Triges escribió:
Habia una caja que me obstaculizaba el camino. Eran las dos de la mañana y dije "Bah, la salto". Todo iba bien, hasta que en el medio del salto me di cuenta de que no podia llegar al otro lado. Entonces, apoyé el pie con tan mala suerte que me resbalo y cai de morros al suelo arrastrandome medio metro y rascandome el brazo y la rodilla.
mmm tengo un caso "similar", de cuando tenía 16 años o así, supongo.
Fiesta de cumpleaños de un amigo. Nos cansamos de beber en el típico garito de pueblo preparado para tales menesteres y para continuar la juerga nos metemos a una especie de comunidad residencial en obras a ver qué nos encontramos. Después de hacer unos leves desperfectos (tirar un saco de cemento al patio interior desde un tercer piso, entre otros menos destructivos
) yo y mis amigos subimos a los patios de la azotea y nos ponemos a saltar de casa en casa por los patios (típicos patios separados por una pared de un metro de alto o cosa así) porque por el interior no se podía continuar.
Mis amigos saltaban con precaución (pasaban una pierna, luego la otra) pero yo al ir bastante alegre lo que hacía era meter un salto, apoyar un pie y saltar a otro lado. Las dos primeras veces me salió bastante bien para mi estado; lo hacía de forma elegante, precisa y diligente, y eso era aplaudido por mis amigos, a la vez que me advertían de que no siguiera haciéndolo por si acaso.
Pues bien, llegado el tercer muro salté, tropecé con el borde del muro y me pegué un tortazo de morros contra un palé que había en el suelo del tercer patio. El golpe no fue demasiado fuerte, sólo lo suficiente como para disuadirme de seguir haciendo el canelo, pero aún así me hice algunas pequeñas heridas y una cicatriz en la mano derecha que todavía tengo (aunque no sé bien si fue por ese golpe)
Tampoco es que me avergüence de ello. De hecho, pasé un día de puta madre.
El reventar un saco de cemento tirándolo desde un tercero no tiene precio.
PD: A partir de ese día pusieron vigilancia en la obra