Si eres propietario de una Fender Stratocaster fabricada en los años 1989/1990 de la serie I, (también podría ser serie K o H, incluso F), sin duda habrás detectado un elemento diferenciador que no pasa desapercibido. Me refiero a esa marca Made in USA troquelada en el talón del mástil.
Pero si se examina más detenidamente, son varias las peculiaridades que generan incógnitas sobre su verdadero origen.
El número de serie figura en la parte delantera de la pala, impreso en color gris, idéntico a las MIJ de la época. El propio contorno de la pala responde a las primeras Stratocaster fabricadas en Japón y no al de las de fabricación americana de esa época.
En las perillas o knobs son visibles unos puntitos bajo los números, detalle coincidente con las MIJ. La disposición de los tornillos de la tapa trasera del puente también es propia de las japonesas, al igual que los clavijeros o el puente, y si levantamos el golpeador, toda la electrónica es exactamente la que cabría esperar en una Stratocaster hecha en Japón a finales de la década de los 80 y principio de los 90, con potenciómetros pequeños y pastillas cerámicas, no solo eso, el enrutamiento y cavidades del cuerpo guardan un mimetismo absoluto con ellas.
Para ser exactos habría que señalar que estas guitarras son sospechosamente idénticas a las ST-40, uno de los modelos más económicos Made in Japan de aquella época.
Mismas calcas, mismos herrajes y hardware, incluso hay coincidencia en los números de serie (F,G,I,H,K), son de hecho la misma guitarra en apariencia, pero ¿significa esto que hay unas Made in USA que realmente no están fabricadas en USA ?
Para responder, es necesario caminar por la delicada senda de la suposición. Y eso es así por el hermetismo de la marca a la hora de ofrecer información concreta sobre estas anomalías, que se limitan a un escueto: Guitaras fabricadas para exportación en los años 1989 y 1990.
La primera posibilidad y aparentemente la más lógica seria que tanto cuerpos como mástiles se fabricaron en Japón, pero por algún motivo se montaron y ensamblaron en USA con una electrónica barata de origen asiático. Eso lo explicaría en buena parte.
Pero hay detalles relevantes que chocan y siembran la duda. A nadie se le escapa que enviar las maderas desde Japón a USA tiene unos costes, que en una guitarra de gama baja y por ende económica es de todo menos rentable, un motivo de peso para dudar sobre la veracidad de esta hipótesis.
La segunda posibilidad parece más rocambolesca, pero con papeletas para ser cierta. Aunque para situarla hay que viajar hasta el inicio mismo de la producción y puesta en marcha de la fábrica de Ensenada en 1987.
Parece ser que la empresa Fugijen tuvo un papel bastante importante en el nacimiento de la factoría de Mexico. Un acuerdo en FMIC, que proporcionaría el dinero y las instalaciones, y la propia Fugijen, aportando su propia maquinaria así como personal especializado, por lo que durante el parto de esa fábrica su puede decir que era más Japonesa que Mejicana.
Según esta teoría, las primeras guitarras que salieron de esa factoría o guitarras de Pre-Producción tendrían origen japonés en cuanto a sus elementos y materiales.
Lo que no explica es por qué luce ese orgullosamente Made in USA, tan falso como el beso de Judas.
Fuente: https://www.fuzzfaced.net/fender-i-series-stratocaster.html
Pero si se examina más detenidamente, son varias las peculiaridades que generan incógnitas sobre su verdadero origen.
El número de serie figura en la parte delantera de la pala, impreso en color gris, idéntico a las MIJ de la época. El propio contorno de la pala responde a las primeras Stratocaster fabricadas en Japón y no al de las de fabricación americana de esa época.
En las perillas o knobs son visibles unos puntitos bajo los números, detalle coincidente con las MIJ. La disposición de los tornillos de la tapa trasera del puente también es propia de las japonesas, al igual que los clavijeros o el puente, y si levantamos el golpeador, toda la electrónica es exactamente la que cabría esperar en una Stratocaster hecha en Japón a finales de la década de los 80 y principio de los 90, con potenciómetros pequeños y pastillas cerámicas, no solo eso, el enrutamiento y cavidades del cuerpo guardan un mimetismo absoluto con ellas.
Para ser exactos habría que señalar que estas guitarras son sospechosamente idénticas a las ST-40, uno de los modelos más económicos Made in Japan de aquella época.
Mismas calcas, mismos herrajes y hardware, incluso hay coincidencia en los números de serie (F,G,I,H,K), son de hecho la misma guitarra en apariencia, pero ¿significa esto que hay unas Made in USA que realmente no están fabricadas en USA ?
Para responder, es necesario caminar por la delicada senda de la suposición. Y eso es así por el hermetismo de la marca a la hora de ofrecer información concreta sobre estas anomalías, que se limitan a un escueto: Guitaras fabricadas para exportación en los años 1989 y 1990.
La primera posibilidad y aparentemente la más lógica seria que tanto cuerpos como mástiles se fabricaron en Japón, pero por algún motivo se montaron y ensamblaron en USA con una electrónica barata de origen asiático. Eso lo explicaría en buena parte.
Pero hay detalles relevantes que chocan y siembran la duda. A nadie se le escapa que enviar las maderas desde Japón a USA tiene unos costes, que en una guitarra de gama baja y por ende económica es de todo menos rentable, un motivo de peso para dudar sobre la veracidad de esta hipótesis.
La segunda posibilidad parece más rocambolesca, pero con papeletas para ser cierta. Aunque para situarla hay que viajar hasta el inicio mismo de la producción y puesta en marcha de la fábrica de Ensenada en 1987.
Parece ser que la empresa Fugijen tuvo un papel bastante importante en el nacimiento de la factoría de Mexico. Un acuerdo en FMIC, que proporcionaría el dinero y las instalaciones, y la propia Fugijen, aportando su propia maquinaria así como personal especializado, por lo que durante el parto de esa fábrica su puede decir que era más Japonesa que Mejicana.
Según esta teoría, las primeras guitarras que salieron de esa factoría o guitarras de Pre-Producción tendrían origen japonés en cuanto a sus elementos y materiales.
Lo que no explica es por qué luce ese orgullosamente Made in USA, tan falso como el beso de Judas.
Fuente: https://www.fuzzfaced.net/fender-i-series-stratocaster.html