Guenas Tardes.
Hoy le ha tocado lavado de cara a la chiquitita de casa. Ya le tocaban cuerdas nuevas, y le tenía preparadas unas Monel, que hace ya bastante que no usaba en ninguna de mis guitarras, y le tenía ganas de probarlas con ésta.
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Limpieza a fondo de roña el el diapasón, y los bordes de los trastes (aunque siempre les paso un trapo al terminar. Pero con el tiempo...), y de huellas en la madera, que con el color oscuro, y las manos de mi hija, que la coge a veces, no veas.
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Y ya de paso me he puesto, y le he bajado un poco la altura de la cejilla, y bastante la del puente. Aún se ha quedado con la acción más alta que baja, para gusto de muchos, pero yo creo que de momento la voy a dejar así. Me gusta bastante el tacto que se le ha quedado, mucho mejor que antes, y siempre se está a tiempo de bajar más.
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Y encima me he atrevido a grabar una breve improvisación, sobre la base y el estilo de Me and the Devil, de Mr. Jhonson, aunque a mi bola, y con mis muñones. Las cuerdas tienen una hora de uso, con lo cual, en dos días más de uso ganarán mucho, aunque con el micro que tengo no se aprecia el exceso de brillo.
La interpretación, es lo que es. No dan pa más mis dedicos, pero creo que al menos se puede imaginar uno cómo se las gasta esta pequeña de precio de saldo, y como sonaría en manos adecuadas. Un pasote. Al principio teníamos una relación Amor-odio, pero creo que le voy pillando el rollo.
