La industria muscial española del pop alcanzó una mínima madurez tras casi diez años de experiencia.
Se habían renovado las caras de los viejos ejecutivos y los recién llegados, muchos de ellos antiguos “ intérpretes o ejecutantes”, estaban logrando transformar las estructuras de las viejas fonográficas.
En los medios de comunicación también se profujo un relevo, lo que redundó en una mayor especialización y calidad de sus productos para jóvenes.Programas de radio como el ya veterano “el gran musical” o la revista “mundo joven” eran buenas muestras de ello. Incluso Televisión Española empezó a emitir “último grito”, el primer espacio de cierto nivel que abordaba la música ligera con conocimiento de causa.
El programa consagró a Jose Maria Íñigo como el gran gurú pop del momento. La bonanza económica del país se vivió con especial dicha en todo lo relacionado con el entretenimiento.
En el mundo de la música, los grupos salieron del circuito, gracias al filón inagotable del turismo. De repente, localidades como la malagueña Torremolinos o Lloret de Mar, en Gerona, se convirtieron en plazas fuertes para el mapa de la contratación musical.
Los conjuntos actuaban en hoteles y salas de fiestas aunque poco a poco fueron entrando en las programaciones de las discotecas que se inaguraron. El documento que mejor refleja en final de esta década es la película “un, dos, tres, al escondite inglés”, dirigida por Iván Zulueta en 1969.
El filme es una divertida historia de un grupo de fans del pop, que luchan contra las canción que TVE ha elegido para representar a nuestro país en un imaginario festival llamado Mundocanal.
El largomatraje es una sutil ironía sobre el estado oficial de la música en la España del 68. Cabe recordar que aquel año nuestro país ganó Eurovisión con el “la,la,la” de Massiel. El régimen utilizó esto para darse publicidad y convirtió el triunfo en una especie de venganza contra el Reino Unido por el contencioso de Gibraltar. Ver para creer….
En “Un, dos, tres….” se sucedían los primitivos “videoclips” de muchos de los nombres destacados de la época. Ahí están los primeros grupos de pop de armonías vocales. (Los Ángeles en Granada y Los Íberos en Madrid), otros conjuntos de pop de mera inspiración comercial (los madrileños Fómula V, los bilbaínos Los Mitos) o formaciones de soul como Herry y Los Seven-con sección de metal- y Shelly Y La nueva generación-con chica el frente-.
Por no faltar no falta ni el grupo inglés The End, al que el bajista de los Rolling Stones, Bill Wyman, trató de hacer populares en nuestro país.
En realidad, fueron muchos los músicos y grupos internacionales que animaron las escena española durante la segunda mitad de los años sesenta.
Unos recalaron en nuestro país por motivos de trabajo, otros por disfrutar del sol y hacer turismo mientras se ganaban unas pesetas y algunos más por la simple aventura de buscarse la vida en un mercado desconocido.
No sólo vinieron músicos extranjeros, también lo hicieron productores como el Suizo Alain Milhaud y personajes inclasificables como el británico Mike Jeffry, que se quedó en Mallorca.
El tal Jeffry había sido manager de The Animals y pronto probó fortuna en Baleares con la gestión de varios locales.
El caso es que el promotor consiguió lo que parecía imposible y hoy casi nadie recuerda: que The Jimi Hendrix Experiencie actuara el 15 de julio de 1967 en la discoteca Sgt. Pepper’s de Palma de Mallorca.
Jefrry era manager del guitarrista negro y logró convencer al trío para que pasara unos cuantos días de vacaciones en tierras baleares. Hendrix tocó frente a un público mayoritariamente extranjero, que no salía de su asombro anta la posibilidad única de ver al genio en directo. Noches después volvió al local para improvisar una ‘jam’ de blues, antes los escasos priviligiados que andaban por allí.
Milhaud imparte un ‘master’.
Esta etapa estuvo muy condicionada por la brillante labor de un productor, Alain Milhaud, que modernizó la insdustria española de la grabación. Suyas fueron las direcciones artísticas de Los Bravos, Los Canarios y Los Pop-Tops, como nombres más destacados de una completa factoría de artistas.
