La dinámica natural y efectos de dinámica
Los guitarristas siempre estamos incorporando nuevos efectos en nuestro sonido, desde distorsiones u overdrives de lo más variopinto, a modulaciones de las que hablaremos próximamente, como phaser, chorus, flanger, o los famosos delays, ecos, loopers y reverbs.
Sin embargo, la mayor parte de los guitarristas apenas saben definir qué es un efecto de dinámica, a pesar de tratarse, junto a la distorsión y el overdrive, de los efectos más importantes, no ya en nuestro instrumento, sino en toda la música, y ser claves en la grabación en estudio.
La dinámica natural, ese gran desconocido
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Primero, debemos definir qué es la dinámica musical. La dinámica es un término utilizado desde la música clásica, que actualmente puede ser referido a la interpretación o la forma de tocar un instrumento, o bien a un efecto de sonido aplicado a cualquier instrumento o al conjunto de ellos.
En su primera vertiente, la dinámica es la diferencia entre los volumenes de diferentes partes del tema o incluso distintas figuras musicales. Es decir, esos típicos símbolos que habréis leído en muchas partituras; forte, piano, pianissimo, mezzo-forte...
Podría decirse que la dinámica "natural", es el control del volumen a lo largo de la pieza, y los cambios elegidos libremente por el intérprete.
Una pieza no debe tocarse al mismo volumen durante toda la canción. Hay pasajes que han de tener más garra y explosionar, mientras que otros segmentos deben caer en volumen. Es algo que también se hace para realzar un instrumento en un momento determinado. Por ejemplo, si queremos destacar el bajo en un fragmento, pero queremos que la canción suene más suave (más "piano"), en lugar de subir el volumen al bajo o tocarlo más fuerte, deberíamos mantener el volumen del resto más bajo. En cambio, si queremos un solo explosivo y con una base contundente, podemos elegir subir el solo de guitarra y no bajar el resto.
Esto, en guitarra, podemos conseguirlo naturalmente bien con el golpe de púa (un ataque más fuerte) o pulsando con mayor suavidad con los dedos. Es algo que podemos ver muy a menudo en blues, jazz, clásica... o en grandes músicos de rock y de metal (desde Pink Floyd o Dream Theater, a Free, Lynyrd Skynyrd, Aerosmith o los ZZ Top).
Además de ésto la dinámica también se emplea a la hora de acentuar algunas notas. Mediante esta técnica podemos tocar un pasaje alterando los acentos y generando un sonido muy diferente, por ejemplo, tocando una figura de tresillos a semicorcheas, o una de semicorcheas a seisillos, como suele hacer el maestro Paul Gilbert. Esto hace que el sonido, generalmente muy estandarizado, de una permuta o un bloque de notas, cambie por completo y nos ofrezca nuevas posibilidades. También podemos acentuar notas a contratiempo, o no acentuar determinadas notas. Todo eso es parte de la dinámica.
Evidentemente, a mayor velocidad resulta más difícil controlar la dinámica. Es casi imposible controlar la fuerza de la púa manteniendo la precisión si hacemos un pasaje de sweep picking a semicorcheas en un tiempo de 150bpm.
Hay casos en que, amplificando el sonido, es casi imposible controlar la dinámica. La distorsión actúa reduciendo la diferencia entre volumenes, lo que explica que los guitarristas que utilizan overdrive o poca distorsión (Andy Timmons, Steve Ray Vaughan, Dave Gilmour, Brett Garsed, Marty Friedman...) tengan una dinámica de púa mucho más viva que otros que utilizan una mayor distorsión (Jeff Loomies, Max Cavalera, Zakk Wylde...), aunque la mayor parte de las veces es algo intencional, puesto que se busca una contundencia diferente, un ataque de púa más pronunciado...
Sin embargo, muchas veces la dinámica escapa a nuestro control y deja de ser intencional para convertirse en un problema. Esto sucede a menudo con las rítmicas del rock y metal, puesto que el palm mute suena más bajo de lo que debería (una nota muteada tiene menor volumen si no interviene un efecto de dinámica, puesto que tiene menos armónicos y agudos) y en segmentos acústicos, ya que las dinámicas se disparan de forma exagerada. Lo mismo ocurre con una guitarra limpia si queremos que suene uniforme y con acentos muy suaves al tocar con púa, ya que lo lógico es que los acentos se disparen, o con los solos, que tienden a sonar más fuertes en las notas más agudas y más débiles en las graves, un auténtico problema porque es asunto de la distorsión, y no de nuestro ataque de púa. En todos estos asuntos intervienen los efectos de dinámica.
