Mi caso es algo extraño. He acumulado 9 guitarras, de ellas sólo 2 estarían valoradas en más de 500€ y tampoco pasarían mucho de eso (Aunque estoy vendiendo 2 para compensar la entrada de otras tantas) . Y son esas dos las que "peor lo pasan" por que al ser guitarras buenas es como que espero más de ellas, su sonido tiene que ser perfecto y como eso no lo es ninguna guitarra me acabo frustrando. Pienso en venderlas, las dejo de usar un tiempo, pienso en modificarlas... Luego las vuelvo a coger, me voy al local y obviamente mal no suenan. Pero en el momento en el que me "reconcilio" con ellas vuelvo a empezar a sacar fallitos tontos y demás. Tipo es demasiado brillante, le falta pegada, tiene las cuerdas demasiado altas y demás.
Por eso, el resto de mis guitarras son guitarras viejas de batalla, modificadas, con mucho desgaste y demás. Como no espero "la perfección" de ellas no me frustran sus fallos y simplemente intento sacar lo mejor que son capaces de dar.
Lo malo es que esas dos guitarras carillas que tengo tampoco las puedo vender, las echaría de menos y las idealizaría de manera que acabaría sin poder perdonarme haberlas vendido.