Esta lista no es más que una relación subjetiva de la obra de uno de los grupos más significativos a nivel personal y en lo tocante al rock más contundente y pesado se refiere. Sobre todo me gustaría que fuera una excusa para hablar sobre ellos y compartir cualquier cosa al respecto.
No hay un solo álbum de Iron Maiden en el que no haya al menos buenas ideas musicales por algún lado, gente tocando muy bien sus instrumentos, trabajo y sudor, y un sello distintivo de estilo y expresión se pongan con lo que se pongan. La banda cuenta con un buen puñado de obras maestras y otro buen puñado de discos que se quedan a poco de serlo, con lo cual establecer un orden o marcar uno como el mejor, es una tarea bastante complicada. Los Maiden tienen la suerte de contar en sus filas con dos tipos con un objetivo de expansión musical constante desde diferentes ópticas, pero complementarias: Adrian Smith y Steve Harris.
17: 'The X Factor' (1995)
Un disco excesivamente oscuro y el menos inspirado de todos. Aunque lo peor es la voz de Blaze Bayley, tampoco Bruce Dickinson hubiera podido salvar mucho de este naufragio. El grupo suena inseguro, con miedo a adelantar el siguiente paso, y todo el álbum sale penalizado.
Blaze es un cuerpo extraño, se entiende que Iron Maiden funciona como una hermandad y eligieron a un tipo con el que tenían bonitos lazos, pero es un tipo que más que cantar, habla, y eso en un grupo tan brillante y melódico no puede funcionar. Arrastra las canciones hacia abajo, y de los shows cantando los clásicos prefiero no acordarme.
16: 'Virtual XI' (1998)
Es mejor que el otro con Blaze porque ya suenan más seguros y las canciones son infinitamente mejores. Sería hasta resultón si no fuera porque hablamos de Iron Maiden, y lo que vale para otros, no vale para ellos.
Bayley destroza canciones e ideas interesantes una tras otra, la sensación es que la banda incluso tiene que bajar nivel y revoluciones para que el desastre no sea completo. Una unión que, simplemente, no funcionó.
15: 'Dance of Death' (2003)
Es un buen álbum, sin discusión. Un poco en la misma dirección que el anterior, “Brave New World”, tratando de dar otro aire a lo mismo de siempre (un ejemplo claro sería “Gates of Tomorrow”), y es algo que los fans no podemos reprochar a un artista. El resultado no es malo, pero lo que gana en frescura y espontaneidad lo pierde en esa concreción pulcra tan Maiden, combinación que `para mi gusto si consiguen en “Fear of the Dark” o incluso el denostado “No Prayer for the Dying”.
Penado por una producción no tan acertada como en otras ocasiones, se hubiera beneficiado seguramente de haber dejado reposar y trabajar un pelo más las canciones.
14: 'Iron Maiden' (1980)
El debut de Maiden me gusta, Paul Di´Anno me gusta, “Remember Tomorrow” es una de mis canciones favoritas de Iron Maiden desde que los conozco, en “Strange World” ya se ven muchas de las cosas que luego desarrollaron como banda y han llegado hasta nuestros días, el álbum es una piedra fundacional del género… pero está lejos de la potencialidad que adquirirían poco tiempo después.
No es un disco anecdótico, pero tampoco te vas a dormir con él en la cabeza.
Un inicio de carrera unos puntos por debajo del nivel standard con el que asombrarían al mundo.
13: 'A Matter of Life and Death' (2006)
En su momento, otro paso más en la buena dirección. Cuando se está en activo tanto tiempo, no debe ser fácil decidir hacia donde llevar las cosas. Una banda como Maiden se ve obligada a no perder los esencial porque te puedes cargar un legado y freírlo todo en un instante.
En cualquier caso, otro disco más que da la talla, con un gran nivel general que aunque es verdad que no hay ninguna canción que realmente destape el tarro de las esencias, si que es consistente y contundente.