El suizo quería que los grupos españoles sonaran internacionales y solventes, y para ello no escatimaba esfuerzos ni medios.
A cambio, exigía a los músicos una profesionalidad intachable (puntualidad, trabajo duro en el local…) y un control casi absoluto sobre sus movimientos y estratégias. Lo que se dice todo un manager, para bién y para mal.
Este poderoso ‘capo’ del negocio puede presumir de haber parido los dos grupos que más y mejor introdujeron la música soul en España: Los Canarios y los The Pop-Tops. Gracias a su éxito surgieron otros nombres que dieron cuerpo a la pequeña presencia del soul en pop-rock español.
Los valencianos Adam Grup, por ejemplo, se especializaron en versiones de James Brown. En Madrid, grupos como Conexión miraban con atención lo que llegaba de formacions que experimentaban con el soul y el funk progresivo, como los neoyorkinos Blood Sweat & Tears.
La vuelta al mundo de Los Canarios.
La historia de Los Canarios es la historia de un joven inquieto de nombre Teodoro y apellido Bautista.
Teddy montó su primer conjunto en su tierra natal, Las Palmas de Gran Canaria, en compañía de cuatro amigos y la interveción posterior de su hermano Luís, batería. El nombre de esta primera formación fue Los Diablos del rock.
Teddy pasó un año en Tenerife estudiando una maestría técnica y allí formó un nuevo grupo.
Cuando volvió a su tierra natal no tardó en convertir a Los diablos del rock en Los Ídolos.
Por entonces el cantante y el guitarrista solían tocar en la zona sur de la isla, donde abundaban los locales que programaban actuaciones para jóvenes.
En un “bolo” tuvo la suerte de cara y por el hotel donde tocaban aparecieron los artistas europeos más admirados del momento. The Shadows, con el ídolo juvenil Cliff richard al frente.
Los británicos estaban rodando una película y los ecos de la ‘jam’ llegaron hasta la península.
En la península Los Ídolos hicieron un periplo que les llevó hasta Madrid y Barcelona. Corría el año 1964 y The Beatles eran los reyes del mundo. Teddy tomó buena nota y procuró ceñirse al sonido de actualidad.
Su tercera estación fue Sevilla y allí sus gustos comenzaron a decantarse por The Rolling Stones. El éxito que no habían alcanzado en las dos ciudades anteriores les llegó en la capital andaluza. En ella pudieron dar a conocer su EP que habían grabado para Betler en Cataluña, siendo contratados por un hotel de prestigio para animar sus veladas. Una vez más la casualidad quiso que el promotor estadounidense, Dudley Cooper, se mostrara interesado por la banda, hasta al punto de ofrecerles una gira por su país.
Con el dinero que les adelantó se compraron el mejor equipo y de inmediato comenzaron a recorrer los Estados Unidos durante todo un año. Fueron teloneros de artistas punteros como The Beach Boys, The Lovin Spoonful o Little Richard, e incluso llegaron a realizar una gira en solitario con su nueva denominación: The Canaries. ‘The mersey sound from Spain’, decían los carteles.
Aquel año 1965 se presentaron por universidades y colegios mayores, salas de fiestas y hasta parques de atracciones. Las radios programaban mucho soul de la Motwn y Teddy quedó fascinado por la música negra.
En EE.UU. dejaron grabado un repertorio que aparecería meses después sin el consentimiento del grupo, “camuflado” como cualquier cosa menos lo que era: la obra de unos músicos españoles en el país del dólar.
Su siguiente parada fue Alemania, donde comenzaron a trabajar intensamente con ese rock’n’soul que tanto les había seducido. Sus cuatro meses de gira comenzaron en el local que presentó a The Beatles en Hamburgo: el Star Club.
Más tarde tocaron con muchos de los grupos ingleses que hacían su particular ‘training’ en Alemania.
De vuelta a España, el grupo actuó en el programa “el gran musical”, de la Cadena SER. Alain Milhaud estaba allí para verles y les fichó al instante.
