Hace unos meses se me antojó (Semán Tohó) una Jaguar y abrí un hilo como espita del GAS para poder evacuar algo de la presión acumulada. El caso es que el hilo siguió creciendo y al final todo el gas se me fue para una Jazzmaster.
Como antecedentes, nunca hasta ahora había tenido una Jazzmaster, pero es que ni siquiera había probado una, aunque sí una Jaguar de un colega músico con el que comparto local de ensayo y batería, y de donde me vino el antojo. El sonido de la Jaguar me encanta, pero me sedujo más el sonido quizás con más matices o mayor rango de frecuencias que ofrece la Jazzmaster, probablemente más versátil, aunque yo básicamente quiero tocar Surf e instrumentales estilo The Shadows o Spaghetti Western con ella.
También como antecedentes, tengo dos Squiers Telecaster, una Vintage Modified con P90s que suena y se toca que tira de espaldas, y una Classic Vibe que es una delicia para la vista, el tacto y el oído. El mástil de la Classic Vibe es IMPECABLE, trastes perfectamente colocados y pulidos, y el de la Vintage Modified, sin ser tan espectacular, es muy bueno también en todos los aspectos. Satinado, resultaba algo crudo con la guitarra nueva, pero al cabo de los años ha cogido un color precioso y una suavidad inmejorable.
En fin, que bebía los vientos por una Jazzmaster, y con mi presupuesto limitado y me positiva experiencia con Squier decidí que quería una de esa marca. En el punto de mira, la Classic Vibe del modelo, que estaba ancá Tomás el alemán - y sigue estando - a 409 euros, y la 40 aniversario, de la cual había una con mucho bling para mi gusto por 339 euros (herrajes dorados, color azul intenso) y otra aparentemente superior y más sencilla por 477 euros. En Youtube hay un especialista en Offsets que analizaba la de 477 euros y la dejaba por las nubes por el precio (600 dólares en ese momento) El análisis es muy detallado y aparentemente muy sincero, no creo que sea un publirreportaje pagado. Lo podéis ver aquí: .
El caso es que la quería para mi cumple, pero no pudo ser por las putas perras - la falta de ellas más bien - y pensé que la pillaría para las Navidades. Hete aquí que un día a principios de septiembre me sale en el Féisbuc un anuncio de que el tío Tomás está liquidando las Squiers 40 aniversario, y la Jazzmaster aparece a 289 euros... "¡ME LA PILLO!" me digo inmediatamente, pero reprimo el instinto clicador y me digo "espérate, consúltalo con la parienta, mira que hay muchos gastos ahora a principio de curso, y 300 euros no son ná, pero son mucho." Lo consulto con la parienta y me da el visto bueno. Me güervo loco de contento y la pido...
Tras diversos avatares que no voy a revelar, en la tarde de hoy me ha llegado la bicha. De momento solo la he sacado de la caja, he probado que todo funciona y he hecho un video de unboxing o 'ambocsin'.
Ya tengo un veredicto, y mi conclusión es solo parcialmente positiva.
Puntos positivos:
1. Sonido. Suena muy auténtica, tiene ese twang que esperaba tan apropiado para el tipo de música que quiero tocar.
2. Apariencia. Es preciosa. El color Sea Foam Green es muy, muy bonito, y con la combinación del golpeador de aluminio anodizado y las pastillas blancas da una impresión muy elegante.
3. Clavijero. Funciona muy bien, suave y preciso.
4. La palanca de trémolo se queda en la posición fija que desees, no baila como suele ocurrir a veces con las offsets.
5. No se desafina fácilmente cuando usas el trémolo. Esto es algo fundamental para mí.
6. El perfil del mástil es muy cómodo.
Puntos neutrales (dependen del gusto)
1. La pala y el logo me gustan mucho
2. El mástil no es barnizado sino satinado. El color me gusta mucho, y aunque ahora mismo el tacto es algo crudo, por mi experiencia con mi Squier Vintage Modified sé que en un par de años estará perfecto.
5. Los botones de volumen y tono son muy feos para mi gusto, pero eso tiene fácil arreglo.
Puntos negativos
1. Trastes. No están pulidos ni coronados y rascan como demonios. En la review del Youtuber precisamente indicaban que el trabajo en los trastes era muy bueno. En este ejemplar definitivamente no. Además, en algunos de los trastes se ven ligeros restos de cola o pegamento.
2. Cuerdas. Vienen oxidadas. Son D'Addario, pero la guitarra debe llevar almacenada bastantes meses y se han oxidado. La combinación trastes sin pulir ni coronar más las cuerdas oxidadas dan una sensación de guitarra baratera del Cash Converters que me ha decepcionado mucho.
3. Trae un pincón en el golpeador, hecho probablemente con la punta de un destornillador o algo, que no se ve desde la posición del tocador, pero si la miras de frente sí.
4. La palanca de trémolo claquetea algo, típico de los trémolos offsets baratos. Cuando le cambie de cuerdas le buscaré algún tipo de solución.
Ni el ruido de los infames trastes ni el claqueteo del trémolo suenan cuando estás enchufado, con lo cual el resultado final no es completamente negativo, pero si en mis otras Squiers la puntuación es de 5/5, en esta no creo que pueda darle esa puntuación.
