#25 Pitingo Ono, tal cual.
Sin ser mitómano, le reconozco a The Beatles el peso indiscutible y su trascendencia en mucha de la música que se hizo después. Coincido en que no es un documental, y que no es de fácil digestión para aquellos que no sean seguidores acérrimos del grupo o músicos pero, faltándome una sola hora por ver, puedo decir que tenía muchos prejuicios cuando me enfrenté a visionarlo, sin embargo, me ha parecido muy interesante.
Hay varias cosas que me hacen pensar que la versión "oficializada" por muchísimos medios a mí se me ha caído, y que me resulta amarillista. En primer lugar, no veo a Paul McCartney como ese ser ególatra imponiendo su criterio de forma altiva y tratando con condescendencia a los demás; más bien le observo como el miembro con más ganas de sacar el trabajo adelante, poniendo en todo momento propuestas sobre la mesa y consciente del desgaste que ya tenía la banda, eso sí, con un objetivo en mente, cosa que al resto, incluidos productores, no les pasaba. Harrison estuvo desperdiciado totalmente, se nota que está en una forma compositiva abrumadoda y que nadie es capaz de darse cuenta, igual lo hicieron cuando con parte del material que tenía más o menos compuesto sacó All Things Must Pass, y que visto con perspectiva es casi una peineta que les pudo dedicar a sus ex compañeros tras la ruptura. Hay una frase de PM que también es muy esclarecedora, creo que no cito literal pero más o menos viene a ser: "Algún día dirán que The Beatles se separaron porque Yoko se sentó en un amplificador", y es que la chica estaba allí, pero tampoco se ve en qué manera entorpece el trabajo o genera tensiones, parece realmente un fantasma pululando entre ellos y enganchada a Lennon que, por cierto, me parece el menos serio de todos (llega tarde a ensayos etc.). Ringo es Ringo y hace de Ringo y era necesario. Por otro lado, el que más me impresiona, de largo y por su presencia escénica y capacidad de cohesión, es Billy Preston, un tipo que musicalmente es un monstruo, llega y se va con una sonrisa y, en el medio, levanta los temas que el cuarteto no es capaz de sostener.
Pensé que iba a ser "más de lo mismo", y se nota que hay mucha edición detrás, pero me resulta honesto, como un Gran Hermano pero con la diferencia de que aquí se desbordaba un talento tremendo. Es muy curioso cómo se observa la evolución de los temas, su relación con los instrumentos, la forma de enfocar (o desenfocar llegado el caso) el trabajo. Lo que sí es cierto es que, en una banda funcionando así, yo habría durado dos días: no soporto el desorden, carecer de un calendario de objetivos y un cronograma cumplido sin excusas por todos, la poca seriedad en muchas ocasiones y, es que claro, yo soy mortal y en ese ambiente no habría podido sacar ni un tema, pero estos tíos eran unas bestias.
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Yo creo en el caos como forma creativa,grabar colgado y de madrugada,ya esta...
Sin ser demasiado fan de los Beatles, siempre he respetado su legado y sus composiciones, pero en el eterno “duelo” prefiero a los Stones… aunque mis verdaderos referentes son Led Zeppelin, MC5, Sabbath, Purple, Rory y otros grupos de la cofradía del riff y el blues-rock acelerado.
Dicho esto, el documental me encantó y me ha servido para cogerle un poco más de cariño a la banda (y aborrecer un poco o más a la petarda de Yoko), valorar todavía más a Glyn Johns y George Martin, escuchar con más detenimiento alguno de sus temas y reafirmarme en que mi favorito es Ringo (el único al que he visto en directo), aunque está claro que entre todo el talento de los cuatro, los cerebros son Paul y John.
En cuanto lo terminé me puse con la serie de conversaciones entre McCartney y Rubin y me ha parecido el complemento perfecto.
Deberían haber publicado las mas de 30 horas que hay. Yo lo prefiero a La Rueda del Tiempo...