Efectos de dinámica
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Existen muchos motivos para utilizar efectos de dinámica, como ya hemos visto. Desde evitar molestos ruidos en la señal al utilizar la distorsión y posibles acoples del instrumento por feedback (sería un uso de la dinámica por motivos técnicos), a utilizar la dinámica para un fin interpretativo, como sería el ya citado caso de igualar acentos, evitar descompensaciones de volumen, o incluso aumentar el sustain del instrumento.
Para ello, disponemos de múltiples herramientas o efectos que podemos adquirir en diferentes formatos. Formato digital o analógico, formato de rack o pedal, e incluso potenciómetros (caso del volumen)
También disponemos de varios tipos de efectos, aunque en la guitarra, a nivel práctico, vamos a utilizar únicamente tres: volumen, Puerta de ruido o Noise Gate y Compresión.
- Volumen
El volumen es el efecto más "clásico" de la guitarra eléctrica, incluso de cualquier instrumento. Como su propio nombre indica, regula el volumen, pero hay varios tipos de volumenes, y ello depende de dónde esté situado el efecto en si.
Por ejemplo, el volumen de la guitarra es el primer "efecto" real de la cadena de sonido junto al tono. Por lo tanto, al estar colocado al inicio, afecta a todos los efectos posteriores, variando, no solo la señal, sino el timbre final.
Pensemos en la cadena de sonido, guitarra (primer elemento), pedales, multiefectos... hasta llegar al amplificador. Al variar la cantidad de señal que sale de nuestro instrumento, estaremos alterando todos los efectos posteriores, incluso la señal total que le llega al amplificador, cambiando drásticamente, no solo el volumen total, sino el sonido.
Este tipo de volumen, totalmente analógico, se controla con el potenciómetro de la guitarra. Existen dos tipos de reguladores de volumen mediante potenciómetro, no uno, como cree la gente comúnmente:
Potenciómetro de volumen lineal (linear):
El volumen aumenta y disminuye linealmente, sin "saltos" ni una diferencia exagerada. Es decir, del 1 al 5 hay la misma subida de volumen que del 5 al 10.
Potenciómetro de volumen logarítmico:
El volumen no aumenta de forma equidistante, si no que aumenta de forma exponencial. Al principio aumenta poco a poco (en la primera mitad de recorrido, del silencio al 5) y luego el aumento de volumen se dispara.
La preferencia por uno u otro volumen depende principalmente del gusto del consumidor. El volumen logarítmico se basa en los principios de percepción psicoacústicos del ser humano, que capta muy bien la aparición de volumen, pero no tanto el aumento de un volumen que ya es alto (es decir, necesitamos más subida de volumen para escuchar la música más alta cuando esta ya tiene un volumen considerable, que para pasar de no escuchar nada a escuchar música, algo que captamos en seguida).
A priori este sistema siempre debería ser mejor que el lineal, pero muchos músicos no "sienten" igual un potenciómetro logarítmico y expresan falta de control, algo que es subjetivo. En este caso, como en muchos otros, una vez conocida la teoría, lo mejor es probar.
¿Qué ocurre en cambio, con un pedal analógico de volumen (el clásico pedal de volumen tipo wah) colocado al final de la cadena, o casi al final? Un pedal colocado al final apenas alterará el timbre del instrumento, puesto que los efectos ya han procesado el sonido. El amplificador a válvulas si que cambiará el sonido (menos entrada, diferente sonido) a no ser que coloquemos ese pedal mediante el loop de efectos, momento en el que simplemente subiremos o bajaremos el volumen. Aún así los principios de psicoacústica nos dicen que, aunque no haya diferencia teórica en el timbre, el oído humano captará el volumen bajo de forma diferente.
Hay otros controles digitales para el volumen, mediante midi (aumentar o disminuír volumen con un pedal controlado por midi en un multiefectos, por ejemplo), pero no es tan utilizado como los pedales analógicos y su funcionamiento es prácticamente idéntico. Además, el hecho de tener que controlar los parámetros por lenguaje midi lo hace más farragoso.
- Puerta de ruido o Noise Gate y el atenuador:
La puerta de ruido o noise gate es un efecto diseñado para solucionar el problema generado por la relación señal-ruido, traducido en el "zumbido" del instrumento cuando no se toca, sobre todo en el caso de la distorsión o el overdrive, además de los molestos acoples.
