¿Cómo conseguir un buen sonido para metal en un amplificador barato?
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Yo he estado ahí.
De bajar los medios al ampli también se sale si uno se esfuerza.
En serio.
Como anécdota, ha vuelto a mis manos mi primer amplificador “grande”, un Valvestate.
Cada vez que lo enciendo me quedo mirando cómo puede ser que ésa ecualización (medios abajo, graves y agudos arriba) me pareciese una buena idea en cualquier otro momento de mi vida.
Sin intención ninguna a ningún tipo de salseo foril, creo que éste tipo de decisiones, que yo en su momento acepté como ciertas, son el primer paso para la siguiente eterna cuestión: “Cuando ensayo, no me oigo y mis compañeros de grupo me dicen que baje el volumen”
Trance por el que también he pasado.
De bajar los medios al ampli también se sale si uno se esfuerza.
En serio.
Como anécdota, ha vuelto a mis manos mi primer amplificador “grande”, un Valvestate.
Cada vez que lo enciendo me quedo mirando cómo puede ser que ésa ecualización (medios abajo, graves y agudos arriba) me pareciese una buena idea en cualquier otro momento de mi vida.
Sin intención ninguna a ningún tipo de salseo foril, creo que éste tipo de decisiones, que yo en su momento acepté como ciertas, son el primer paso para la siguiente eterna cuestión: “Cuando ensayo, no me oigo y mis compañeros de grupo me dicen que baje el volumen”
Trance por el que también he pasado.
#4 jajajajajajaja, pues si, como ha nos hemos leído, a ti no te puedo engañar.
Es que estaba viendo el vídeo y pensando: “Ésto me lo dijeron a mi hace 25 años y lo apliqué tal cual” solo tardé casi una década (y varios dolores de cabeza) en descubrir que igual no era la mejor idea del mundo.
P.D: Lo del Valvestate es en serio. Conservo la guitarra que usaba por aquel entonces, no me explico cómo he podido tocar en directo con los medios a 0 en ésa configuración, ni por qué me parecía una idea fantástica entonces
Es que estaba viendo el vídeo y pensando: “Ésto me lo dijeron a mi hace 25 años y lo apliqué tal cual” solo tardé casi una década (y varios dolores de cabeza) en descubrir que igual no era la mejor idea del mundo.
P.D: Lo del Valvestate es en serio. Conservo la guitarra que usaba por aquel entonces, no me explico cómo he podido tocar en directo con los medios a 0 en ésa configuración, ni por qué me parecía una idea fantástica entonces
Lo de la ecualización en V para el metal no deja de ser una primera guía cuando se empieza siempre que uno tienda hacia el sonido americano (para el britanico el resultado siempre sale pobretón) y no se pare ahí.
De hecho, la variedad en el metal está en el manejo sutil de los medios, como buen estilo guitarrero que es, y la pluralidad de estilos se debe en gran medida a los controles de contorno («contour»), presencia («presence») y resonancia («resonance») que fueron implementando cada vez más los amplis de alta ganancia a lo largo de los años ochenta y que refinan la ecualización de medios y su relación con graves y agudos (ya antes se había generalizado el propio potenciómetro de medios).
También ocurre que el metal americano se desarrolló mayormente con amplis fabricados allí, como los Fender, con válvulas en la etapa de potencia de producción yanqui, como las 6V6, 6L6 y 6550, caracterizadas por amplios agudos cristalinos y bajos densos y potentes, mientras que en Europa dominaba el sonido británico tipo Marshall y Vox, con válvulas de sonido más comprimido (tipo EL y KT). En la etapa de preamplificación los americanos solían utilizar ECC81, de menor ganancia que las ECC83 europeas (que también solían ir como V1 en la potencia).
Incluso los amplis europeos que se importaban en los EE.UU. tenían que cambiar sus válvulas por requisitos legales y exigencias de los distribuidores estadounidenses (los yanquis son de exigir mucho el libre comercio para sus exportaciones, pero proteccionistas a tope con lo suyo) por válvulas de fabricación propia, como la 6550, que dan una respuesta mucho más lineal y algo más potente.
Como resultado, los amplis europeos creaban unos efectos en el previo, como la distorsión, que luego se refinaban en la potencia con válvulas de fuerte compresión que permitían «domar» los extremos de frecuencias y aportaban mucho al sonido final, mientras que los estadounidenses centraban la configuración de su sonido básicamente en el previo y la etapa de potencia apenas hacía más que amplificar el sonido de la etapa de preamplificación, con extremos de frecuencias muy amplios; incluso la compresión se realizaba durante el previo mediante dispositivos dedicados, contribuyendo a recortes ásperos en los extremos.
