Es el motor de The Durutti Column, un grupo que empezó en el Manchester de 1980 y que ha llegado hasta hoy sin cometer apenas errores. Detrás de una imaginación increíble y un estilo propio sofisticado e inconfundible encontramos a un hombre que siempre se negó a entrar en el mundo del espectáculo, lo que le dejó en una posición inestable y un status curioso: aparte de llegar a un punto en el que todas las tragedias posibles le sucedieron (la mítica compañía discográfica que le fichó, Factory Records, quebró de forma que dejó a Vini debiendo pasta gansa, la muerte de su madre, se queda sin manager, sin casa... que salve las distancias con Robert Johnson quien pueda), es un tipo al que todo Manchester saluda cuando lo ven por la calle como si fuera un familiar lejano, al que se le acercan con guitarras pidiéndole ayuda para tocar uno de sus temas y se pone concienzudamente a enseñarles la jugada hasta hacerles salir de ese atasco... la suya es la música del hombre con más capacidad creativa de todos. Refleja su libertad en sus obras de una forma impagable y su vida es la de un hombre con los pies en la tierra. ¿Su punto más alto? The return of the Durutti Column, LC, Somebody else's party... yo que vosotros me hacía con su discografía completa.
