1. Llegaba la guitarra a casa
2. Se la enseñaba a mi pareja
3. Le preguntaba si le gustaba
4. Me daba igual su respuesta
Y ya. Sí he tenido bronca en un par de ocasiones que vendí alguna guitarra que le gustaba a ella. Le pasó con una PRS y con una ES-335.
En realidad siempre seguí el sentido común: mientras me pude hinchar a comprar guitarras, lo hice. Cuando vi que no era el momento, las vendí. Ahora sólo tengo dos, y me sobran dos más o menos.