Cuando tocamos una guitarra eléctrica (o usamos micro en una acústica) siempre se cuelan ruidos en la señal. De ahí el concepto "relación señal/ruido". La puerta de ruido es un efecto con diversos parámetros que se activa para silenciar completamente el volumen indeseado. Es decir, la puerta se activa y toda señal se corta de forma radical y deja de llegar al amplificador cuando la señal que llega baja de un determinado volumen. Es decir, si estamos tocando y llegado un punto el volumen decae (por ejemplo, cuando solo queda ruido), la puerta se activa y corta por completo la señal, que no llega al amplificador.
Es importante darse cuenta de que si ponemos los parámetros de la puerta muy exagerados, esta puerta se "cierra" (de ahí el llamarla puerta) no dejando pasar más sonidos. Esto incluye notas, o un vibrato mantenido, por lo que un abuso de la puerta destruirá por completo el sustain del instrumento. Llegados a ese caso la solución no es solo la puerta, si no cambiar cables, apantallar guitarra (si es que se requiere), o utilizar menos distorsión. Por otra parte, si queremos tener acoples porque son parte de nuestro sonido, tendremos que desactivar la puerta o mantenerla en parámetros bajos.
La puerta de ruido no es solo una puerta que se "abre y se cierra" cuando se baja de un determinado volumen. Mediante los parámetros de attack, hold o release controlamos cuánto tiempo pasa hasta que se activa, o si se desactiva rápidamente.
El parámetro más importante es el Threshold (no confundir con la banda de metal progresivo), que es común a muchos efectos. Para "hispanizar" el término, el threshold es el punto a partir del cual un efecto se activa y se conoce como Umbral. En este caso, el threshold, medido en dB (volumen) nos indica el punto de volumen más bajo a partir del cual la puerta se cierra y corta el sonido. Si ponemos el threshold a -20 dB, la señal sonará hasta que alcance ese punto, momento en el cual la puerta se activa y el sonido desaparece aunque la puerta reciba señal.
El Hold es el tiempo que el efecto tarda en activarse y se mide en milisegundos (ms). Este efecto se utiliza para que el corte de sonido no sea radical o abrupto, generando ruidos o clips. La mayor parte de las veces podremos utilizarlo en los valores mínimos, pero si escuchamos ruidos o clips al activarse la puerta, subiremos el valor. Siempre suele ser más alto que el parámetro attack
El release o "decay" es la suavidad del descenso de volumen. Por así decirlo es un "fade", un atenuamiento del volumen que no es radical. Así, en lugar de pasar de un sonido a la ausencia total de sonido, el sonido decrece gradualmente. Sería similar a lo ocurrido con el final de un tema en un disco que baja de volumen lentamente.
El attack es lo contrario al hold, es decir, el tiempo que tarda en abrirse la puerta de ruido de nuevo cuando la señal vuelve a ser lo suficientemente alta. Lo lógico es usar este control con el valor más bajo posible, a no ser que queramos hacer un efecto tipo violín o similar, que se abra poco a poco.
Las Noise Gate pueden ser analógicas, con controles de perilla giratorios, o digitales, por lo general en formato rack o inmersas en multiefectos. Su colocación ideal es al final de los efectos, especialmente los de distorsión y overdrive, puesto que al principio solo cortaría los ruidos de la guitarra (mínimos) y lo que solemos querer es que actúe con ruidos más exagerados, como los provocados por el "hum" de la distorsión.
Un atenuador es algo similar, solo que no corta el sonido, sino que simplemente reduce la señal con un llamado ratio. Es decir, una vez activado, reduce en la salida (out) de la señal lo que nosotros queramos mediante un porcentaje. Son menos utilizados, pero muy indicados para amplificadores valvulares de gran potencia que queramos usar en interiores.
- Compresores (y limitadores)
La compresión actúa de forma sencilla. Reduce las dinámicas de volumen. ¿Qué quiere decir esto? Si tenemos una onda que tiene picos muy altos de volumen y picos muy bajos (dinámica de la onda), la compresión "aplasta" esa onda, igualando los sonidos más altos con los más bajos. Así, no existirá tanta diferencia de volumen, los acentos serán menos exagerados, y las técnicas que generen menos volumen (notas muteadas, armónicos naturales) tendrán un volumen más alto, que se igualará con otras notas con más volumen. El compresor actúa a partir de un punto que determinamos y afecta a los volumenes altos a partir de ese punto, haciendo que no suenen tan altos y que aumenten más lentamente de lo que deberían.
