá más atrevida, a la manera de Wanda Landowska con el clave de Bach. Hay quien dice que tras la II Guerra Mundial y los convulsos años que la precedieron la música intrepretada en Europa se convirtió en un refugio espiritual, un remanso de paz para las tensiones cotidianas y amenazas de la Guerra Fría, una especie de válvula escapista.
Desde los noventa o algo antes se ha vuelto a las partituras originales, las ediciones de la época y los manuscritos del autor, a las anotaciones que se hacían, a los comentarios de la crítica de entonces y a interpretarla con reconstrucciones de los instrumentos del período. Eso es particularmente importante para el Renacimiento, cuando no había una única escritura musical plenamente desarrollada que especificaba meticulosamente todo, sino varias en las que se permitía libertad al intérprete, que se adaptaba al gusto de su audiencia (muy adaptada a la manera tradicional de cada región:
alla francesa, alla tedesca...) y, desde luego, para el Barroco, donde apenas se hacen anotaciones en las partituras dejándose libertad interpretativa; incluos se llega a sencillamente anotar «Solo de clave de tantos compases con tal armadura», como Bach en los Conciertos de Brandmeburgo.
A partir del Romanticismo, con la fijación y la extensión de la escritura musical y la necesidad de coordinar orquestas cada vez más grandes la cosa se anquilosa, el compositor lo indica todo y el director lo impone a la orquesta. Eso se hereda en el siglo XX, donde además la mitomanía por ciertos directores hace que se imponga su estilo en las grabaciones y se reproduzca durante décadas.
Tom Tom Tombola escribió:
Del dodecafonismo no nos salvamos!
Cielos... demasiada teoría para algo que tan difícilmente otorga placer sensorial; más bien, un juego intelectual (a ver cuánto aguanta este sin repetirse y tal...).
#215 #217
Con esa mala hostia que gasta, ni la música ni la cocina pueden salirle bien.
Confiemos en que nuestro compañero Nacho no lo tome como ejemplo y aborde con buen humor esos problemillas suyos con la afinación de su guitarra. De la paciencia debida ya no nos cabe duda: va la cosa para medio año.
Nacho: ¿Cómo va? di algo.