Los términos Slab Board y Veneer, estén relacionados con la forma en la que se ha adherido la lámina del diapasón al mástil.
Para centrar el asunto nos remontamos al año 1957 ¿? Cuando Leo Fender introduce el diapasón como una lámina de madera independiente y pegada al mástil, que hasta entonces era una sola pieza de Arce.
Fiel a la filosofía de Leo, el cambio fue por motivos puramente prácticos. El desgaste por uso en el arce, afectaba estéticamente, daba un aspecto de sucio, que hacía daño a la vista. Aun no se había puesto de moda el Relic, y esas marcas de desgaste no eran del agrado de los guitarristas ni del propio Leo que parece ser odiaba ver en la tele el aspecto envejecido y cutre en sus guitarras.
La idea era usar una madera oscura (se optó por el Brazilian Rosewood) que disimulara y permaneciera más tiempo sin desentonar estéticamente.
Nació en Slab Board.
Básicamente es una lámina de madera pegada al mástil, con la sección pegada plano con plano.
Pero solo unos años después, en 1962, el sistema sufrió algún cambio y las maderas van pegadas curva con curva. Es el Veneer.
Unas imágenes transversales de la base del mástil visualizan a la perfección las diferencias entre ambos sistemas.
Y como todo cambio, surge las cuestiones
¿Cuál fue el motivo del cambio? Cual es mejor ¿?
Y con ellas, cada respuesta argumenta sus motivos y fundamentos.
He recogido algunos de ellos asi como sus sus réplicas y contrarréplicas.
Me limitare a exponerlos, sin posicionarme en uno u otro sentido.
La argumentación mas reiterada sobre el motivo apunta hacia el ahorro de madera.
Fender como fabricante era bien conocido por buscar soluciones prácticas y económicas. Parece lógico en principio pensar que este fue otra de sus ideas que le permitían el ahorro de materia prima, madera en este caso, cuyo precio encarecía el coste del producto final.
La base argumentativa es que el Veener tiene un grosor menor de madera que el Slab Board, algo apreciable a simple vista.
Un tocho de palosanto, se lamina en múltiples capas, se le da la curvatura y se obtienen muchos diapasones a bajo costo que encajan en la curva de los arces.
Eso sería cierto si damos por hecho que el proceso consistía en una lámina plana, sometida a presión y/o temperatura hasta conseguir la curvatura deseada. Y después simplemente pegada al mástil, que eso si, debería tener también una curvatura previa.
Pero, no faltan quienes afirman que era otro bien distinto. A saber, se fresaban ambas curvas con el mismo radio y después se pegaban.
Para obtener un diapasón con esa curva hace falta una madera del mismo grosor que para un Slab Board, que se vaciará para hacer la curva, del mismo modo que hará falta un mástil de arce algo más ancho para rebajar e igualar la otra curva.
Si esto es así, la virtud del ahorro brillaría por su ausencia. No solo sería la misma cantidad de madera, si no que además requiere trabajo extra. Y si a eso añadimos que el mástil también requería curvatura, pues, ¡¡¡ más madera ¡!! Y más trabajo añadido, lo que se traduce en dólares de costo.
Si fuese una cuestión de ahorro de costes, seguro que ahora mismo con las grandes cantidades de instrumentos fabricados, se estarían haciendo todos los mástiles de todas las guitarras tipo Veneer, y no es así.
Primera consideración y una duda más que razonable.
Vayamos entonces a las diferencias, si es que la hay en cuanto a sonido, estabilidad, …
Circula una teoría que dice que el objetivo del Veneer era darle más estabilidad a los mástiles.
Esta hipótesis descansa en el pilar de que el arce y el palosanto reaccionan de diferente manera a la humedad y a la temperatura, por lo que era más fácil que se deformase un Slab Board que un Veneer, al tratarse de dos superficies planas cada una con unas características diferentes. El veneer, al tener menos palosanto y ser además curvo, es más difícil que tire del arce.
En contra se posicionan quienes aseguran que el Veneer, tiene menos masa en el diapasón que las guitarras con Slab Board, lo que es una realidad, el palo rosa en los diseños Veneer es más delgado, por tanto ofrece menos estabilidad al mástil. Si a eso le sumas que con el tiempo y al uso ofrece más desgaste, es un sistema que ofrece menos estabilidad y ahí comienzan los problemas de quíntame, entonación...
Y si entramos en el terreno del tono.
Parece lógico pensar que el espesor del diapasón tratándose incluso de la misma madera, tiene su incidencia en la captación de la vibración que ejercen las cuerdas sobre el mástil.
Hay que considerar que el diapasón en este sentido también actúa como elemento amplificador de estas vibraciones, dependiendo de la masa y materialidad que presente ofrece un sonido diferente, por eso varia el sonido si es arce, ébano, palo rosa. Incluso algunos distinguen y se refieren a diferencias entre el palo de rosa de diferentes procedencias y sus sucedáneos (Brasileño, Hondureño, Madagascar, etc.).
Partidarios de uno u otro sistema, los que se posicionan a favor del Slab Board, al que se le atribuye más virtudes en calidez y quienes apuestan por el brillo del Veneer.
A nivel de valorización el tema es bien distinto, y aquí la balanza se inclina claramente hacia los Slabs Boards, que se cotizan más alto, siendo más buscados y coleccionables.
