Vamos con una pequeña intro para ponernos en situación...corren los mediados de los años 80 y el grupo Mötley Crüe ya es archiconocido en la escena mundial, y dentro de la formación nos encontramos a su carismático guitarrista, Mick Mars, a mi juicio, un guitarrista muy infravalorado. Aquejado de una enfermedad ósea degenerativa llamada espondilitis anquilosante desde los 17 años, el dolor le ha acompañado prácticamente toda su vida.
Guitarrista que se destaca por sus poderosos riffs, potentes acompañamientos y rápidos y melódicos solos, ha sido visto con multitud de guitarras a lo largo de su carrera...desde sus inicios con las B.C. Rich Warlock, pasando por las Hamer Blitz, las Kramer (varios modelos, incluyendo una Tele Marilyn Monroe pintada por Dennis Kline, artista fetiche de las Kramer de los 80)...aunque desde hace tiempo se le asocia principalmente a su amada Fender Stratocaster customizada con Floyd Rose y disposición de pastillas HSH, "Isabella".
En cuanto a la fase de las Kramer...son mediados de los 80, y la marca Kramer encuentra un filón de oro con la publicidad que le está generando Eddie Van Halen, haciendo que, uno tras otro, vayan cayendo grandes guitarristas en sus modelos, bien como modelos signatures o como endorsers de modelos ya existentes. Este es el caso de Vivian Campbell, Elliot Easton, el anteriormente citado Van Halen, Richie Sambora, Paul Dean...y evidentemente, Mick Mars.
Dada la enorme popularidad del grupo y de su guitarrista, Kramer le ofrece realizar su propia signature, modelo que os presento hoy.
Es increíble que una persona que en aquellos años se asociaba a guitarras con formas radicales (B.C. Rich Warlock, Hamer Blitz...), elige una guitarra con el cuerpo con forma de Tele...en una entrevista que le realizaron en su día, le hicieron la pregunta de el por qué de la forma de tele en el cuerpo en una guitarra tan agresiva, a lo que él respondió que "porque nadie se había atrevido hasta entonces a hacer eso con una Tele".
La guitarra es una superstrato....ejem...una "supertele"...bueno, digamos que es una tele muuuuuy especial, como la carrera de los Mötley Crüe...agresiva y transgresora...
Este modelo sólamente se puso a la venta en Japón durante un sólo año, y su fabricación fue muuuuuy reducida...se cree que se hicieron menos de 10 unidades en color negro (algunas fuentes dicen que fueron 6, concretamente), otras 10 en blanco y unas 20-30 en color plata con frontal en espejo.
Vamos al lío...
Construcción y componentes:
El cuerpo está basado en el modelo Telecaster, pero con los rebajes típicos de una Stratocaster para el antebrazo y la barriga, así como un rebaje en la zona de unión del mástil, lo que favorece el acceso a los trastes altos. El cuerpo está hecho de madera de aliso, al igual que los modelos Fender, lo que le da un timbre y sonoridad estupendos...cuando golpeas la madera del cuerpo notas una vibración impresionante.
En la parte frontal nos encontramos una pastilla doble Seymour Duncan JB, sustituyendo a la original Kramer (muy buena, por cierto, pero algo menos "controlable" y con menos matices que la JB), un Floyd Rose Original y un único potenciómetro de volumen con botón tipo Dome metálico negro, al igual que todo el hardware del resto de la guitarra....es fácil ver lo que pide ésta guitarra...enchufar y destrozar tímpanos...metal en estado puro...
El mástil, realizado en tres piezas de arce con cortes asimétricos, es una bendición para la mano izquierda...tiene un grosor y un agarre simplemente maravillosos. A esta sensación ayuda tremendamente el magnífico diapasón de Palorosa de Brasil, con un radio creo que de unas 12"...bastante rápido y de un aspecto brutal...los trastes están entre el tamaño medium-jumbo y jumbo.
En el frontal de la pala tipo "banana" nos encontramos el logo de la marca, así como una cejuela de bloqueo Floyd Rose y la tapa de acceso al alma, mientras que en la parte posterior nos encontramos con un clavijero Gotoh muy preciso y estable.
Sonido y acción:
No me cansaré de decirlo...las guitarras de sólo una pastilla doble tienen algo muuuuy especial, y esta guitarra no es la excepción...su timbre, el cuerpo que consigue, el sustain...no se puede comparar a nada más que no sea otra guitarra con sólo una pastilla doble...
El sonido es brutal...todos conocemos las JB, pero en este cuerpo, sin los huecos de otras pastillas, se consiguen otros matices distintos...con más cuerpo...es difícil de explicar, hay que tocarla y sentirla...subiendo poco a poco el volumen del potenciómetro desde cero, asombra mucho la cantidad de caña que ofrece...es puro metal...
El accionamiento del Floyd es perfecto, lo que se espera de un Original de esos años...preciso y estable, nada nervioso, progresivo...muy cómodo en ejecución.
La acción es bastante baja y muy cómoda, y el radio del diapasón favorece tanto los solos como las progresiones de acordes.
Conclusión:
Una Tele con esteroides y mala leche, potente, transgresora, inusual, llamativa...en fin, una salvajada de los 80, como los Mötley Crüe...potencia en estado puro.
Una construcción deliciosa con unos materiales y acabados espectaculares que dan como resultado una de las más extrañas y codiciadas Kramer que se hayan hecho...simplemente irrepetible, como Mick Mars.
Desde que la enchufas, notas su potencia, y su acción es simplemente deliciosa.
Como contra, su estética tan particular, tan alejada de la concepción normal de una Tele, así como la poca polivalencia en su sonido, no la hacen apta para prácticamente ningún estilo que no sea el metal.
Espero que os haya gustado y estéis bien...Un abrazo a todos.