Reflexiones: La primera nota al improvisar

LaBandurria
#1 por LaBandurria el 07/05/2024
Me obsesiona la primera nota...

No soy profesional, simplemente soy un guitarrista de dormitorio, lo peor, el lumpen de la guitarra. Y quizás ni siquiera eso. Mis instrumentos preferidos son los de viento, pero nunca me puse. No me obsesiona el tono, porque cuando escucho los conciertos de Brandeburgo, el Lohengrin de Wagner o Duke Ellington con su Big Band, percibo una maquinaria perfecta con una riqueza tímbrica increíble. Cuando solo buscas el tono, pierdes la oportunidad de buscar esa riqueza. Un sonido delgado puede ser igual de expresivo y llegar tan lejos como una guitarra rompiendo válvulas todo el día. Hace mucho que dejé de ser un mitómano; para mí, el virtuosismo inalcanzable de Vai es igual de difícil que el discurso sinceramente barroco de Jim Hall, la potencia de Salayer o la delicada habilidad de Melody Gardot para pulsar el acorde preciso. Hace tiempo que dejé de querer tocar lo que tocan otros para escuchar lo que tienen que decir. Simplemente me gusta escuchar a quien toca, quien quiere tocar y quien quiere expresarse musicalmente. Me gusta proporcionar la base para que el otro hable, ya sea dejándolo respirar o agregando un acorde diferente para realzar su interpretación.

El gas también se me pasó hace mucho tiempo. ¿Por qué? No lo sé. Simplemente se fue, e incluso comienzo a despreciarlo. Hoy en día, me molesta ver a amigos de 50 años con 30 años cogiendo una guitarra, que se compran una R9 pero que no pueden tocar una escala mayor en todo el mástil para tocar con otros y que lo primero que hacen en una jam es tocar el mismo manido riff de los Zeppelin para justificarlo y encima te ponen cara de modernos porque eso es rock, y no esa mierda vieja de Charlie Parker que escucho. Tío, los Zeppelin hace 60 años que empezaron. ¿Son estos los mismos que, si pudieran, conducirían un Maserati SUV solo para destacar en el tráfico del lunes por la mañana? Tengo algunas guitarras que superan con creces mi poder adquisitivo y otras que medias-bajas. Sinceramente, ya no me importa. Con que estén bien afinadas y quintadas, y los trastes no raspen, vale. Lo que realmente me importa es dominar algún día algo del discurso musical desde mi infinita mediocridad. Últimamente me encuentro tocando en cualquier lugar con una Squier Strato y una Cuvave Baby, con auriculares. Vale, suena bien, no molesta, no pesa nada y puedes llevarlo a cualquier lugar. Esa puta partitura de Coltrane que siempre está en el bolsillo de la funda y que nunca terminaré de tocar con sus tempos perfectos... esa sí que me consume. Y me maravilla ver las partituras estilo RealBook y cómo los grandes estructuraron armónicamente esas catedrales, donde los acordes están dispuestos de manera precisa, no solo en el compás, sino en la estructura global. Y a toda esa gente que improvisa, da igual en un disco o en el Retiro, que es capaz de obligarte a atender a su melodía ... esos agraciados por el superpoder del flautista de Hamelin.

Cuando me toca improvisar, tartamudeo mucho con la guitarra, me equivoco, intento levantarme, reviso mi discurso, trastabillo nuevamente, otra vez esa coletilla que nunca quiero hacer y la memoria muscular saca de nuevo... Pero, bueno, tampoco soy un gran orador al hablar. Y no hay tanta gente que lo sea. Seguiré tocando hasta que muera, a ver si mejoro. Ese día ya no podre hacerlo.

Pero lo que realmente me fascina hoy en día, y que siempre hago mal, es ese momento en que Miles Davis, como un sacerdote de la música, entra en una especie de trance antes de pulsar la primera nota de crear el espacio sonoro con su trompeta. Davis pensaba y pensaba antes de empezar, y no es para menos. Ese momento es en el que decides si la nota será larga, si la repetirás, si arpegiarás, si saltarás a su séptima o simplemente dejarás un largo silencio, lo que sea. Esa nota es la primera pincelada que define el aire con el que seguirás tocando y como interaccionaras contigo y con el resto en los próximos minutos.

En mi caso, pienso en los dos primeros compases, intento tocar lo que tengo en la cabeza y sigo como puedo de manera muy intuitiva, aunque generalmente sé dónde estoy. Después, nunca estoy contento con esa primera nota: o la toqué demasiado fuerte o demasiado larga o demasiado corta, o la atropellan las que vienen después, etc. Parece condicionar todo.

¿Cómo afrontáis esa primera nota al improvisar? ¿Cómo estructuráis mentalmente vuestro discurso al improvisar? ¿Sois intuitivos o muy racionales al tocar? ¿Le dan tanta importancia a esos primeros compases?
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El Sheriff
#2 por El Sheriff el 07/05/2024
LaBandurriaAFull escribió:
¿Cómo afrontáis esa primera nota al improvisar? ¿Cómo estructuráis mentalmente vuestro discurso al improvisar? ¿Sois intuitivos o muy racionales al tocar? ¿Le dan tanta importancia a esos primeros compases?