Para mi gusto le falta un pelo de personalidad y la producción los equipara con otro tipo de bandas. Pero con una trayectoria como la que tenían a las espaldas, pocos son capaces de estar ahí de esa manera. Por eso sorprende más todavía la parte más reciente de su carrera.
12: 'Brave New World' (2000)
Para mi gusto, un álbum que tiene más fama de la que quizás le toca (probablemente porque se engancha al grupo una generación entera con estas canciones), y no estoy diciendo que sea malo porque no lo es en absoluto, pero también es verdad que hay más oficio que ambición en las canciones. Pertenece a ese grupo de albums de excelencia pero que no representan un punto de inflexión o avance musical, o toma de riesgos, pero son discos que deben existir y tienen su completa razón de ser en el continuo de una banda que abarca décadas.
No todo el disco está al mismo nivel, hacia la mitad las cosas se hacen un tanto densas, ambiente que se supera con “The Nomad” hacia un final más que digno, con ese final majestuoso de “The Thin Line Between Love and Hate”. Muy grandes cuando quieren, tampoco es de extrañar que haya tanto parroquiano de este artefacto sonoro.
11: 'No Prayer for the Dying' (1990)
Por lo general poco apreciado, sin embargo, para mi está justo por detrás de los incontestables en todo (canciones, inspiración, sonido) y no más arriba porque falta Adrian Smith y eso es mucho, y al mismo tiempo habla muy claramente de lo trabajadores y comprometidos que son estos tipos esté quien esté en el line up.
La gira correspondiente fue mi primera vez con Maiden (+ Anthrax), y las canciones funcionaban como un tiro en la frente encima del escenario. Janick Gers cumplió sobradamente y creo que en esa gira se ganó su derecho a permanecer en la banda.
El disco es puro Maiden y podría haber salido perfectamente en lugar de un “Somewhere in time” camino de “Seventh Son of a Seventh Son”. Aunque hay dos temas especialmente prescindibles (“Hooks on You” y “Mother Russia” que todavía sigo sin entender), hay otros 4 que pueden estar a la altura casi de cualquier cosa de la banda y que son pabellón patas arriba garantizado.
No hay un solo álbum de Iron Maiden en el que no haya al menos buenas ideas musicales por algún lado, gente tocando muy bien sus instrumentos, trabajo y sudor, y un sello distintivo de estilo y expresión se pongan con lo que se pongan. La banda cuenta con un buen puñado de obras maestras y otro buen puñado de discos que se quedan a poco de serlo, con lo cual establecer un orden o marcar uno como el mejor, es una tarea bastante complicada. Los Maiden tienen la suerte de contar en sus filas con dos tipos con un objetivo de expansión musical constante desde diferentes ópticas, pero complementarias: Adrian Smith y Steve Harris.
17: 'The X Factor' (1995)
Un disco excesivamente oscuro y el menos inspirado de todos. Aunque lo peor es la voz de Blaze Bayley, tampoco Bruce Dickinson hubiera podido salvar mucho de este naufragio. El grupo suena inseguro, con miedo a adelantar el siguiente paso, y todo el álbum sale penalizado.
Blaze es un cuerpo extraño, se entiende que Iron Maiden funciona como una hermandad y eligieron a un tipo con el que tenían bonitos lazos, pero es un tipo que más que cantar, habla, y eso en un grupo tan brillante y melódico no puede funcionar. Arrastra las canciones hacia abajo, y de los shows cantando los clásicos prefiero no acordarme.
16: 'Virtual XI' (1998)
Es mejor que el otro con Blaze porque ya suenan más seguros y las canciones son infinitamente mejores. Sería hasta resultón si no fuera porque hablamos de Iron Maiden, y lo que vale para otros, no vale para ellos.
Bayley destroza canciones e ideas interesantes una tras otra, la sensación es que la banda incluso tiene que bajar nivel y revoluciones para que el desastre no sea completo. Una unión que, simplemente, no funcionó.