A continuación giraron por varios países escandinavos, perdiendo en el camino al bajista Rafa Izquierdo, que se quedó a vivir en Suecia.
Fue entonces cuando castellanizaron su nombre e introdujeron una sección de metales con trompeta, saxo y trombón. Aun siendo Los Canarios siguieron cantando en inglés, ya que su proyección era más internacional que nacional.
Pocos grupos más hacían soul rhytmn ‘n’ blues y Los Canarios llenaban el escenario con una presencia digna de ‘big band’ internacional. Sus presentaciones escénicas eran espectaculares, pero aún faltaba un éxito que les hiciera populares.
Éste llegó en 1967-68 con el tema central de la película “Peppermint Frappé” de Carlos Saura. En esa misma temporada popularizaron en enorme “geet on your kness”. El single tardó casi seis meses en ser superventas en España, pero cuando lo hizo llegó a lo más alto.
El tema supuso un gran éxito en estados Unidos, donde se seguia con interés y hasta se versionaban las canciones de Los Canarios.
Su reflejo en Europa les permitió tocar con mucha frecuencia por le continente, aunque el público se empeñaba a creer que el orígen del grupo era americano o inglés.
Todo esto que hemos contado sudecía mientras Los Canarios eran casi unos adolescentes, por lo que en 1969 Teddy Bautista fue convocado al servicio militar obligatorio. Tas la suya vinieron las “milis” de otros tres miembros, lo que rompió de lleno la progresión de la banda.
Al cabo de los años de reclutamiento, el cantante y guitarrista volvió con nuevos sonidos en su cabeza. Lo demostró en el álbum ‘Free yourself’, que le aventuraba por los registros sinfónicos de lo que sería su carrera en solitario. En 1972 grabó el álbum “Canarios vivos”, en el que participó el guitarrista Salvador Dominguez. Fue el último disco de la primera etapa de Los Canarios, ya que al cabo de un tiempo Teddy rearmaba el grupo con nuevos músicos.
Poco a poco el líder se fue rodeando de montañas de pianos, sintetizadores y hasta un melotrón. Teddy volvió a reclutar a músicos diferentes y con ellos grabó un disco basado en “las cuatro estaciones” de Vivaldi. ‘Ciclos’ fue editado en 1974 y está considerado la obra cumbre del progresivo español.
Los Pop-Tops: fábrica de éxitos de gospel y soul.
Otros de los grupos de la factoría Milhuad fue Pop-Tops su tercer fichaje importante tras Los Bravos y Los Canarios.
La formación parte de un conjunto previo denominado Los Tifones, que aprticipó en el festival de jóvenes celebrado en León en 1967.
El conjunto no ganó. Pero impresionó de tal modo al productor que este llamó en mitad de la transmisión radiofónica para ofrecerles un contrato de grabación.
The Pop-Tops se especializaron en bellas composiones de lo que Alain Milhaud denominaba ‘gospel-pop’.
La voz de Phil Trim, un afroamericano de la isla de Trinidad, era perfecta para el estilo. Sus cálidas texturas quedaron en manifiesto en las cuatro canciones que definen su trayectoria musical.
La primera es su versión española de “A whiter shade of pale”, de Procol Harum. El tema fue descubierto por su mentor antes de que la canción se hiciera popular en todo el mundo.
Una vez negociados los derechos, los músicos se apresuraron a grabarla cuanto antes.
Aún eran Los Tifones, pero esa misma noche cambiaron sus nombre por el de The Pop-Tops.
El barroquismo de la composición gustó tanto que de alguna forma marcó el camino a seguir para el sexteto.
Su siguiente éxito fue “The voice of a dying man” que se inspiraba en una ária de Bach.
La fórmula resultaba y había que profundizar en ella. “Oh lord why lord” fue la demostración definitiva de la capacidad de fusión entre la música clásica y el pop.
La pieza entera es una daptación del canon de Pachabel. En Estados Unidos recibió un premio al mejor texto de cantos espirituales de aquel año 1968, pero no alcanzó el mismo éxito en España y en Europa.
