Tokai ALC 50: transformación final. Cambio de herrajes y otros detalles.
Saludos, guitarristas.
Hace poco comenté las impresiones sobre la Tokai ALC 50 que adquirí recientemente. Quedé tan contento con ella, que no he podido evitar lanzarme a su optimización plena, tanto en sonido como en aspecto. Recopilando:
Primero vino el cambio de pastillas por las Seymour Duncan Alnico II Slash, más potenciómetros de mejor calidad y cableado. Ya sólo con eso el sonido ganó muchos puntos.
La segunda fase, más profunda, ha sido el cambio de herrajes a cromado o niquelado, en lugar del dorado de fábrica.
Cometí el error de adquirir lo que yo pensé que serían piezas de calidad de Gibson. Al parecer, la marca no aporta calidad de materiales en éstas piezas... A cuadros me quedé. Los afinadores Grover al menos sí cumplieron las expectativas.
Tras el gran trabajo realizado por la tienda en la que suelo comprar, así ha quedado la muchacha:
Pedí potes / perillas de potenciómetros Gibson. Este modelo negro de "sombrerito" es mi favorito. Han quedado perfectos y bien pegados a la tapa de la guitarra, sin llegar a tocarla:
Se cambió también el conmutador de pastillas. Funciona con una suavidad y respuesta espectaculares y estéticamente se le añadió el circulo "treble" "rythm" en blanco y negro, al igual que la palanquita. Más acorde con el nuevo aspecto de la guitarra en lugar de los dorados / marrón de fábrica:
Strap-locks de seguridad Schaller para la correa. Se lo pongo a todas mis guitarras:
Ha quedado como una de mis Les Pauls soñadas:
Sólo por capricho estético:
Pedí a China una imitación de la tapa del alma en forma de campanita de Gibson, ya que las medidas de los tornillos inferiores coincidían. Puede parecer una tontería, pero la de Tokai es sosa y no se puede comparar a la forma más artística de la Gibson:
Encajó perfectamente (salvo apenas un milímetro de separación con respecto a la cejuela) y, eso sí, le tuve que hacer un nuevo orificio a la pala para el tornillo superior, ya que la tapita es más larga que la de fábrica:
¿Alguien duda de que el resultado valga la pena?
Los afinadores Grover requirieron también agujeros nuevos para su instalación, pero el luthier tapó y disimuló eficientemente los antiguos:
Una foto más, que la chica quiere que se vea lo guapa que quedó:
Para terminar:
El cambio definitivo que necesitaba esta buena guitarra. La pegada hard roquera de las pastillas Alnico II Slash, más el look cromado con sus detalles en blanco y negro de todos los elementos, han transformado esta Tokai en algo superior a lo entregado de serie. Una guitarra que me ha dejado contentísimo y que de momento ha mandado a mi Gibson Standard al rincón, aunque sea sólo temporalmente, je je.
Gracias por aguantar este tocho y aquí una foto de un servidor contento con su remodelada Les Paul Tokai. ¡Un saludo!