15: 'Dance of Death' (2003)
Es un buen álbum, sin discusión. Un poco en la misma dirección que el anterior, “Brave New World”, tratando de dar otro aire a lo mismo de siempre (un ejemplo claro sería “Gates of Tomorrow”), y es algo que los fans no podemos reprochar a un artista. El resultado no es malo, pero lo que gana en frescura y espontaneidad lo pierde en esa concreción pulcra tan Maiden, combinación que `para mi gusto si consiguen en “Fear of the Dark” o incluso el denostado “No Prayer for the Dying”.
Penado por una producción no tan acertada como en otras ocasiones, se hubiera beneficiado seguramente de haber dejado reposar y trabajar un pelo más las canciones.
14: 'Iron Maiden' (1980)
El debut de Maiden me gusta, Paul Di´Anno me gusta, “Remember Tomorrow” es una de mis canciones favoritas de Iron Maiden desde que los conozco, en “Strange World” ya se ven muchas de las cosas que luego desarrollaron como banda y han llegado hasta nuestros días, el álbum es una piedra fundacional del género… pero está lejos de la potencialidad que adquirirían poco tiempo después.
No es un disco anecdótico, pero tampoco te vas a dormir con él en la cabeza.
Un inicio de carrera unos puntos por debajo del nivel standard con el que asombrarían al mundo.
13: 'A Matter of Life and Death' (2006)
En su momento, otro paso más en la buena dirección. Cuando se está en activo tanto tiempo, no debe ser fácil decidir hacia donde llevar las cosas. Una banda como Maiden se ve obligada a no perder los esencial porque te puedes cargar un legado y freírlo todo en un instante.
En cualquier caso, otro disco más que da la talla, con un gran nivel general que aunque es verdad que no hay ninguna canción que realmente destape el tarro de las esencias, si que es consistente y contundente.
Para mi gusto le falta un pelo de personalidad y la producción los equipara con otro tipo de bandas. Pero con una trayectoria como la que tenían a las espaldas, pocos son capaces de estar ahí de esa manera. Por eso sorprende más todavía la parte más reciente de su carrera.
12: 'Brave New World' (2000)
Para mi gusto, un álbum que tiene más fama de la que quizás le toca (probablemente porque se engancha al grupo una generación entera con estas canciones), y no estoy diciendo que sea malo porque no lo es en absoluto, pero también es verdad que hay más oficio que ambición en las canciones. Pertenece a ese grupo de albums de excelencia pero que no representan un punto de inflexión o avance musical, o toma de riesgos, pero son discos que deben existir y tienen su completa razón de ser en el continuo de una banda que abarca décadas.
No todo el disco está al mismo nivel, hacia la mitad las cosas se hacen un tanto densas, ambiente que se supera con “The Nomad” hacia un final más que digno, con ese final majestuoso de “The Thin Line Between Love and Hate”. Muy grandes cuando quieren, tampoco es de extrañar que haya tanto parroquiano de este artefacto sonoro.
11: 'No Prayer for the Dying' (1990)
Por lo general poco apreciado, sin embargo, para mi está justo por detrás de los incontestables en todo (canciones, inspiración, sonido) y no más arriba porque falta Adrian Smith y eso es mucho, y al mismo tiempo habla muy claramente de lo trabajadores y comprometidos que son estos tipos esté quien esté en el line up.
La gira correspondiente fue mi primera vez con Maiden (+ Anthrax), y las canciones funcionaban como un tiro en la frente encima del escenario. Janick Gers cumplió sobradamente y creo que en esa gira se ganó su derecho a permanecer en la banda.
El disco es puro Maiden y podría haber salido perfectamente en lugar de un “Somewhere in time” camino de “Seventh Son of a Seventh Son”. Aunque hay dos temas especialmente prescindibles (“Hooks on You” y “Mother Russia” que todavía sigo sin entender), hay otros 4 que pueden estar a la altura casi de cualquier cosa de la banda y que son pabellón patas arriba garantizado.