Vaya Gulash de hilo está quedando al final: Tejero, la consti, problemas sociales y económicos globales y locales de nuestros días, el Conde Duque de Olivares, los decretos de Nueva Planta y la Guerra de sucesión que tuvo lugar un siglo antes del primer intento fallido de formación de un estado liberal, reinos y fueros medievales, el concepto de "libertad" del siglo XXI aplicado a principios del siglo XVIII.
Si os sirve mi experiencia, he tenido el placer de charlar en distintas ocasiones con historiadores serios de ideología independentista aquí en Catalunya y todos ellos y ellas coincidían en que extrapolar la realidad política de principios del XVIII y concretamente los decretos de Nueva Planta y el fin del Reino de Aragón a los problemas políticos de nuestro presente era un exabrupto histórico en toda regla; un exabrupto de los tantos y tantos que se comenten en cualquier parte, ya sea España, EEUU, Cataluña, Marruecos o Rusia. La Historia como ciencia humana nació a la par que los romanticismos nacionalistas (S.XIX)
De nuevo cabe distinguir la diferencia entre historia y memoria colectiva. Cito las palabras del historiador francés Pierre Nora para quien le pueda interesar el tema:
"Memoria e historia funcionan en dos registros radicalmente diferentes, aun cuando es evidente que ambas tienen relaciones estrechas y que la historia se apoya, nace, de la memoria. La memoria es el recuerdo de un pasado vivido o imaginado. Por esa razón, la memoria siempre es portada por grupos de seres vivos que experimentaron los hechos o creen haberlo hecho. La memoria, por naturaleza, es afectiva, emotiva, abierta a todas las transformaciones, inconsciente de sus sucesivas transformaciones, vulnerable a toda manipulación, susceptible de permanecer latente durante largos períodos y de bruscos despertares. La memoria es siempre un fenómeno colectivo, aunque sea psicológicamente vivida como individual. Por el contrario, la historia es una construcción siempre problemática e incompleta de aquello que ha dejado de existir, pero que dejó rastros. A partir de esos rastros, controlados, entrecruzados, comparados, el historiador trata de reconstituir lo que pudo pasar y, sobre todo, integrar esos hechos en un conjunto explicativo. La memoria depende en gran parte de lo mágico y sólo acepta las informaciones que le convienen. La historia, por el contrario, es una operación puramente intelectual, laica, que exige un análisis y un discurso críticos. La historia permanece; la memoria va demasiado rápido. La historia reúne; la memoria divide".
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Los exabruptos se cuestionan todos. Para eso está la crítica, que existe aunque se la tenga muy poco en cuenta. En el momento en que se dejan de cuestionar exabruptos como la causalidad histórica aparece el totalitarismo en cualquiera de sus formas.
El totalitarismo es la anulación del debate en el espacio público, ya sea este mismo que estamos usando, el parlamento o las aulas de los institutos y universidades, por citar algunos ejemplos.
Los cuestionamientos territoriales actuales del estado español deberían ser plenamente debatibles y es la obligación de los agentes políticos y las instituciones encontrar soluciones factibles que satisfagan a las partes implicadas con el fin de evitar conflictos y rupturas sociales, hartazgo de la población, radicalización y derroche de recursos institucionales, pero nunca en nombre de ninguna causalidad histórica, venga esta de donde venga.
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#216 No reivindico nada fuera del contexto actual. Tan solo remarco inexactitudes que se han dicho. Por otra parte, tan fuera de lugar está extrapolar en tiempo-espacio hechos pretéritos como escoger tan solo la parte de los hechos que nos interesa( aquello del "cherry picking").
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#218 la cita de Nora es chula. Pero, por suerte o por desgracia, no existe una versión aséptica de la historia. Y creo que está bien que así sea. Normalmente, conviene huir de aquella gente que presenta su trabajo como "ajeno al posicionamiento ideológico". Suelen ser lo más politizados.
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#223 bastante de acuerdo con ello. Para el tema de cat., muy recomendable el libro "pseudo-història contra Catalunya". Críticas muy documentadas contra Bilbeny y cia., y también contra el españolismo más rancio.
Pseudo-historia contra "el otro" te las encuentras en todas partes. Es lo que tiene el intento de reducir los problemas sociales a un duelo de tifosis.