Solo calienta intensamente el punto donde se hace la soldadura, sin dar tiempo a que este se extienda por todo el metal. Es tan efectivo que inmediatamente fragua y al poner el soldador en el soporte puedes tocar inmediatamente el pote con el dedo ya que apenas está caliente, porque la misma carcaza disipa el el calor desde ese punto.
Sin embargo si no es el adecuado y no tiene la suficiente inercia, con rallas, con fundente o con lo que sea, para llegar a la temperatura de fusión del estaño y que este una los componentes, necesita calentar toda la carcaza para poder ser efectivo y trae como consecuencia, que fríes el interior del potenciómetro. Quizás funcione, pero no transmite adecuadamente la señal por los restos que se crean en las pistas.
En el mercado existen distintos tipos de soldador, con distintos watios, formas y puntas adecuadas para diversas situaciones. Con tres de buena marca tipo Weller puedes solucionar todas las situaciones, sin estar invirtiendo en una estación para soldar con puntas incluidas que se dispara de precio. Este último es muy práctico porque regulas con mucha precisión tanto la temperatura como los watios, pero también lo pagas.
Es como el que usa una llave ajustable para hacer todos los trabajos, Se mellan las tuercas o las cabezas de los tornillos, o no puedes acceder a sitios con poco espacio, sin embargo si tienes las llaves adecuadas para cada medida, queda un trabajo profesional y seguro, ya que con una llave ajustable muchas veces no se le da la torsión adecuada a un tornillo.
Ahora bien a todo esto hay que sumarle la práctica y experiencia.