Procedente de un cambio (no se vende nada, aunque siempre estén por ahí los que esperan a que se tiren los precios... ), aterriza en casa esta Jazzmaster Pro de 2016, que ya ha sido bautizada como Wicked.
Las primeras impresiones son muy buenas, ligera (3'5 kg.), mástil muy cómodo en mi mano, corre fenomenal, sonido gordito o cristalino, según le tires de los botones, y puente aparentemente estable aunque se le tense la palanquita para hacer efectos. Muy adaptada a mis amplis de uso más común, un Deluxe Reverb y un cabezal Marshall.
Aportando cosas diferentes a nada que se le busquen las cosquillas con púas de 0'88, de 1'5, con las uñas o con el pulgar.
Total, que ha entrado con buen pie.
Las primeras impresiones son muy buenas, ligera (3'5 kg.), mástil muy cómodo en mi mano, corre fenomenal, sonido gordito o cristalino, según le tires de los botones, y puente aparentemente estable aunque se le tense la palanquita para hacer efectos. Muy adaptada a mis amplis de uso más común, un Deluxe Reverb y un cabezal Marshall.
Aportando cosas diferentes a nada que se le busquen las cosquillas con púas de 0'88, de 1'5, con las uñas o con el pulgar.
Total, que ha entrado con buen pie.