#21
Seny company.
Abraxots.
Juan
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#25 Hombre! no pretenderás que hablemos de la revolución francesa, de la rusa que son las que mas nos tocan, de las colonias y de filosofía. Preferible hablar de conclusiones e impresiones mas que dar lecciones y no en según que tonos y menos con obviedades.
#27 No te capto....pero a mi lo que más me toca no es ni la revolución francesa ni la rusa....me toca que en el 81 se intentó de nuevo lo del 36 después de casi 40 años de paca la culona
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Yo lo recuerdo como una cosa emocionante. Tenía 9 años en 1981.
Lo primero fue la sensación de algo gordo, en mi ciudad los militares salieron, que somos muy fachillas por aquí. Al día siguiente mi padre dijo que de casa no salía nadie que si no nos pegaban un tiro. O sea que la fiesta y felicidad absoluta de no ir al cole y la TVE poniendo dibujos y películas toda la noche y por la mañana temprano (eso ya era un chollo para un niño ya que la única franja horaria que tenías para ver la tele era de las 17 a las 19, y encima la programación de la tele no emepezaba hasta las 12.30 o así. Antes solo había rayas de colores).
Después de 40 años y sabiendo lo que se sabe ya, lo escandaloso no es el papel del rey (que lo es y mucho) sino que si ese golpe hubiese triunfado, muchos españoles, entonces y hoy mismo también, estarían muy contentos.
#28 Pues eso mismo, pero a hechos consumados la rusa y la francesa. Lo de que se "intentó" habría que matizar que es lo que exactamente se intentó y que se consiguió ... y que tampoco da a lugar.
#28 Yo opino que 1981 y 1936 no tienen nada que ver salvo el "regalito" de 40 años en cada caso
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#31 Del mismo parecer. Más se jugó en el 81 con la amenaza para consolidar al compiyogui que otra cosa.
Igual no se parece mucho 1981 y 1936 pero tampoco te creas que son un huevo y una castaña.
#30 o soy cortito o no asimilo tanta ambigüedad
Paso man👍
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#33 Uno fué un golpe de estado y el otro una representación
#35 Exacto. Un puto teatro para las mentes pobres y enfermas de los españoles de a pie y de los de bien. Para ambos. Segundo acto: Mister X ... y así seguimos.