La culpa la tuvo el grupo griego Aphrodite’s Child, que con Demis Roussos y Vangelis al frente realizó una versión más comercial que la de los Pop-Tops.
Finalmente en 1971, llegaría “Mammy blue”, una composición por cuya explotación comercial se pelearon autores, productores e intermediarios de media Europa. Hubo versiones en varios idiomas, siendo los Pop-Tops quienes quedaron para la historia como los legítimos intérpretes originales.
El litigio estaba justificado, ya que se trataba de una canción redonda que apuntaba directamente a las ventas masivas.
Otro hito de aquel año para el grupo fue romper las estrechas mentes de la época con todo lo sucedido en tornoa su famoso ‘body painting’. La ocurrecia fue de un personaje inesperado, Alberto de la Cuidad de los Muchachos, al que se le ocurrió pintar los cuerpos semidesnudos de los músicos para la portada de un single. La fotogafía la tomó Alberto Schommer que posteriormente se convirtió en un fotógrafo de gran prestigio.
El asunto había quedado en una mera anécdota visual, pero el managent de Pop-Tops quiso que los músicos también salieran pintados a escena, apenas cubiertos por un tanga.
En algunas ciudades la provocación se vivió con sentido del humor y naturalidad, pero en Pamplona se armó un escándalo de los que hacen historia.
Los navarros se lo tamaron a la tremenda, máxime cuando andaban de eufórica celebración sanferminera.
Phil Trim y sus compañeros tuvieron que refugiarse en los camerinos e incluso debajo del escenario, mientras la autoridad trataba de calmar los ánimos de los más enfurecidos.
Otro altercado lo tuvieron en León, donde un comando de ultras saboteó su actuación hasta conseguir suspenderla. Resultado: multa del Gobierno Civil a los músicos por alteración del orden público. Los Pop-Tops cerraron sus historia en 1974, tras un período de decadencia en el que coquetearon en exceso con lo comercial, Phil Trim inició su carrera en solitario.
Se habían renovado las caras de los viejos ejecutivos y los recién llegados, muchos de ellos antiguos “ intérpretes o ejecutantes”, estaban logrando transformar las estructuras de las viejas fonográficas.
En los medios de comunicación también se profujo un relevo, lo que redundó en una mayor especialización y calidad de sus productos para jóvenes.Programas de radio como el ya veterano “el gran musical” o la revista “mundo joven” eran buenas muestras de ello. Incluso Televisión Española empezó a emitir “último grito”, el primer espacio de cierto nivel que abordaba la música ligera con conocimiento de causa.
El programa consagró a Jose Maria Íñigo como el gran gurú pop del momento. La bonanza económica del país se vivió con especial dicha en todo lo relacionado con el entretenimiento.
En el mundo de la música, los grupos salieron del circuito, gracias al filón inagotable del turismo. De repente, localidades como la malagueña Torremolinos o Lloret de Mar, en Gerona, se convirtieron en plazas fuertes para el mapa de la contratación musical.
Los conjuntos actuaban en hoteles y salas de fiestas aunque poco a poco fueron entrando en las programaciones de las discotecas que se inaguraron. El documento que mejor refleja en final de esta década es la película “un, dos, tres, al escondite inglés”, dirigida por Iván Zulueta en 1969.
El filme es una divertida historia de un grupo de fans del pop, que luchan contra las canción que TVE ha elegido para representar a nuestro país en un imaginario festival llamado Mundocanal.
El largomatraje es una sutil ironía sobre el estado oficial de la música en la España del 68. Cabe recordar que aquel año nuestro país ganó Eurovisión con el “la,la,la” de Massiel. El régimen utilizó esto para darse publicidad y convirtió el triunfo en una especie de venganza contra el Reino Unido por el contencioso de Gibraltar. Ver para creer….