En consonancia, los músicos de uno y otro lado del Atlántico basaban su sonido partiendo de estas características. A partir de mediados de los años ochenta, tras la New Wave of British Heavy Metal la escena del metal empezó a ser dominada por estilos estadounidenses como el hair metal y el thrash, lo que hizo que se pusieran de moda las ecualizaciones en V para cualquier género del metal, aunque su sonido potente, agudo y cortante no fuera el más indicado.
A esto contribuyó la generalización de los amplis de estado sólido a transistores, con su sonido más exacto (más recortado, más plano), y de los procesadores digitales de grabación y reproducción de sonido (triunfo del disco compacto), y de efectos sonoros también digitales para instrumentos, con el recorte de frecuencias multiplos de diez propio de lo digital.
También se unieron los fabricantes de altavoces, sobre todo de casas estadounidenses, entonces bastante recientes, que se orientaban hacia los requerimientos de su propia industria y los grupos que triunfaban difundiendo ese sonido americano, pero también europeos tradicionales (los Celestion V30 son quizá el mejor ejemplo).
Otro campo del que cabría hablar aquí es de las pastillas, sobre todo lo que significaron las activas en su progresión desde principios de los años ochenta en el sonido americano, pero nos vamos algo del tema y esto está quedando ya bastante tocho.
Llegados a los años noventa el triunfo del sonido americano es total con el desarrollo de estilos como el grunge, el rock industrial y demás. Pero poco a poco muchos oidos se han ido cansando de él exigiendo mayor riqueza en armónicos y volviendo a las válvulas y las ecualizaciones de rango completo, limitando los agudos, tesitura dominante de la guitarra, y matizando los medios, frecuencias propias de la guitarra en la formación de conjuntos instrumentales modernos, con bajo eléctrico, bombo, platos y voz.
Personalmente considero que en una sutil configuración de los parámetros del rango medio en la ecualización de la guitarra eléctrica y su manejo está la definición del sonido más característico de un guitarrista; incluso en los de sonido más típicamente americano, que se diferencian unos de otros precisamente en su ajuste de este rango.
Vamos, que las ecualizaciones en V no son nunca tan en V como su nombre parece dar a entender, y que aplicarlas rigurosamente resulta en un sonido abrupto y empobrecido de la guitarra que nunca acabará de llenarte el oido.
Es curioso comprobar como el desarrollo del sonido de diferentes estilos tiene mucho que ver con la tecnología electrónica y con meros requerimientos industriales y comerciales, sobre todo en lo que al desarrollo de la guitarra eléctrica se refiere, instrumento dominante en la actual música popular. Esto lo saben bien los que controlan de historia de la electrónica de amplificación.
De hecho, la variedad en el metal está en el manejo sutil de los medios, como buen estilo guitarrero que es, y la pluralidad de estilos se debe en gran medida a los controles de contorno («contour»), presencia («presence») y resonancia («resonance») que fueron implementando cada vez más los amplis de alta ganancia a lo largo de los años ochenta y que refinan la ecualización de medios y su relación con graves y agudos (ya antes se había generalizado el propio potenciómetro de medios).
También ocurre que el metal americano se desarrolló mayormente con amplis fabricados allí, como los Fender, con válvulas en la etapa de potencia de producción yanqui, como las 6V6, 6L6 y 6550, caracterizadas por amplios agudos cristalinos y bajos densos y potentes, mientras que en Europa dominaba el sonido británico tipo Marshall y Vox, con válvulas de sonido más comprimido (tipo EL y KT). En la etapa de preamplificación los americanos solían utilizar ECC81, de menor ganancia que las ECC83 europeas (que también solían ir como V1 en la potencia).
Incluso los amplis europeos que se importaban en los EE.UU. tenían que cambiar sus válvulas por requisitos legales y exigencias de los distribuidores estadounidenses (los yanquis son de exigir mucho el libre comercio para sus exportaciones, pero proteccionistas a tope con lo suyo) por válvulas de fabricación propia, como la 6550, que dan una respuesta mucho más lineal y algo más potente.
Como resultado, los amplis europeos creaban unos efectos en el previo, como la distorsión, que luego se refinaban en la potencia con válvulas de fuerte compresión que permitían «domar» los extremos de frecuencias y aportaban mucho al sonido final, mientras que los estadounidenses centraban la configuración de su sonido básicamente en el previo y la etapa de potencia apenas hacía más que amplificar el sonido de la etapa de preamplificación, con extremos de frecuencias muy amplios; incluso la compresión se realizaba durante el previo mediante dispositivos dedicados, contribuyendo a recortes ásperos en los extremos.
