#72 Pues yo suelo tocar con mi banda, y no mucho en el salón de casa (que no tiene nada de malo), y pienso así. Y no me considero precisamente un purista de nada.
#75 Yo sólo defiendo que cada uno toque lo que le dé la gana.
Un interprete reproduce con su instrumento lo que ha creado otro. Para millones de guitarristas es su leitmotiv. Otros prefieren aportar algo propio. Cojonudas las dos opciones.
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Mucha gente hacen/hacemos versiones o tributos por que con tus temas te comes los mocos. Y no es por que sean temas buenos o malos, que hay gente con temas estupendos que son conocidos en su casa a las horas de comer. Entonces si quieres hacer algún bolo, pues acabas tirando a lo que hay público para ello.
Yo no sé por qué resulta tan molesto que el compañero de fatigas de esto de la música escoja un camino que no es del gusto del molestado. Siempre ha habido verbeneros y es más, muchos compatibilizando su orquesta/tributo etc con su banda de temas propios, que lo uno no quita lo otro... A lo mejor a quien a que pedir cuentas es al público y no al compañero.
Podíamos centrar nuestras iras mejor en los playbacks o falsos directos, que sí hacen daño sobre la reputación del colectivo, y es una competencia desleal con el resto, en tanto en cuanto no hay un curro de ensayo, sino un botón de play. Esto es, un DJ encubierto. Eso sí me parece que debería cabrearnos, y de eso ha habido y hay mucho.
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Músicos diciéndoles a otros músicos lo que deberían tocar y lo que no, mientras hablan de la falta de propuestas nuevas. Un clásico.
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Cómo creo que ya se ha comentado antes, pienso que estos grupos tributo no deberían tener cabida en el espacio público; conciertos organizados por diputaciones, ayuntamientos y demás. La función de estos estamentos no es ( o no debería ser ) llenar el recinto ni ganar dinero, sino promover la cultura y dar espacio a grupos nuevos, emergentes o consolidados pero originales.
Es más, estaría muy bien que hubiese una normativa que obligará a dedicar un porcentaje de la programación cultural a bandas o eventos locales (dentro de lo posible), tanto en el ámbito público como en el privado subvencionado.
En el ámbito privado - siempre que no se reciba subvención pública -, cada promotor, cada sala es responsable de lo que programa que a fin de cuentas se juegan los garbanzos.
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Yo estuve viviendo durante un año junto a la sala Funhouse y vi muchos conciertos de grupos que no conocía. Al principio simplemente porque me pillaba al lado y total, me daba igual donde echarme una birra. Sin embargo, para mí fue un no parar de descubrir grupos realmente buenos que ni conocía su existencia.
Lo mismo me ha pasado en festivales de música. “Tragarme” una banda para ver la siguiente en buen sitio y acabar investigando y comprando sus discos. Igual con teloneros.
Hay bandas realmente buenas pero no sabemos de su existencia.
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