En “Un, dos, tres….” se sucedían los primitivos “videoclips” de muchos de los nombres destacados de la época. Ahí están los primeros grupos de pop de armonías vocales. (Los Ángeles en Granada y Los Íberos en Madrid), otros conjuntos de pop de mera inspiración comercial (los madrileños Fómula V, los bilbaínos Los Mitos) o formaciones de soul como Herry y Los Seven-con sección de metal- y Shelly Y La nueva generación-con chica el frente-.
Por no faltar no falta ni el grupo inglés The End, al que el bajista de los Rolling Stones, Bill Wyman, trató de hacer populares en nuestro país.
En realidad, fueron muchos los músicos y grupos internacionales que animaron las escena española durante la segunda mitad de los años sesenta.
Unos recalaron en nuestro país por motivos de trabajo, otros por disfrutar del sol y hacer turismo mientras se ganaban unas pesetas y algunos más por la simple aventura de buscarse la vida en un mercado desconocido.
No sólo vinieron músicos extranjeros, también lo hicieron productores como el Suizo Alain Milhaud y personajes inclasificables como el británico Mike Jeffry, que se quedó en Mallorca.
El tal Jeffry había sido manager de The Animals y pronto probó fortuna en Baleares con la gestión de varios locales.
El caso es que el promotor consiguió lo que parecía imposible y hoy casi nadie recuerda: que The Jimi Hendrix Experiencie actuara el 15 de julio de 1967 en la discoteca Sgt. Pepper’s de Palma de Mallorca.
Jefrry era manager del guitarrista negro y logró convencer al trío para que pasara unos cuantos días de vacaciones en tierras baleares. Hendrix tocó frente a un público mayoritariamente extranjero, que no salía de su asombro anta la posibilidad única de ver al genio en directo. Noches después volvió al local para improvisar una ‘jam’ de blues, antes los escasos priviligiados que andaban por allí.
Milhaud imparte un ‘master’.
Esta etapa estuvo muy condicionada por la brillante labor de un productor, Alain Milhaud, que modernizó la insdustria española de la grabación. Suyas fueron las direcciones artísticas de Los Bravos, Los Canarios y Los Pop-Tops, como nombres más destacados de una completa factoría de artistas.
El suizo quería que los grupos españoles sonaran internacionales y solventes, y para ello no escatimaba esfuerzos ni medios.
A cambio, exigía a los músicos una profesionalidad intachable (puntualidad, trabajo duro en el local…) y un control casi absoluto sobre sus movimientos y estratégias. Lo que se dice todo un manager, para bién y para mal.
Este poderoso ‘capo’ del negocio puede presumir de haber parido los dos grupos que más y mejor introdujeron la música soul en España: Los Canarios y los The Pop-Tops. Gracias a su éxito surgieron otros nombres que dieron cuerpo a la pequeña presencia del soul en pop-rock español.
Los valencianos Adam Grup, por ejemplo, se especializaron en versiones de James Brown. En Madrid, grupos como Conexión miraban con atención lo que llegaba de formacions que experimentaban con el soul y el funk progresivo, como los neoyorkinos Blood Sweat & Tears.
La vuelta al mundo de Los Canarios.
La historia de Los Canarios es la historia de un joven inquieto de nombre Teodoro y apellido Bautista.
Teddy montó su primer conjunto en su tierra natal, Las Palmas de Gran Canaria, en compañía de cuatro amigos y la interveción posterior de su hermano Luís, batería. El nombre de esta primera formación fue Los Diablos del rock.
Teddy pasó un año en Tenerife estudiando una maestría técnica y allí formó un nuevo grupo.
Cuando volvió a su tierra natal no tardó en convertir a Los diablos del rock en Los Ídolos.
Por entonces el cantante y el guitarrista solían tocar en la zona sur de la isla, donde abundaban los locales que programaban actuaciones para jóvenes.
En un “bolo” tuvo la suerte de cara y por el hotel donde tocaban aparecieron los artistas europeos más admirados del momento. The Shadows, con el ídolo juvenil Cliff richard al frente.
Los británicos estaban rodando una película y los ecos de la ‘jam’ llegaron hasta la península.
