Me gustaría aclarar unos conceptos que se dan por tan sabidos que la gente se olvida de comentar y que pueden ser útiles para aquellos que empiezan o nunca hasta este momento habían estado interesados. Vamos a ello.
¿De dónde viene la madera? De el llamado tronco de los arboles, siendo estos plantas de pie leñoso, grueso y elevado que se ramifica a cierta altura del suelo formando la copa. De estas partes, llamadas aéreas, por muy gruesas que sean, no se puede extraer madera, ya que durante su crecimiento cada rama acumulan tensiones opuestas a las de sus hermanas y al ser desgajadas del pie pierden toda integridad estructural muy rápidamente, para lo que son los tiempos de un árbol.
Partes del tronco. Si cortamos un tronco transversalmente –como si cortáramos en rodajas un chorizo– observaremos que está compuesto por diferentes secciones concéntricas sucesivas llamadas –enumerándolas desde el centro al exterior– núcleo, duramen, albura, cambium y corteza, siendo las partes adecuadas para la producción de madera de la mejor calidad el duramen y la albura.
Corte de la madera. Hay muchas de formas de despiezar un tronco aunque se puede decir que todas ellas parten de tres formas diferentes, describirlas por escrito es un trabajo muy fatigoso, darle al buscador las palabras: radial, hilos encontrados y/o paralelos y encontraréis dibujos que mi prosa nunca podrá superar. Estos esquemas de corte, todos ellos, tienen en común el separar el duramen y la albura del cambium y la corteza –partes que no tienen buenas propiedades mecánicas, aunque sí otro valores comerciales– En cuanto al núcleo siendo la parte más dura del tronco arrastra el problema que como en el caso de las ramas acumula tantas tensiones que pierde estabilidad muy rápidamente, por lo que solo es ideal para fabricar postes o vigas verticales, único uso en el que por conservar su posición sobre el plano tarda más en arquearse.
De todas las formas que existen de extraer tablas finas a un tronco para construir instrumentos musicales la forma clásica era (supongo que sigue siéndolo) el llamado corte holandés, en la que el tronco se corta en cuatro cuartos y permite extraer tablas de gran calidad con poca tendencia al alabeo sin grandes desperdicios de material. Poniéndonos exquisitos el método que nos daría las tablas más estables sería el de hilos encontrados (o Quarter Shaw), pero utilizándolo perderíamos al cincuenta por ciento del tronco y, muchachos, la pela es la pela. Además respetemos a los ebanistas y luthiers, ellos examinando el canto de una tabla saben predecir el alabeo de está durante el proceso que lleva al equilibrio con la humedad ambiental y encarando las diferentes piezas en forma adecuada –una empuja para aquí y la otra en contra– equilibran las fuerzas y la caja del instrumento queda estructuralmente solida. ¿Tablas finas? ¿Qué pasa con las eléctricas de cuerpo macizo? ¿que corte se utiliza?, No lo sé, aunque el corte más adecuado debería ser el de en cruz, pero anda que no se pierde material.
En una guitarra eléctrica solida un cuerpo de dos piezas es mejor que uno de tres. No, volvemos a lo de antes, el luthier encara tablas para que sus tensiones se anulen. La verdad es más fácil conseguirlo con tres (o cuatro) piezas que con dos, un cuerpo de estos últimos siempre será más caro que una de tres, pero no por calidad intrínseca del resultado, sinó porque para piezas grandes que hermanar, necesitas un árbol más grande, luego más viejo y el tiempo es dinero.
Cuanto más resonante una madera mejor. Pues sí y no. Si realmente deseas una gran interrelación entre cuerda y cuerpo deberías de estar de acuerdo con el axioma, pero si realmente es esto lo que buscas –resonancia– es más sencillo buscarlo construyendo una guitarra de caja hueca que ponerse a buscar exóticas maderas casi extintas para conseguirlo. Siempre sera más resonante un cubo de plástico que un cuerpo de caoba de Honduras, cosas de la física. A Les Paul le gustaba el modelo de su mismo nombre porque al ser tan macizo y, atención, poco resonante que sonaba mucho a cuerda, al metal de esta. También se puede recordar que prefería las P90 a las dobles porque estás daban demasiada salida para su gusto. Vamos que el artista iba buscando su punto, como todos.
Una guitarra de contrachapado es una mala guitarra. No tiene porque, el contrachapado no es más que otra forma diferente de trocear un tronco, conseguir tablas de él y luego montarlas de manera que sus tensiones internas se anulen, además tiene la ventaja de que el control sobre que parte del tronco estás utilizando (duramen, albura) es total. Hay que recordar que precio no es sinónimo de calidad, el precio lo determina la oferta y la demanda, aunque el sesgo cognitivo de que lo más caro, lo que tiene detrás más publicidad es mejor es intrínseco a ese mono desnudo que es el hombre.
Hay queda eso. Saludos.
Hong Kong 03:12