En consonancia, los músicos de uno y otro lado del Atlántico basaban su sonido partiendo de estas características. A partir de mediados de los años ochenta, tras la New Wave of British Heavy Metal la escena del metal empezó a ser dominada por estilos estadounidenses como el hair metal y el thrash, lo que hizo que se pusieran de moda las ecualizaciones en V para cualquier género del metal, aunque su sonido potente, agudo y cortante no fuera el más indicado.
A esto contribuyó la generalización de los amplis de estado sólido a transistores, con su sonido más exacto (más recortado, más plano), y de los procesadores digitales de grabación y reproducción de sonido (triunfo del disco compacto), y de efectos sonoros también digitales para instrumentos, con el recorte de frecuencias multiplos de diez propio de lo digital.
También se unieron los fabricantes de altavoces, sobre todo de casas estadounidenses, entonces bastante recientes, que se orientaban hacia los requerimientos de su propia industria y los grupos que triunfaban difundiendo ese sonido americano, pero también europeos tradicionales (los Celestion V30 son quizá el mejor ejemplo).
Otro campo del que cabría hablar aquí es de las pastillas, sobre todo lo que significaron las activas en su progresión desde principios de los años ochenta en el sonido americano, pero nos vamos algo del tema y esto está quedando ya bastante tocho.
Llegados a los años noventa el triunfo del sonido americano es total con el desarrollo de estilos como el grunge, el rock industrial y demás. Pero poco a poco muchos oidos se han ido cansando de él exigiendo mayor riqueza en armónicos y volviendo a las válvulas y las ecualizaciones de rango completo, limitando los agudos, tesitura dominante de la guitarra, y matizando los medios, frecuencias propias de la guitarra en la formación de conjuntos instrumentales modernos, con bajo eléctrico, bombo, platos y voz.
Personalmente considero que en una sutil configuración de los parámetros del rango medio en la ecualización de la guitarra eléctrica y su manejo está la definición del sonido más característico de un guitarrista; incluso en los de sonido más típicamente americano, que se diferencian unos de otros precisamente en su ajuste de este rango.
Vamos, que las ecualizaciones en V no son nunca tan en V como su nombre parece dar a entender, y que aplicarlas rigurosamente resulta en un sonido abrupto y empobrecido de la guitarra que nunca acabará de llenarte el oido.
Es curioso comprobar como el desarrollo del sonido de diferentes estilos tiene mucho que ver con la tecnología electrónica y con meros requerimientos industriales y comerciales, sobre todo en lo que al desarrollo de la guitarra eléctrica se refiere, instrumento dominante en la actual música popular. Esto lo saben bien los que controlan de historia de la electrónica de amplificación.
#6
Interesante análisis.
Añado un factor adicional, por si también podría tener influencia en todo esto.
En general, las guitarras eléctricas de una u otra época, tocando uno u otro estilo, suelen sonar conjuntamente con otros instrumentos y vocalistas. Y en la mayoría de casos, se intenta respetar al máximo el espacio de la voz, ya que es el elemento de la mezcla que más atención se lleva.
Las ecualizaciones que restan frecuencias a un determinado instrumento también se hacen para liberar ese espacio en la mezcla y no enguarrar el sonido de otro elemento. Y ahí tenemos la eterna batalla entre guitarras y voces, ya que comparten un espacio de frecuencias importante. Lo mismo pasa con el bajo y el bombo de la batería.
¿No es posible que sea esta otra razón para que, en determinados momentos o estilos, se haya "vaciado" la carga de sonido de las guitarras, para dejar espacio a la voz? Y teniendo en cuenta cómo ha evolucionado el mundo de la producción, cada vez con más estrategias de mezcla, con más alternativas para respetar el sonido de un elemento sin tener que actuar excesivamente sobre otro, ¿puede que a día de hoy no sea tan necesaria, por ejemplo, esa ecualización exagerada en V, porque ya hay otros mecanismos para tener controlada la mezcla, como por ejemplo la compresión sidechain?
Interesante análisis.
Añado un factor adicional, por si también podría tener influencia en todo esto.
En general, las guitarras eléctricas de una u otra época, tocando uno u otro estilo, suelen sonar conjuntamente con otros instrumentos y vocalistas. Y en la mayoría de casos, se intenta respetar al máximo el espacio de la voz, ya que es el elemento de la mezcla que más atención se lleva.