En la península Los Ídolos hicieron un periplo que les llevó hasta Madrid y Barcelona. Corría el año 1964 y The Beatles eran los reyes del mundo. Teddy tomó buena nota y procuró ceñirse al sonido de actualidad.
Su tercera estación fue Sevilla y allí sus gustos comenzaron a decantarse por The Rolling Stones. El éxito que no habían alcanzado en las dos ciudades anteriores les llegó en la capital andaluza. En ella pudieron dar a conocer su EP que habían grabado para Betler en Cataluña, siendo contratados por un hotel de prestigio para animar sus veladas. Una vez más la casualidad quiso que el promotor estadounidense, Dudley Cooper, se mostrara interesado por la banda, hasta al punto de ofrecerles una gira por su país.
Con el dinero que les adelantó se compraron el mejor equipo y de inmediato comenzaron a recorrer los Estados Unidos durante todo un año. Fueron teloneros de artistas punteros como The Beach Boys, The Lovin Spoonful o Little Richard, e incluso llegaron a realizar una gira en solitario con su nueva denominación: The Canaries. ‘The mersey sound from Spain’, decían los carteles.
Aquel año 1965 se presentaron por universidades y colegios mayores, salas de fiestas y hasta parques de atracciones. Las radios programaban mucho soul de la Motwn y Teddy quedó fascinado por la música negra.
En EE.UU. dejaron grabado un repertorio que aparecería meses después sin el consentimiento del grupo, “camuflado” como cualquier cosa menos lo que era: la obra de unos músicos españoles en el país del dólar.
Su siguiente parada fue Alemania, donde comenzaron a trabajar intensamente con ese rock’n’soul que tanto les había seducido. Sus cuatro meses de gira comenzaron en el local que presentó a The Beatles en Hamburgo: el Star Club.
Más tarde tocaron con muchos de los grupos ingleses que hacían su particular ‘training’ en Alemania.
De vuelta a España, el grupo actuó en el programa “el gran musical”, de la Cadena SER. Alain Milhaud estaba allí para verles y les fichó al instante.
A continuación giraron por varios países escandinavos, perdiendo en el camino al bajista Rafa Izquierdo, que se quedó a vivir en Suecia.
Fue entonces cuando castellanizaron su nombre e introdujeron una sección de metales con trompeta, saxo y trombón. Aun siendo Los Canarios siguieron cantando en inglés, ya que su proyección era más internacional que nacional.
Pocos grupos más hacían soul rhytmn ‘n’ blues y Los Canarios llenaban el escenario con una presencia digna de ‘big band’ internacional. Sus presentaciones escénicas eran espectaculares, pero aún faltaba un éxito que les hiciera populares.
Éste llegó en 1967-68 con el tema central de la película “Peppermint Frappé” de Carlos Saura. En esa misma temporada popularizaron en enorme “geet on your kness”. El single tardó casi seis meses en ser superventas en España, pero cuando lo hizo llegó a lo más alto.
El tema supuso un gran éxito en estados Unidos, donde se seguia con interés y hasta se versionaban las canciones de Los Canarios.
Su reflejo en Europa les permitió tocar con mucha frecuencia por le continente, aunque el público se empeñaba a creer que el orígen del grupo era americano o inglés.
Todo esto que hemos contado sudecía mientras Los Canarios eran casi unos adolescentes, por lo que en 1969 Teddy Bautista fue convocado al servicio militar obligatorio. Tas la suya vinieron las “milis” de otros tres miembros, lo que rompió de lleno la progresión de la banda.
Al cabo de los años de reclutamiento, el cantante y guitarrista volvió con nuevos sonidos en su cabeza. Lo demostró en el álbum ‘Free yourself’, que le aventuraba por los registros sinfónicos de lo que sería su carrera en solitario. En 1972 grabó el álbum “Canarios vivos”, en el que participó el guitarrista Salvador Dominguez. Fue el último disco de la primera etapa de Los Canarios, ya que al cabo de un tiempo Teddy rearmaba el grupo con nuevos músicos.