Para centrar el asunto nos remontamos al año 1957 ¿? Cuando Leo Fender introduce el diapasón como una lámina de madera independiente y pegada al mástil, que hasta entonces era una sola pieza de Arce.
Fiel a la filosofía de Leo, el cambio fue por motivos puramente prácticos. El desgaste por uso en el arce, afectaba estéticamente, daba un aspecto de sucio, que hacía daño a la vista. Aun no se había puesto de moda el Relic, y esas marcas de desgaste no eran del agrado de los guitarristas ni del propio Leo que parece ser odiaba ver en la tele el aspecto envejecido y cutre en sus guitarras.
La idea era usar una madera oscura (se optó por el Brazilian Rosewood) que disimulara y permaneciera más tiempo sin desentonar estéticamente.
Nació en Slab Board.
Básicamente es una lámina de madera pegada al mástil, con la sección pegada plano con plano.
Pero solo unos años después, en 1962, el sistema sufrió algún cambio y las maderas van pegadas curva con curva. Es el Veneer.
Unas imágenes transversales de la base del mástil visualizan a la perfección las diferencias entre ambos sistemas.
Y como todo cambio, surge las cuestiones
¿Cuál fue el motivo del cambio? Cual es mejor ¿?
Y con ellas, cada respuesta argumenta sus motivos y fundamentos.
He recogido algunos de ellos asi como sus sus réplicas y contrarréplicas.
Me limitare a exponerlos, sin posicionarme en uno u otro sentido.
La argumentación mas reiterada sobre el motivo apunta hacia el ahorro de madera.
Fender como fabricante era bien conocido por buscar soluciones prácticas y económicas. Parece lógico en principio pensar que este fue otra de sus ideas que le permitían el ahorro de materia prima, madera en este caso, cuyo precio encarecía el coste del producto final.
La base argumentativa es que el Veener tiene un grosor menor de madera que el Slab Board, algo apreciable a simple vista.
Un tocho de palosanto, se lamina en múltiples capas, se le da la curvatura y se obtienen muchos diapasones a bajo costo que encajan en la curva de los arces.
Eso sería cierto si damos por hecho que el proceso consistía en una lámina plana, sometida a presión y/o temperatura hasta conseguir la curvatura deseada. Y después simplemente pegada al mástil, que eso si, debería tener también una curvatura previa.
Pero, no faltan quienes afirman que era otro bien distinto. A saber, se fresaban ambas curvas con el mismo radio y después se pegaban.
Para obtener un diapasón con esa curva hace falta una madera del mismo grosor que para un Slab Board, que se vaciará para hacer la curva, del mismo modo que hará falta un mástil de arce algo más ancho para rebajar e igualar la otra curva.
Si esto es así, la virtud del ahorro brillaría por su ausencia. No solo sería la misma cantidad de madera, si no que además requiere trabajo extra. Y si a eso añadimos que el mástil también requería curvatura, pues, ¡¡¡ más madera ¡!! Y más trabajo añadido, lo que se traduce en dólares de costo.
Si fuese una cuestión de ahorro de costes, seguro que ahora mismo con las grandes cantidades de instrumentos fabricados, se estarían haciendo todos los mástiles de todas las guitarras tipo Veneer, y no es así.
Primera consideración y una duda más que razonable.
Vayamos entonces a las diferencias, si es que la hay en cuanto a sonido, estabilidad, …
Circula una teoría que dice que el objetivo del Veneer era darle más estabilidad a los mástiles.
Esta hipótesis descansa en el pilar de que el arce y el palosanto reaccionan de diferente manera a la humedad y a la temperatura, por lo que era más fácil que se deformase un Slab Board que un Veneer, al tratarse de dos superficies planas cada una con unas características diferentes. El veneer, al tener menos palosanto y ser además curvo, es más difícil que tire del arce.
En contra se posicionan quienes aseguran que el Veneer, tiene menos masa en el diapasón que las guitarras con Slab Board, lo que es una realidad, el palo rosa en los diseños Veneer es más delgado, por tanto ofrece menos estabilidad al mástil. Si a eso le sumas que con el tiempo y al uso ofrece más desgaste, es un sistema que ofrece menos estabilidad y ahí comienzan los problemas de quíntame, entonación...
Y si entramos en el terreno del tono.
Parece lógico pensar que el espesor del diapasón tratándose incluso de la misma madera, tiene su incidencia en la captación de la vibración que ejercen las cuerdas sobre el mástil.
Hay que considerar que el diapasón en este sentido también actúa como elemento amplificador de estas vibraciones, dependiendo de la masa y materialidad que presente ofrece un sonido diferente, por eso varia el sonido si es arce, ébano, palo rosa. Incluso algunos distinguen y se refieren a diferencias entre el palo de rosa de diferentes procedencias y sus sucedáneos (Brasileño, Hondureño, Madagascar, etc.).
Partidarios de uno u otro sistema, los que se posicionan a favor del Slab Board, al que se le atribuye más virtudes en calidez y quienes apuestan por el brillo del Veneer.
A nivel de valorización el tema es bien distinto, y aquí la balanza se inclina claramente hacia los Slabs Boards, que se cotizan más alto, siendo más buscados y coleccionables.