Las ecualizaciones que restan frecuencias a un determinado instrumento también se hacen para liberar ese espacio en la mezcla y no enguarrar el sonido de otro elemento. Y ahí tenemos la eterna batalla entre guitarras y voces, ya que comparten un espacio de frecuencias importante. Lo mismo pasa con el bajo y el bombo de la batería.
¿No es posible que sea esta otra razón para que, en determinados momentos o estilos, se haya "vaciado" la carga de sonido de las guitarras, para dejar espacio a la voz? Y teniendo en cuenta cómo ha evolucionado el mundo de la producción, cada vez con más estrategias de mezcla, con más alternativas para respetar el sonido de un elemento sin tener que actuar excesivamente sobre otro, ¿puede que a día de hoy no sea tan necesaria, por ejemplo, esa ecualización exagerada en V, porque ya hay otros mecanismos para tener controlada la mezcla, como por ejemplo la compresión sidechain?
NiLace escribió:“Cuando ensayo, no me oigo y mis compañeros de grupo me dicen que baje el volumen”
Es que sin frecuencias medias la guitarra nunca se oirá, con lo que se tenderá a aumentar su volumen, haciendo una pelota de graves con el bajo y unos agudos estridentes cada vez más insoportables. Resultado: volumen brutal ininteligible; una batidora escacharrada.
#8
Me parecen muy acertadas tus observaciones.
De hecho, cuando empezaron a imperar las ecualizaciones en V lo que se empezó a hacer en la producción de las grabaciones de estudio era anular al bajista, simplemente, o meterle ganancia a mazo para que conjuntara con las de las guitarras bestias a base de pal muting con notas de pedal en los graves. Y diría que paralelamente se fueron abandonando las voces agudas y operísticas...
En el metal, ejemplo de lo primero serían los discos de Metallica a partir del Master of Puppets y de lo segundo el abandono de cantantes tipo Robert Palnt, Ian Gillan o Bruce Dickinson y otros de la NWOBHM (con la consecuente pérdida de amplitud sonora y armónica instrumental y de registro, tesitura y amplitud melódica en lo vocal).
Me parecen muy acertadas tus observaciones.
De hecho, cuando empezaron a imperar las ecualizaciones en V lo que se empezó a hacer en la producción de las grabaciones de estudio era anular al bajista, simplemente, o meterle ganancia a mazo para que conjuntara con las de las guitarras bestias a base de pal muting con notas de pedal en los graves. Y diría que paralelamente se fueron abandonando las voces agudas y operísticas...
En el metal, ejemplo de lo primero serían los discos de Metallica a partir del Master of Puppets y de lo segundo el abandono de cantantes tipo Robert Palnt, Ian Gillan o Bruce Dickinson y otros de la NWOBHM (con la consecuente pérdida de amplitud sonora y armónica instrumental y de registro, tesitura y amplitud melódica en lo vocal).
El problema para conseguir un sonido metal en un ampli que no sea excesivamente caro, es decir, que no sea un buen válvulas, es el siguiente. El sonido americano o sonido thrashico, no es difícil de conseguir con transistores o emuladores, ahí tenemos a Pantera con transistores o en la actualidad los grupos de thrash americano que se decantan por emuladores. Es un sonido mucho más lineal y comprimido y no cuesta mucho conseguirlo si no podemos permitírnos válvulas (por supuesto me refiero a válvulas serios, nada de Bugera y similares). Pero en el caso del sonido británico ahí ya tenemos la dificultad. Hay que tener en cuenta que este sonido fue definido por Hendrix y Clapton y por supuesto por Purple, Zeppelin o Sabbath. Un sonido dinámico, nada comprimido ni lineal, donde se oye lo que realmente estás tocando y como lo estás tocando, no "disfraza" el sonido. Y eso un transistores o un emulador no lo va a ofrecer en la vida.
Grupos como Over Kill, Nuclear Assault, Morbid Angel, Obituary, no te van a poner mala cara si en un momento dado tienen que tocar con transistores o emuladores y así se lo comunicas tú como organizador del concierto. Pero a Eric Clapton o Angus Young les ofreces para tocar amplis digitales o emuladores y en pocos segundos te están pidiendo explicaciones con vehemencia o agresividad verbal.
Grupos como Over Kill, Nuclear Assault, Morbid Angel, Obituary, no te van a poner mala cara si en un momento dado tienen que tocar con transistores o emuladores y así se lo comunicas tú como organizador del concierto. Pero a Eric Clapton o Angus Young les ofreces para tocar amplis digitales o emuladores y en pocos segundos te están pidiendo explicaciones con vehemencia o agresividad verbal.
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