Cierto es que lo mismo da a quienes no puedan o quieran viajar para verlo porque hace ya la tira de años que no gira por España. Pero para quienes estábamos dispuestos a vender una guitarra para volar a Londres cada dos años (y no éramos pocos a juzgar por el castellano que se oía hablar por los rincones del Albert Hall), es un bajonazo.
Lo triste del caso es que Clapton sigue tocando como un jabato. Si fuera que realmente se le cae la guitarra de las manos, sería comprensible la jubilación. Pero es que el tío sigue tocando tan bien como siempre, coñe. Vagancia perruna es lo que tiene.
Todavía se le podrá ver de Pascuas a Ramos en algún concierto esporádico (de hecho toca en Julio en un tinglado de criquet), pero será difícil e imprevisto, y probablemente sin esos músicos fantásticos que lo han acompañado siempre.
Entre la jubilación forzosa de BB King y el pampurrio de Clapton me estoy quedando sin mitos. Así que estoy por ponerme recabar firmas en Avvanz o en Change.org para exigirle a Clapton que siga tocando. No pierdo la esperanza de que dentro de dos años vuelva a asomar el morro por el Albert Hall...