Acabo de terminar mi segundo año de clases de guitarra. He notado bastante evolución. El año pasado estaba en una clase que me desbordaba. Me colocaron en ella por tener ya algunos conocimientos como autodidacta, pero la mayor parte del tiempo notaba mucho la diferencia con los demás alumnos. No es la situación ideal, pero me impuse tener paciencia, muuucha paciencia... y fui aprendiendo cosas. Lo mejor fue empezar a tocar canciones sencillas hasta el final, en lugar de intros que me agotaban.
Este año, al empezar, ya me había puesto más o menos al nivel de la clase. Creo que llevo bien el ritmo, tengo una paciencia para no adelantarme que me ha sorprendido; yo antes no era así. No tengo muchos problemas con los acordes, conozco el CAGED, etc. Y he participado en una audición. La experiencia no ha sido maravillosa. No podía salir bien, fue una pésima idea unir dos grupos de personas que ni siquiera se conocían antes del día "D" y ponerlos a tocar juntos en un escenario. Sin embargo, algo pasó en ella, hubo un momento increíble que me convenció de que puedo volver a meterme en estas movidas y hacerlo bien.
Y ese fue el punto cero del enganche que llevo encima. Creo. Quizá haya sido más complicado que eso, quizá fue acumulándose a lo largo del curso, pero da igual, ahí está, y voy a aprovecharlo.
Llevo como una semana trabajando en algunas canciones, y varios días a saco, en plan pasar media tarde con la guitarra y acabar con los dedos hechos un trapo. Ahora puedo preparar varias cosas a la vez, y disfrutando, sin neuras. Si algo no me sale, reduzco el ritmo, incluso a la mitad. Da igual que el grupo suene aburrido, ya meteré la quinta cuando llegue a la autopista y pueda manejarme.
Creo haber aumentado la velocidad de reacción en estos días. Hoy toca rollo pentatónicas, pero como no tengo ninguna obligación, quizá aprenda algo de los Beatles. Ellos aprendieron a base de echar horas juntos en Alemania, y tiempo es un recurso que tengo, por ahora.
Seguiremos informando...