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#13 En mi casa lo vio un amigo que me dice: parece la Hora Chanante.
Una estrella de los 80 que debería estar en Benidorm con los yayos de su edad bailando los pajaritos y un cantamañanas también acabado cuyo mayor mérito es hacer covers vomitivos. Por favor, que cambien de camello si pretender seguir en los escenarios.
Sí, claro, los artistas deberían retirarse al cumplir los treinta (los que hayan superado la crítica barrera de los veintisiete...). Además, que hayan triunfado hace más de tres años ya los inhabilita para aportar algo útil. No tienen nada que aportar a la juventud, que ya se lo sabe todito (lo prueban las cumbres musicales que alcanzan los actuales adolescentes con el trap y sus maquinitas, equipazos manejados con teléfonos: saben música, controlan de sonido...). B.B. King era un pesado que tocaba despacio, Bowie aburría desde el 72 y Iron Maiden tocan música viejuna y tal...
Y yo, que pienso que uno de los mayores dramas de la historia de la música es que Mozart muriera a los treinta y tres...
#7
Dos veces le he visto en plena época dorada suya al terminar los 90, y dos veces una mierda de concierto tremenda.
Cortos, sin bises, y con bailarinas llevando tetas falsas postizas encima de la ropa. Supongo que en los pueblos de Ohio se escandalizan mucho con esas cosas. Qué rollito transgresor.
En fin. Me gustaba mucho en disco, en directo era más entretenido ver a Tony Leblanc comiéndose la manzana.
Yo es que nunca asistí a un estreno con Beethoven dirigiendo ya sordo, no vi a Django Reinhardt en directo y Carlos Núñez me parece un monstruo en los vientos, aunque me repatea como patea en el escenario siguiendo el ritmo, pero me parecen genios igualmente y lo que me importa de ellos es su música, no el color de sus calcetines o que no se hayan afeitado ese día. Otra cosa es pagar una entrada a un concierto y que no te haya satisfecho, pero eso no inhabilita una obra ya hecha (por algo estabás allí).
Si se ha colgado este video es precisamente porque se considera que sus protagonistas han alcanzado unas cotas de profesionalidad en lo que ya hicieron de las que no se espera el esperpento que en él vemos, y que además tiene mucho de culpable en los responsables del sonido. La mayoría no hubiera sabido seguir y habría parado la actuación y dejado en evidencia a los responsables, y estos se lo comieron asumiendo su papel de responsables últimos ante el auditorio. Al loro y olé sus huevos de todos modos.