Brian May siempre comenta en las entrevistas, que los solos de sus temas vienen ya compuestos y pensados antes de coger la guitarra, porque si no sus dedos son anárquicos y hacen lo que quieren de manera mecánica y siempre lo mismo.

La improvisación en la inmensa mayoría de casos son combinaciones de licks que vas aprendiendo y que acabas intercalando de manera mecánica durante la improvisación. Si antes de improvisar creas una melodía, ya no es improvisación es composición que luego ejecutas en la guitarra.

Sobre los primeros compases en una improvisación, la verdad es que no lo pienso mucho, empiezo y a partir de ahí la base te va pidiendo más intensidad, menos, más expresividad o menos, más dinámica o más contundencia, etc. Pero lo mismo, de la misma manera que uno memoriza aperturas en el ajedrez, se puede memorizar licks de entrada a la impro e ir combinando.

De todas formas es muy difícil improvisar un lick que no hayas aprendido antes o una melodía que no hayas pensado o compuesto con antelación. Dicho esto hay superdotados de la música cuyo talento les permita improvisar una melodía diferencial única de la nada y al instante mientras le tocan una base desconocida y que no siga una secesión de licks y variaciones de los mismos ya aprendidas. Pero eso solo está al alcance de muy pocos.
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LaBandurria
#3 por LaBandurria el 07/05/2024
El Sheriff escribió:
Sobre los primeros compases en una improvisación, la verdad es que no lo pienso mucho, empiezo y a partir de ahí la base te va pidiendo más intensidad, menos, más expresividad o menos, más dinámica o más contundencia, etc. Pero lo mismo, de la misma manera que uno memoriza aperturas en el ajedrez, se puede memorizar licks de entrada a la impro e ir combinando.


¿En tu caso, oyes/piensas primero la melodía en la cabeza y luego ejecutas eso en el diapasón o se lo dejas todo más 'a los dedos' por decirlo así?
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El Sheriff
#4 por El Sheriff el 07/05/2024
LaBandurriaAFull escribió:
¿En tu caso, oyes/piensas primero la melodía en la cabeza y luego ejecutas eso en el diapasón o se lo dejas todo más 'a los dedos' por decirlo así?


En composición sí. Si tengo que crear un solo, primero lo imagino y lo intento llevar al diapasón añadiendo durante la ejecución bends, vibratos etc por intuición. Sí que suelo hacerlo por partes, pienso una frase, pruebo como va y paso a pensar en la siguiente. Luego lo pones todo junto y aplicas variaciones hasta redondearla y memorizarla del todo. Esto te ayuda a generar una melodía con más originalidad que una simple sucesión de licks.

Si es improvisación pura y dura en aquí te pillo aquí te mato, o por practicar en casa, esa impro se convierte en una sucesión de licks aprendidos, variantes de los mismos, mezclada con frases de otros temas propios o de otro, pero no dejan de ser ejecutar algo que ya tienes aprendido.

Sí que es cierto, que cuando llevas muchos años con esto, mientras ejecutas un fraseo ya piensas en el siguiente que ligaría bien, en si subir o bajar por el mástil sin que se note nada en la fluidez. Pero no deja de ser aplicación de licks, escalas o melodías aprendidas una detrás de la otra en el caso de la imporo. No soy Mozart ni Bach :) para crear una melodía única de la nada bien estructurada en improvisación pura.
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Maranello
#5 por Maranello el 07/05/2024
Cantando.

Como dice el compañero, cuando vas a improvisar sin pensar mucho, tiendes a usar los licks que ya conoces o asegurarte el tiro no saliendo de las escalas que sabes que funcionan, y salvo que domines bien armonía, muuuuchas escalas y conozcas un buen puñado de licks y sabes enlazarlos, sueles sonar siempre igual.

El reto es escuchar la melodía base del tema y “cantar” un solo para intentar luego reproducirlo en la guitarra. Aunque no es improvisación pura, te obligas a salir de la zona de confort y poco a poco vas pillando nuevas combinaciones y enriqueciendo tu vocabulario guitarril.
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Malapersona
#6 por Malapersona el 07/05/2024
Yo no puedo dar muchas lecciones al respecto porque debo de tener montones de malos vicios al improvisar. Yo creo que siempre empiezo los solos improvisados o en la tónica del acorde, o en la cuarta o en la tercera menor. No me saques de ahí.

Para dar variedad intento fijarme en la armonía y decidir si cambiar de escala, de modo o de tono con el cambio de acorde o no. Lo que debe de hacer todo el mundo, creo :meparto:

Y más que nada, el ritmo. Pensar también en el solo como si tu instrumento fuese de percusión: ¿qué viene mejor? ¿Notas largas, cortas, tresillos, síncopas? ¿Cómo combinarlas mejor...? Ya he escuchado tocar el "solo de una sola nota" a bastantes guitarristas, y es todo un reto...
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