Sobre el respeto
Mr Bean
Discurso de Rowan Atkinson, en octubre del 2005, en la Cámara de los Lores y a solicitud de la propia cámara que debatía en esos momentos una proposición de ley para penalizar "la incitación al odio religioso". Preguntó Atkinson: "¿Qué tiene de malo sentir odio o antipatía por algo o alguien y expresarlo? ¿Qué tiene de malo sentir odio contra una religión o religiones?" La raza, la nacionalidad, la etnia, el idioma, el sexo o la orientación sexual -proseguía- son cosas con las que se nacen, que forman parte del núcleo irreductible de la personalidad del individuo, señas de identidad que no elegimos. Pero la religión no pertenece a ese núcleo irreductible: es un sistema de creencias que se acepta o no, y su aceptación -al menos si hacemos caso a la declaración de derechos humanos- es libre y voluntaria. Burlarse de ella, por tanto, no supone menospreciar ni dañar la dignidad del individuo que la profesa. No es equiparable, viene a decir, a ridiculizar a una persona por ser de una u otra raza, uno u otro sexo o una u otra orientación sexual. Lo único que pueden exigir los seguidores de una religión -concluyó Mr. Bean- es respeto para su propia libertad de expresión. Y eso, creo yo que no está amenazado.