El 30 de Abril de 1970 el presidente Richard Nixon anunció por televisión que el Ejército estadounidense se preparaba para invadir Camboya, en el marco de la Guerra de Vietnam. Este hecho fue una gota más en el gran vaso de indignación que llevó a la sociedad americana, especialmente los jóvenes, a salir a las calles y protestar por el belicismo del gobierno.
Una de esas protestas tras el anuncio de Nixon tuvo lugar en la Universidad Estatal de Kent, en Ohio, el lunes 4 de Mayo. Alrededor de 2.000 jóvenes se reunieron en el campus para hacer una serie de mítines y rechazar la guerra en el Sudeste Asiático. Los días previos ya se habían vivido momentos de tensión, pero el día de la manifestación a los miembros de la Guardia Nacional se les fue de las manos la situación y abrieron fuego contra los estudiantes. Un tiroteo en suelo universitario perpetrado por las propias fuerzas del orden, algo nunca antes visto en un país desarrollado.
Los estudiantes comenzaron a correr y se dispersaron ante los disparos de la Guardia Nacional y las bombas de humo. Nadie se esperaba una reacción de ese tipo por parte de las autoridades. El suceso se saldó con nueve heridos (uno de ellos sufrió parálisis permanente) y cuatro jóvenes muertos.
El tiroteo en el campus de Kent desencadenó protestas en varias universidades de Estados Unidos y una huelga estudiantil. En los días siguientes más de 450 campus en todo el país tuvieron que cerrar por manifestaciones (algunas pacíficas y otras violentas). En la Universidad de Nueva York una pancarta gigante colgada en la fachada decía: «They can’t kill us all».
Estos muertos son seres queridos por todos.
Neil Young les escribió una can
ción, que luego tocaría con Crosby, Stills y Nash