Seguiré informando a medida que haga más pruebas.
Video del unboxing y primeras pruebas:
Como antecedentes, nunca hasta ahora había tenido una Jazzmaster, pero es que ni siquiera había probado una, aunque sí una Jaguar de un colega músico con el que comparto local de ensayo y batería, y de donde me vino el antojo. El sonido de la Jaguar me encanta, pero me sedujo más el sonido quizás con más matices o mayor rango de frecuencias que ofrece la Jazzmaster, probablemente más versátil, aunque yo básicamente quiero tocar Surf e instrumentales estilo The Shadows o Spaghetti Western con ella.
También como antecedentes, tengo dos Squiers Telecaster, una Vintage Modified con P90s que suena y se toca que tira de espaldas, y una Classic Vibe que es una delicia para la vista, el tacto y el oído. El mástil de la Classic Vibe es IMPECABLE, trastes perfectamente colocados y pulidos, y el de la Vintage Modified, sin ser tan espectacular, es muy bueno también en todos los aspectos. Satinado, resultaba algo crudo con la guitarra nueva, pero al cabo de los años ha cogido un color precioso y una suavidad inmejorable.
En fin, que bebía los vientos por una Jazzmaster, y con mi presupuesto limitado y me positiva experiencia con Squier decidí que quería una de esa marca. En el punto de mira, la Classic Vibe del modelo, que estaba ancá Tomás el alemán - y sigue estando - a 409 euros, y la 40 aniversario, de la cual había una con mucho bling para mi gusto por 339 euros (herrajes dorados, color azul intenso) y otra aparentemente superior y más sencilla por 477 euros. En Youtube hay un especialista en Offsets que analizaba la de 477 euros y la dejaba por las nubes por el precio (600 dólares en ese momento) El análisis es muy detallado y aparentemente muy sincero, no creo que sea un publirreportaje pagado. Lo podéis ver aquí: .
El caso es que la quería para mi cumple, pero no pudo ser por las putas perras - la falta de ellas más bien - y pensé que la pillaría para las Navidades. Hete aquí que un día a principios de septiembre me sale en el Féisbuc un anuncio de que el tío Tomás está liquidando las Squiers 40 aniversario, y la Jazzmaster aparece a 289 euros... "¡ME LA PILLO!" me digo inmediatamente, pero reprimo el instinto clicador y me digo "espérate, consúltalo con la parienta, mira que hay muchos gastos ahora a principio de curso, y 300 euros no son ná, pero son mucho." Lo consulto con la parienta y me da el visto bueno. Me güervo loco de contento y la pido...
Tras diversos avatares que no voy a revelar, en la tarde de hoy me ha llegado la bicha. De momento solo la he sacado de la caja, he probado que todo funciona y he hecho un video de unboxing o 'ambocsin'.
Ya tengo un veredicto, y mi conclusión es solo parcialmente positiva.
Puntos positivos:
1. Sonido. Suena muy auténtica, tiene ese twang que esperaba tan apropiado para el tipo de música que quiero tocar.
2. Apariencia. Es preciosa. El color Sea Foam Green es muy, muy bonito, y con la combinación del golpeador de aluminio anodizado y las pastillas blancas da una impresión muy elegante.
3. Clavijero. Funciona muy bien, suave y preciso.
4. La palanca de trémolo se queda en la posición fija que desees, no baila como suele ocurrir a veces con las offsets.
5. No se desafina fácilmente cuando usas el trémolo. Esto es algo fundamental para mí.
6. El perfil del mástil es muy cómodo.
Puntos neutrales (dependen del gusto)
1. La pala y el logo me gustan mucho
2. El mástil no es barnizado sino satinado. El color me gusta mucho, y aunque ahora mismo el tacto es algo crudo, por mi experiencia con mi Squier Vintage Modified sé que en un par de años estará perfecto.
5. Los botones de volumen y tono son muy feos para mi gusto, pero eso tiene fácil arreglo.
Puntos negativos
1. Trastes. No están pulidos ni coronados y rascan como demonios. En la review del Youtuber precisamente indicaban que el trabajo en los trastes era muy bueno. En este ejemplar definitivamente no. Además, en algunos de los trastes se ven ligeros restos de cola o pegamento.
2. Cuerdas. Vienen oxidadas. Son D'Addario, pero la guitarra debe llevar almacenada bastantes meses y se han oxidado. La combinación trastes sin pulir ni coronar más las cuerdas oxidadas dan una sensación de guitarra baratera del Cash Converters que me ha decepcionado mucho.
3. Trae un pincón en el golpeador, hecho probablemente con la punta de un destornillador o algo, que no se ve desde la posición del tocador, pero si la miras de frente sí.
4. La palanca de trémolo claquetea algo, típico de los trémolos offsets baratos. Cuando le cambie de cuerdas le buscaré algún tipo de solución.
Ni el ruido de los infames trastes ni el claqueteo del trémolo suenan cuando estás enchufado, con lo cual el resultado final no es completamente negativo, pero si en mis otras Squiers la puntuación es de 5/5, en esta no creo que pueda darle esa puntuación.
Seguiré informando a medida que haga más pruebas.
Video del unboxing y primeras pruebas: