Las escalas están bien para visualizar el mástil y para utilizarlas como guía por donde conducir la improvisación, así que entre más escalas conozcas y domines mejor. Pero tampoco son la panacea ni la clave para realizar buenas improvisaciones, eso se logra trabajando nuestra musicalidad.
Aún así, yo reconozco que es algo que he trabajado menos de lo que debería, pero el método que utilizo parece que funciona bastante bien con mis alumnos así que te explicaré brevemente como lo podrías hacer.
El primer paso es el auto-análisis; quizás lo mejor que puedes hacer es grabarte y esuchar el resultado, y aunque también te escuches a la vez que improvisas, no puedes analizarte bien por que tu concentración está dedicada a la propia improvisación.
Al pricipio es muy común el tocar la escala para arriba y abajo sin más, dando la sensación de falta de ideas. Bien, para saber si esto es así por falta de creatividad o por no saber llevar esas ideas a la guitarra, lo mejor es hacer 1º una "improvisación mental", con la base que utilices y después con la guitarra. ¿Te suena igual o con el instrumento te notas más atascado? Si te suena igual o muy parecido, tienes un problema de creatividad melódica que puedes solucionar escuchando como lo hacen los grandes. Si el problema está con el intrumento, se deben trabajar otros aspectos, lo que nos lleva al punto 2.
En cualquier escala que utilices, asegúrate de saber dónde están todas las tónicas en todas las posiciones. Esto es importante porque se puede resolver en ellas nuestro fraseo, y esto es aplicable no solo a la tónica de la tonalidad sino al fundamental del acorde que esté sonando; en este sentido, también podrás aprender a resolver en cualquier "nota real" del acorde. Todo ello es también un estupendo ejercicio para el oído.
Esta manera de improvisar te la debes tomar como ejercicio hasta que lo hayas interiorizado, es decir, que te salga con naturalidad sin tenerlo que pensar mucho... No te preocupes por el tiempo que te lleve, si son 3 días, una semana o 1 mes, tranquilidad y buenos alimentos...
También es típico al principio abusar del movimiento por 2ª o grado conjunto y esto es que cuando estás en cualquier nota de la escala, la siguiente es justo la que está por encima (más aguda) o por debajo (más grave), encima con un una agógica muy rígida, es decir, todas o casi todas las notas tienen la misma duración.
Bien, el ejercicio ahora es el de buscar otros movimientos melódicos a parte del de 2ª, como 3as, 4as, 5as... y que cada una tenga una duración distinta o al menos más variada, así como un mayor uso de los silencios. Igualmente esto debe ser trabajado hasta interiorizarlo, por supuesto sin olvidar el punto anterior (las resoluciones).
El tercer punto incluye a parte de los 2 anteriores, el matizar las notas y esto es darle una personalidad a cada una de ellas. Claro, esas técnicas de matización las debes tener trabajadas de antes y esto incluye ligados, bendings, vibratos, slides, staccatos, palm mute, armónicos, la dinámica (diferencia entre pulsaciones fuertes y débiles)...
Tampoco tienes por qué matizar todas las notas, y mucho menos con la misma matización siempre. En este sentido, trata de buscar la variedad, utilizando todas las que domines sin abusar de ninguna. El maestro S.Vai recomendaba un ejercicio para esto: coge 3 o 4 notas (no utilices ni una más!!) y repitelas cíclicamente, pero cada vez tiene que sonar distinto.
Bueno, creo que es bastante por ahora, si consigues dominar todo esto, podremos hablar de más puntos.