Asi es, yo me fío mas de rocambole que de ellos
Leo era lo que hoy en día llamaríamos un adicto al trabajo, se pasaba muchas horas trabajando en su taller, y luego en su fábrica, pero había un control muy estricto de la calidad, era un perfeccionista, dicen los que le conocieron que rayando la obsesión.
Vamos, un genio que se desvivía por lo que hacía, ahora es una multinacional con sus libros de cuentas, su consejo de administración, etc.
Ni bueno ni malo, distinto.
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