He estado leyendo el primer artículo. El problema que parece indicar es que los festivales son demasiado grandes y poderosos y se quedan a los grandes artistas y le hace prometer que no den más fechas en España. Es injusto, los festivales van a petar, es una burbuja, y es cuestión de tiempo. Entre tanto se van a llevar por delante el circuito de salas, y a los verdaderos aficionados a la música en directo.
Una cosa que veo, ya de entrada, es que los festivales están petados de gente. Hay festis que meten a 40.000 personas, yo viendo eso lo primero que hago es no ir... no puedes ver, te vas a estar pegando para ir al baño, pedir una cerveza, etc. Y no es donde mejor se escucha desde luego. Incomodo y caro.
¿Por qué la gente no va a conciertos de salas? Fácil: porque no tienen afición.
Si la gente siguiera miles de grupos, pues algunas veces irían a salas y otras a festivales. Pero no, solo van a festivales de postureo, a enseñarlo.
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Estamos hablando de salas de música instrumental, si van a reggetoneos y demas perreos...
Me creo que haya pocas salas, es muy difícil mantener una programación regular que dé beneficios... Lo que imagino que no cuenta, y se está perdiendo, es el concierto de bareto. Decía Michel Camilo que una vez al año tocaba en el Blue Note porque hay pocas sensaciones como escuchar al público de cerca, pues creo que el público está perdiendo también esa cercanía que invita a disfrutar del directo.
Un festival se convierte en un acto social, que también está muy bien, pero la mayoría de la gente no va a disfrutar del cartel, va a pasárselo bien y, claro, una vez se acostumbran a ese plan... Un garito/sala les parece un muermo.
Es complicado hablar sobre el estado de la música en vivo... Supongo que cada uno tiene su forma de sentirlo.
#4 Un festival es otro rollo, tienes una carpa que ponen cocteles, otra que hacen tatuajes, otra que es peluquería, es como un centro comercial. Claro, una sala programa un concierto de un grupo y eso es lo que hay.
Es como ir de "shopping", y acabas visitando un montón de tiendas variopintas, terracitas y cosas, o dedicar 30 minutos a ir a una zapatería porque necesitas unos zapatos y luego te vuelves a casa.
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#5 Sí, pero también es cierto lo que dice el artículo: a veces, en un festival, vas también a descubrir a tus futuros grupos favoritos aunque supongo que está condicionado por el hecho de que sea más fácil encontrarlos ahí que en una sala (por desgracia).
#7 Efectivamente, una cosa es el derecho al descanso y otra que eso sea incompatible con la cultura... Hay ayuntamientos donde decir quiero hacer un concierto en mi garito es delito...
El problema también es que los requisitos para bares y salas no sólo de insonorización, sino de evacuación, lavabos, PMR, instalación eléctrica, antiincendios, etc. son excesivamente abundantes, y muy exigentes.
Y eso afecta también al que da las licencias. Si todo no está bien, y es justificable, no va a dar una licencia.
Así que ya sabéis.
Los maderos cuidan de vuestra seguridad. Tururu.
Aun así, sigue habiendo salas pequeñas con programaciones interesantes. Pero si no son en viernes o, sobre todo, sábados, no todo el mundo puede ni quiere ir entre semana a un concierto.
Pocas salas he visto yo que no cobren alquiler, en realidad los que pierden pasta con la falta de público son las bandas.
El panorama que hay es lo que pide el público, sin más. Lo bueno de los festivales como ya han dicho es que se descubren bandas nuevas aunque ciertamente la burbuja es evidente.
Y para las bandas tocar en festis suele ser una experiencia bastante mejor que el circuito de salas.
Yo, que prefiero por mucho las salas a los parques de atracciones aupados por grupos de inversión a los que llaman festivales, quiero incluir una problemática al "circuito" de salas. Y es que, como chico de provincias, he de decir que España es un donut con un tremendo agujero negro dentro llamado Madrid. Fuera de Madrid, o vas a la costa, o las salas son pequeñas y, por supuesto, la población. Eso disminuye mucho tanto la posibilidad de montar algo para las bandas (que, si se la juegan han de ser medianamente conocidas o tocar con alguien que lleve a su público), como para las salas a la hora de apostar por música en directo.
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