Existen también los compresores multibanda, que nos permiten comprimir determinadas frecuencias (por ejemplo, los agudos) y respetar otras, para igualar el volumen a lo largo de todas las frecuencias, aunque por su precio su uso en guitarra eléctrica es poco común y se remitiría únicamente a la guitarra solista.
La compresión se utiliza especialmente para guitarras acústicas, por el desnivel de volumen entre diferentes notas, y para evitar el efecto indeseado de una mayor sonoridad de unas notas sobre otras por la propia caja de resonancia (hay guitarras en las que los agudos suenan más que los graves, y viceversa), en guitarras rítmicas con distorsión para generar una mayor sensación de pegada y contundencia (que el palm mute suene más fuerte), y en guitarra solista para evitar el realce excesivo de los agudos.
Sin embargo, el exceso de compresión también afecta al sonido, y le resta un cáriz interpretativo al mismo. Un solo con excesiva compresión carece de la dinámica natural de la que hablamos al principio del artículo, y una guitarra rítmica tendrá pegada, pero carecerá de acentos y notas destacadas.
Por ello hay que controlar mucho cómo usamos la compresión.
En cuanto a los parámetros, también interviene un Threshold o umbral, que cumple exactamente el mismo cometido que la Puerta de ruido. Es el umbral a partir del cual el sonido comienza a comprimirse. Así, podemos hacer que un sonido muy bajo no sea comprimido, para mantener nuestra dinámica natural (notas pulsadas con suavidad que sigan sonando bajas), poniendo el threshold para que el compresor actúe a -10dB (recordemos que el volumen se mide desde negativo a 0dB siendo ese el volumen más alto de señal) pero no a -40dB. en ese caso, los sonidos tocados a un volumen muy bajo seguirían sonando bajos, pero todos los sonidos tocados más alto se mantendrían comprimidos, con un volumen similar.
El ratio es la proporción o relación de compresión, es decir, cuántos decibelios (dB) va a permitir el compresor que salgan por los que han entrado. Por ejemplo, un ratio 3:1 implica que por cada 3 dB que entran, el compresor solo sacará uno, reduciendo los volumenes más altos a un tercio. Un ratio de 3:1 puede ser excesivo si la compresión empieza pronto (threshold muy activo, por ejemplo a -40dB) porque el sonido se comprimiría mucho, pero puede ser un buen parámetro cuando queremos comprimir mucho la señal, como en el caso de una acústica que queremos que suene muy uniforme.
Los demás parámetros son los mismos y cumplen exactamente la misma función que en el caso de una puerta de ruido. Attack, decay, hold... No aparecen en todos los compresores, pero es bueno experimentar según queramos que la compresión sea más o menos brusca.
Los compresores analógicos, incluso valvulares, son muy clásicos, y se suelen encontrar en formato de pedal y rack. Un compresor de válvulas añade el sonido propio de las válvulas, por lo que actúa también como una especie de ecualizador o etapa valvular extra. Los compresores digitales, en cambio, generan un sonido más aséptico, por lo que todo depende del sonido que busquemos. Unos no son mejores que otros, solo diferentes.
También podemos utilizar un limitador, que es un compresor con un ratio de 1:∞ Esto quiere decir que llegado el threshold el compresor no disminuye o atenúa la subida de volumen, sino que todo suena exactamente al mismo volumen. En guitarra los efectos de limitación son poco comunes, pero podemos usarlo si tenemos presets que no queremos que superen un determinado volumen, o para evitar que un pico de volumen genere una señal muy alta y afecte a una pantalla que tiene menos capacidad que nuestro cabezal.
- Sustainer
El sustainer es un aparato que alarga el sustain de un instrumento de forma artificial, generando una mayor cola de sonido en la nota. Si bien actúa como un compresor que aumenta los sonidos más bajos (la cola de la nota) los sustainer suelen basarse en otras propiedades del sonido. Existen compresores/sustainer, que afectan especialmente a determinadas frecuencias y rangos dinámicos para que el ruido no se "cuele" y suene la cola de las notas, pero los verdaderos sustainers se basan en generar un magnetismo que afecta a las pastillas y la captación de la señal, por lo que su uso es mucho más técnico, pero se considera efecto de dinámica, puesto que afecta al sonido.
Como podéis ver existen muchos más efectos que los más "populares", los de modulación y eco, de los que hablaremos en el próximo artículo.
Los efectos de dinámica y la propia dinámica han sido infravalorados por guitarristas en diversas épocas, a pesar de su capacidad de generar diferencias. Experimentar con estos efectos y conocer cómo afectan al sonido sus parámetros es una condición obligada para mejorar nuestro sonido.