GUITARRA CLÁSICA Y GUITARRA FLAMENCA
Fernando Bartolomé Zofío
Así como en la Edad Media no existía un modelo único
de guitarra, diferenciándose, a tenor de las escasas fuentes con las que
contamos, la guitarra latina y la guitarra morisca, hoy en día, dentro de
la variedad de constructores y construcciones, encontramos básicamente
dos tipos de guitarra bien delimitados, al tacto y al oído: la clásica y la
flamenca.
A simple vista puede parecer que se trata de una misma guitarra y sus
características particulares pueden pasar desapercibidas. La misma forma, el tamaño
parejo, el mismo número de trastes y de cuerdas pueden llevar a pensar en una misma
guitarra con ligeras diferencias. Pero es su sonido lo que hace al instrumento adecuado
para una u otra opción, y si estás pensando en comprar una guitarra española
(término válido para las dos variantes) debes probar varios modelos y varias casas o
constructores y reflexionar sobre la orientación musical que más te conviene o apetece,
por lo que tu sentido crítico y tu atención sonora debe agudizarse al máximo y no
conformarte con que te den “una” guitarra española.
TIPOS
En la guitarra clásica, aparte de variantes como el tiple, el requinto, la guitarra
tenor o la guitarra de 7, 8 o 10 cuerdas, que son poco habituales y yo diría que
absolutamente minoritarias y casi testimoniales con respecto a la guitarra clásica,
existen dos tipos diferentes: la guitarra de estudio y la guitarra de concierto.
Morfológica y estructuralmente son la misma guitarra pero la elección de los materiales
para su construcción difiere, y la primera es fruto de la producción en serie mientras
que la segunda es básicamente un trabajo artesanal. En la de estudio se suelen usar
conglomerados de diversas maderas, pino, abeto, palosanto de la India, etc., y en la de
concierto la calidad de éstas es superior siendo en todo caso maderas macizas como
el palosanto de Río de Janeiro, el pino de Alemania o el cedro de Canadá. La
guitarra de estudio es una guitarra hecha en serie y destinada a la producción a gran
escala mientras que la de concierto se hace por encargo y de forma artesanal. Todo esto
influye para que la guitarra de concierto tenga una calidad, y una cantidad sonora
definitivamente mayor que la de estudio, requisitos fundamentales para el intérprete
exigente
En el apartado flamenco tenemos la guitarra enfocada al acompañamiento
del cantaor, denominada simplemente “flamenca”, cuya proyección del sonido no
necesita de mucha potencia para ser escuchada. De ahí que su caja de resonancia
sea ligeramente menor que en la guitarra flamenca de concierto, que es la usada en
las grandes salas para la interpretación solista o en grupos con otros instrumentistas
y bailaores, en la que sí es necesaria una potencia sonora considerable para su audición.
CONSTRUCCIÓN
Ambas son variantes de un mismo instrumento pero podemos apreciar
diferencias significativas entre ambas. Tanto la guitarra clásica como la flamenca
presentan una morfología pareja, diferenciándose a simple vista por el tipo de madera
utilizada, especialmente para los aros y el fondo que suele ser de ciprés español en la
flamenca, lo que le da ese tono claro tan característico de este tipo de guitarras.
Pero a veces ni siquiera es así porque en la guitarra flamenca de concierto se vienen
empleando para los aros y el fondo el palosanto de la India o de Brasil, como ocurre
con la guitarra clásica. Total, ¡un verdadero lío!
Donde empiezan a aclararse las cosas es en el sonido. La guitarra flamenca
tiene un timbre más ligero y brillante, y su volumen es notablemente mayor que en
la clásica. En ésta última podemos apreciar un mayor cuerpo y equilibrio sonoro,
un sonido más redondo y aterciopelado, y como contrapartida tiene el déficit de la
potencia sonora. Y tu te preguntarás: ¿por qué estas diferencias tímbricas y sonoras
si aparentemente son dos instrumentos similares? Bien, dejando de lado la influencia
que tiene el uso de unas u otras maderas, hay elementos que permanecen ocultos a la
vista pero que juegan un papel fundamental en el sonido característico de cada uno,
y estos son las varetas situadas en la cara interior de la tapa que ayudan a distribuir
el sonido por la superficie de una u otra forma, según su disposición. En la guitarra
flamenca las varetas se colocan de forma paralela a las vetas mientras que en la
clásica son más numerosas y van atravesadas con respecto a ellas tomando forma de
abanico. Todo esto hace que varíe significativamente el resultado sonoro final entre
ambas.
Debido a las características técnicas del estilo, la guitarra flamenca posee
un golpeador, blanco o transparente suele ser lo más habitual, ubicado en la tapa,
debajo de la boca, para evitar rayar la madera con sus contundentes rasgueos y efectos
percusivos varios. Además la distancia entre las cuerdas y la tapa es de unos dos o
tres milímetros menor que en la clásica, facilitando así la ejecución de las vertiginosas
y endiabladas escalas tan frecuentes que vemos en Paco de Lucía o Vicente Amigo.
SONIDO
En los círculos de los constructores de guitarras, los luthiers, hay una premisa
bastante generalizada que asegura que la cantidad de sonido es inversamente
proporcional a la calidad del mismo. Esto es, una guitarra que suene mucho es difícil
que tenga un sonido y un timbre excelentes.
Los guitarristas flamencos generalmente se preocupan más de la potencia
sonora que de la calidad, mientras que un clásico puede acabar desesperado si el
instrumento no reune las condiciones tímbricas adecuadas, aunque no suene mucho.
Esto no quiere decir que la flamenca no tenga calidad sonora pero es una premisa
que suele cumplirse. Es muy difícil, y aquí incluyo a los grandes constructores
también, que una guitarra suene mucho y suene muy bien, salvo gratas y mayúsculas
sorpresas.
El sonido en la guitarra flamenca es más nasal, más agudo y brillante,
mientras que obtenemos un sonido más redondo, con más armónicos y de carácter
suave en la clásica.
Independientemente de estas diferencias, que son significativas pero no
definitivas, el intérprete, según el estilo de que se trate, es el que termina por definir
y acentuar las diferencias entre una y otra. Es la concepción general de la música
lo que lleva a utilizar la guitarra de una u otra forma y con una técnica determinada,
resultando al final dos estilos diferentes, con dos técnicas diferentes, interpretadas
con dos instrumentos parecidos pero no iguales, y con un denominador común en
ambos casos: la exigencia de un nivel interpretativo que con el tiempo se hace cada
vez más extraordinario.
Fernando Bartolomé Zofío
http://kardago.com/clasica_y_flamenca.htm