¡Hola, guitarristas! Os dejo una reflexión por si os apetece leerla:
Trabajar la improvisación como creación de melodías implica descubrir la relación entre el acorde que vemos y la escala que lo ha generado. Es decir, todo acorde proviene de una escala (dimensión horizontal) o bien, todo acorde no es más que la expresión vertical de algunas de las notas de una escala. Dado que el acorde no nos muestra todas las notas de la escala, es nuestro deber encontrar la génesis, ese principio generador de la armonía como punto de partida para la creación de una nueva melodía. Y en eso consiste el análisis.
Cuando nos encontramos con una progresión de acordes podemos limitarnos a tocarlos en el orden establecido, sin ir más lejos. La cuestión es, ¿y si tuviera que improvisar sobre ellos? ¿y si tuviera que crear una melodía basada en dichos acordes? Este paso implica un análisis del contexto, una asignación de funciones, la determinación de unos roles.
Cuando dos personas están dando clase y entra una tercera persona y dice que una de ellas es la alumna, está asumiendo, sin tener que decirlo, que la otra persona es la profesora. Asignar una función/rol implica sobreentender otra función/rol. De la misma manera, decir que un acorde cumple una función de IIm7 implica asumir que hay un acorde que cumple la función de primer grado y todo ello conlleva que cuando tenga que dialogar con él, utilizaré la escala dórica. Función y escala son una y la misma cosa. Analizar es tomar partido en la improvisación.
Si estoy en una fiesta en la cual me limito a observar (tocar los acordes) no encuentro nada problemático pero si decido hablar con alguien (crear una melodía sobre un acorde) me acercaré y tendré una conversación. El tema de conversación vendrá determinado por la función que asigne a dicha persona. Si creo que trabaja en sanidad, educación o cualquier otra profesión, mi diálogo irá encaminado en dicha dirección. Si me equivoco al asignar la profesión, la conversación se volverá ininteligible pues la otra persona no sabrá qué decir sobre ese tema.
Así, acertar el análisis implica improvisar con una selección de notas compatibles con el acorde. Saber elegir entre dichas notas es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Trabajar la improvisación como creación de melodías implica descubrir la relación entre el acorde que vemos y la escala que lo ha generado. Es decir, todo acorde proviene de una escala (dimensión horizontal) o bien, todo acorde no es más que la expresión vertical de algunas de las notas de una escala. Dado que el acorde no nos muestra todas las notas de la escala, es nuestro deber encontrar la génesis, ese principio generador de la armonía como punto de partida para la creación de una nueva melodía. Y en eso consiste el análisis.
Cuando nos encontramos con una progresión de acordes podemos limitarnos a tocarlos en el orden establecido, sin ir más lejos. La cuestión es, ¿y si tuviera que improvisar sobre ellos? ¿y si tuviera que crear una melodía basada en dichos acordes? Este paso implica un análisis del contexto, una asignación de funciones, la determinación de unos roles.
Cuando dos personas están dando clase y entra una tercera persona y dice que una de ellas es la alumna, está asumiendo, sin tener que decirlo, que la otra persona es la profesora. Asignar una función/rol implica sobreentender otra función/rol. De la misma manera, decir que un acorde cumple una función de IIm7 implica asumir que hay un acorde que cumple la función de primer grado y todo ello conlleva que cuando tenga que dialogar con él, utilizaré la escala dórica. Función y escala son una y la misma cosa. Analizar es tomar partido en la improvisación.
Si estoy en una fiesta en la cual me limito a observar (tocar los acordes) no encuentro nada problemático pero si decido hablar con alguien (crear una melodía sobre un acorde) me acercaré y tendré una conversación. El tema de conversación vendrá determinado por la función que asigne a dicha persona. Si creo que trabaja en sanidad, educación o cualquier otra profesión, mi diálogo irá encaminado en dicha dirección. Si me equivoco al asignar la profesión, la conversación se volverá ininteligible pues la otra persona no sabrá qué decir sobre ese tema.
Así, acertar el análisis implica improvisar con una selección de notas compatibles con el acorde. Saber elegir entre dichas notas es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
