Muy buenas aportaciones en este hilo.
Mosquiimc: Gracias por las ideas. Me quedo con esta frase con la que estoy totalmente de acuerdo:
mosquiimc escribió:
Al final se puede llegar a lo mismo desde distintas vías.
Fran Prieto: He visto el vídeo de Gambale que está en youtube en que sale en sus años mozos explicando como aplicar los modos. Me ha parecido un vídeo explicativo muy bueno. Gracias por la recomendación.
Javiondo: Muy enriquecedor tu comentario
#17 . Me ocurre, como a muchos y muchas, que unas de las maneras que siempre tengo en cuenta a la hora de armonizar es tratar las voces como si fuesen variaciones melódicas en vertical (cuando armonizo con acordes). Luego le voy poniendo el nombre a esa voz -pero eso es al final. Y también al revés, la melodía como un superacorde desgajado en el tiempo. Los bajos se pueden entender muchas veces como "armonía melódica". Como bien dices se trata de un todo: fondo contra figura. Un único objeto separado por la fuerza de la conceptualización.
Con respecto a pensar las pentatónicas desde el modo, es decir, la pentatónica como una escala derivada de su hermana mayor de siete notas, reconozco que tiene sus ventajas; pero también las tiene su forma inversa. SI pienso primero en una nota: la tónica, luego en dos: intervalo, luego en tres (triada) en cuatro (arpegio) y luego en cinco (primera tensión), reconozco automáticamente las notas estructurales del acorde: lo demás es tensión. Así puedo construir también todo tipo de pentatónicas. SI por ejemplo parto de un bonito C6#11: puedo hacer un buen puñado de pentatónicas que suenen bien sobre ese acorde a partir de sus notas estructurales: (1, 3,
#4 , 5, 6) (1, 3,
#4 , 6, 7) ( 1, 3,
#4 , 5, 6) (1,
#4 , 5, 6, 7), etc. A partir de haber encontrado un motivo utlizando alguna de esas escalas se puede construir toda una armonización basada en esa escala pentatónica para desarrollar un tema. Es una buena manera de salir del mundo diatónico y buscar nuevos caminos.Si aún así quieres incorporar dos notas más, te encuentras con un modo que puede estar derivado de alguna escala de siete notas y, entonces, a veces, puedes encontrar colores que todavía no habías transitado: lidia b7, Mixolidia b2, superlócria, dórica
#11 , etc.
Desde mi punto de vista, según el caso y la situación te puede convenir verlo de una forma u otra. Si piensas desde la tonalidad, pensar la penta como un modo en miniatura cuenta con muchas ventajas, si piensas desde el acorde como un mundo en sí mismo, o te interesa la armonización y la modalidad pentatónica o la búsqueda de nuevos colores, no se puede negar que esta última focalización añade mucho juego.