Poco a poco el líder se fue rodeando de montañas de pianos, sintetizadores y hasta un melotrón. Teddy volvió a reclutar a músicos diferentes y con ellos grabó un disco basado en “las cuatro estaciones” de Vivaldi. ‘Ciclos’ fue editado en 1974 y está considerado la obra cumbre del progresivo español.
Los Pop-Tops: fábrica de éxitos de gospel y soul.
Otros de los grupos de la factoría Milhuad fue Pop-Tops su tercer fichaje importante tras Los Bravos y Los Canarios.
La formación parte de un conjunto previo denominado Los Tifones, que aprticipó en el festival de jóvenes celebrado en León en 1967.
El conjunto no ganó. Pero impresionó de tal modo al productor que este llamó en mitad de la transmisión radiofónica para ofrecerles un contrato de grabación.
The Pop-Tops se especializaron en bellas composiones de lo que Alain Milhaud denominaba ‘gospel-pop’.
La voz de Phil Trim, un afroamericano de la isla de Trinidad, era perfecta para el estilo. Sus cálidas texturas quedaron en manifiesto en las cuatro canciones que definen su trayectoria musical.
La primera es su versión española de “A whiter shade of pale”, de Procol Harum. El tema fue descubierto por su mentor antes de que la canción se hiciera popular en todo el mundo.
Una vez negociados los derechos, los músicos se apresuraron a grabarla cuanto antes.
Aún eran Los Tifones, pero esa misma noche cambiaron sus nombre por el de The Pop-Tops.
El barroquismo de la composición gustó tanto que de alguna forma marcó el camino a seguir para el sexteto.
Su siguiente éxito fue “The voice of a dying man” que se inspiraba en una ária de Bach.
La fórmula resultaba y había que profundizar en ella. “Oh lord why lord” fue la demostración definitiva de la capacidad de fusión entre la música clásica y el pop.
La pieza entera es una daptación del canon de Pachabel. En Estados Unidos recibió un premio al mejor texto de cantos espirituales de aquel año 1968, pero no alcanzó el mismo éxito en España y en Europa.
La culpa la tuvo el grupo griego Aphrodite’s Child, que con Demis Roussos y Vangelis al frente realizó una versión más comercial que la de los Pop-Tops.
Finalmente en 1971, llegaría “Mammy blue”, una composición por cuya explotación comercial se pelearon autores, productores e intermediarios de media Europa. Hubo versiones en varios idiomas, siendo los Pop-Tops quienes quedaron para la historia como los legítimos intérpretes originales.
El litigio estaba justificado, ya que se trataba de una canción redonda que apuntaba directamente a las ventas masivas.
Otro hito de aquel año para el grupo fue romper las estrechas mentes de la época con todo lo sucedido en tornoa su famoso ‘body painting’. La ocurrecia fue de un personaje inesperado, Alberto de la Cuidad de los Muchachos, al que se le ocurrió pintar los cuerpos semidesnudos de los músicos para la portada de un single. La fotogafía la tomó Alberto Schommer que posteriormente se convirtió en un fotógrafo de gran prestigio.
El asunto había quedado en una mera anécdota visual, pero el managent de Pop-Tops quiso que los músicos también salieran pintados a escena, apenas cubiertos por un tanga.
En algunas ciudades la provocación se vivió con sentido del humor y naturalidad, pero en Pamplona se armó un escándalo de los que hacen historia.
Los navarros se lo tamaron a la tremenda, máxime cuando andaban de eufórica celebración sanferminera.
Phil Trim y sus compañeros tuvieron que refugiarse en los camerinos e incluso debajo del escenario, mientras la autoridad trataba de calmar los ánimos de los más enfurecidos.
Otro altercado lo tuvieron en León, donde un comando de ultras saboteó su actuación hasta conseguir suspenderla. Resultado: multa del Gobierno Civil a los músicos por alteración del orden público. Los Pop-Tops cerraron sus historia en 1974, tras un período de decadencia en el que coquetearon en exceso con lo comercial, Phil Trim inició su carrera en solitario.
