#95 muchas gracias.
Se vuelven a notar los sabores de otra manera, el olfato mejora una barbaridad (notas dónde se ha estado fumando cuando antes no eras ni consciente).
Y si al dejar de fumar le añades haber empezado a hacer algo de deporte, en mi caso empecé a darle al skate, los efectos se multiplican.
Subir las cuestas como una moto (y hablando a la vez en vez de jadear), sesiones de dos horas o más patinando a saco y paras cuando quieres, no cuando el cuerpo te lo exige.
Y tengo 43, que no soy ningún chaval...
En mi caso han sido todo ventajas, pero no me quiero convertir ahora en un talibán antitabaco. El que quiera que fume y que haga lo que le apetezca, te tiene que hacer un "click" la cabeza para decidir cortar con el tema. Si no lo quieres dejar, ni ayuda, ni trucos, ni hostias.
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Donde yo vivo no permiten fumar en lugares cerrados. En las salas de conciertos no se fuma. En las salas de ensayo de 10 mts2 setía ridículo hacerlo. Fuera de esos ámbitos cada cual hace lo suyo, el síndrome de abstinencia puede jugar hasta el subidón de adrenalina del concierto, ya en directo no es necesario, demasiado estímulo.