Recuerdo unas cuantas
. Pero pondré las que creo que son más significativas que me sucedieron en tiendas de Barcelona.
Tendría 17 o 18 años, por el año 1989, cuando me presenté en lo que era Musical Liceo con el dinero en el bolsillo para comprarme el Boss Equalizer BE-7B. Ya me conocían porque ya les había comprado un ampli de bajo y era donde regularmente les compraba las cuerdas. Vi que también tenían el Flanger BF-2B específico para bajo y pedí probarlo antes de comprarles el ecualizador. El jefe de la tienda, con su "humor" particular, me saca el pedal y me lo enchufa en un bajo, pero me dice que no puedo tocarlo (el bajo), sino que tan sólo me deja setear el pedal mientras el aguanta el bajo y va tocando A y E al aire. Ya puestos, estuve unos minutos seteando el pedal y, sin discutir nada de nada, le dije que ese pedal no era lo que buscaba. Acto seguido me fui a Iber Musical y en menos de quince minutos ya estaba saliendo por la puerta con el ecualizador. Decir que posteriormente también les compré otro de Boss, el CS-3 de Boss y, por supuesto, las cuerdas.
Hará unos 10 años, quería otro cinco cuerdas diferente y decido ir a una tienda (no el diré nombre), caracterizada por su buen rollismo. Hay un Warwick Corvette edición especial, con mezcla de maderas de bubinga con tapa de arce, con una pastilla del puente tipo doble Single y un previo que son una maravilla. GAS inmediato!! Lo pruebo un buen rato y me encanta su sonido, pero lo noto muy duro al tacto puesto que, claramente, las cuerdas están bastante altas en el puente. Se lo hago saber y su dueño me comenta amablemente que es muy difícil tener todos los instrumentos ajustados al detalle, por lo que siempre se pueden ajustar más. Decido volver a las dos semanas, ya con el dinerito en el bolsillo, y acompañado por mi hermano (él también es bajista), por aquello de cuatro ojos ven más que dos. Vuelvo a probar el bajo y le expongo que antes necesito que me baje alturas del puente para ver cómo queda el tacto. La "solución" que hizo el dueño, porque la vimos con nuestros propios ojos, fue dar una media vuelta al alma, para enderezar el mástil, pero sin tocar para nada las alturas del puente. Como consecuencia, aquello comenzó a trastear en los primeros trastes, siendo el tacto casi igual de duro en el resto del mástil. Compruebo que no me convence y pregunto si mi hermano también puede probar el bajo, que tras tocarlo un rato tampoco le convence ese ajuste. hablo con el dueño y le vuelvo a insistir en que me gustaba la curvatura incial del mástil, antes de tocar el alma, pero no así ese ajuste del puente. A todo esto, y sin yo decirle que llevaba la pasta en el bolsillo, el dueño, con una seguridad abrumadora, nos empieza a dar excusas peregrinas, muy bien argumentadas por su parte sobre temas de ajuste puesto que es un excelente vendedor: que si Warwick, que si el ángulo del mástil, que si el calibre de cuerdas, y que si bla-bla-bla, pero que claramente no nos convencen ni a mi hermano, ni a mí. Total que salimos de la tienda flipando en cómo su cabezonería había hechado a perder una venta tan fácil. A día de hoy, al recordarlo, aún seguimos flipando!
Camino a casa desarrollamos la hipótesis que ese mástil no debía estar del todo bien, puesto que al bajar la altura de cuerdas se hubiera evidenciado algún tipo de defecto o vicio de la madera. Todos sabemos lo deseados y buscados que son los instrumentos que admiten una acción baja. Y en caso de serlo, el vendedor le hubiera sacado partido. Pero al no hacerlo caímos en la cuenta que toreó el asunto de manera hábil. (Si no se entiende la vacilada, en ese momento yo formaba parte del equipo del taller de un reputado luthier. Así que en temas de ajustes, digamos que no es fácil que me la cuelen, porque sé de lo que hablo).
La última, hará un poco menos de 3 años, en el archiconocido gran almacén-tienda de música física/on line, y también de referencia nacional. Me paso para probar varias Fender Telecaster Player Series. Entre todas sale elegida una. Tiene ese tono que la diferencia del resto, aunque el ajuste del mástil es claramente mejorable por estar curvado en exceso. Se lo hago saber y me dicen que tienen como política de empresa no ajustar nada antes de la venta. Lástima, porque la guitarra creo que sí lo merece. Semanas después, en otro ataque de GAS, me vuelvo a presentar con el dinero encima, y dispuesto a ir a por todas. Vuelvo a compararla con el resto, sólo que esta vez hay otra nueva competidora que es capaz de plantarle cara. Para mi "suerte" me toca al vendedor con sabida fama de borde. Le expongo el tema. De nuevo se niega a ajustármela. Me dice que el luthier de la tienda no está para eso, a lo que le pregunto: "¿y, entonces, cuando la vais a ajustar?", a lo que me contesta con un: "cuando la compres!!", con una actitud muy desafiante. Sin decir nada, hecho mano al bolsillo, le muestro los 650 € que llevaba encima y le digo que sin ajuste previo, donde pueda comprobar que no haya ninguna cosa rara en el mástil, no la compro. Y me fui.