#24 ya te digo,yo estoy totalmente gaseado.Maldito G.A
.S


Capítulo 2: desmontando la guitarra
Ya hemos presentado a nuestra víctima, una novísima guitarra Yamaha RS620 en acabado gris
transparente. No me voy a meter a enumerar las especificaciones porque ya andan en mil
páginas por la web, pero es básicamente una guitarra de cuerpo y mástil de caoba, tapa de
arce, dos humbucker y puente fijo. Un esquema clásico que a todos no suena de algo
Lo primero es retirar esas cuerdas Elixir.
Una vez quitadas las cuerdas, el puente se suelta de sus dos postes.
El puente, de tipo wraparound es de la marca Alchemy. No la conocía, y a parte de su web, no
he podido encontrar muchas más reseñas en internet. El acabado, como el resto del hardware
de la guitarra, es cromado satinado.
Retiramos la tapa que cubre el acceso al tornillo de ajuste del alma.
Vamos a por la electrónica, que, tras retirar la tapa, aparece muy limpia y ordenada. Las
cavidades están cubiertas con pintura conductiva para apantallarla.
Como veis, la electrónica es marca Alpha. El conmutador de pastillas tiene un aspecto y un
tacto un tanto endeble, sobre todo para los que estamos acostumbrados a los CRL.
Desmontamos el conector Jack de salida, este también humilde pero correcto.
Vamos a por los afinadores y de paso nos enteramos de donde procede esta guitarra…
Los botones de la correa son tipo Fender vintage.
Llega el turno de desmontar las pastillas.
Los huecos de las humbucker también están apantallados con pintura conductiva y conectan
con la masa principal del circuito mediante unos cables atornillados al cuerpo.
Retiramos la cejuela con un taco de madera y unos suaves golpecitos. Como veréis está hecha
de un material sintético. No me atrevería a decir si es plástico sin más o algo más sofisticado.
Ayudándonos con un par de tubillones de montaje de madera y un tornillo del paso de rosca
adecuado, extraemos los vástagos del puente.
¡No olvidemos retirar también el logo de Yamaha en la pala! Le damos un poco de calor con la
pistola y listo, sale sin problemas.
Colocamos un poco de cinta a lo largo del diapasón para cubrir los trastes y proteger esa zona en la que no vamos a trabajar.
Pensando en decapar la guitarra y con la pegatina de made in Indonesia rondando mi cabeza,
de repente caigo en la cuenta… ¡igual esa tapa de arce flamígero es tan bonita como delgada!
Así que raspo un poco la pintura conductiva en el hueco de la pastilla de puente para tener una
idea de las capas de madera.
¡Horror! ¡Tenía que haberme dado cuenta antes! El decapado siempre es un proceso muy
agresivo, especialmente en guitarras con acabado en poliuretano o poliéster, como parece
esta. Lijar una capa tan sumamente delgada es muy peligroso ya que al mínimo descuido se
puede evaporar por completo. Un par de fotos más:
La tapa de arce tiene unos 7 mm en la parte más alta (lleva un ligero rebaje para el brazo) y la
capa de arce flamígero aproximadamente 1,2 mm incluyendo la capa de acabado. Este va a ser
un trabajo muy delicado y con mucho riesgo.
Comentándoselo a Víctor decidimos seguir adelante con el plan original pase lo que pase. Si la
salvamos, bien, y si no, descubriremos lo que hay debajo.
Hasta aquí el capítulo de hoy. ¡En el siguiente comienza ya la pesadilla!
CAPITULO III: COMIENZA LA PESADILLA
¡Bienvenidos de nuevo! En primer lugar, os mostramos a la víctima recién traída de fábrica y
con ojillos de sospecha. En el segundo capítulo la desmontamos y la preparamos para la
intervención y ahora ya, sin más dilación, llega la parte que todos estabais esperando…
¡excepto yo! Sí, amigos, ya no hay escapatoria: ¡La temible fase del decapado!
Ya he hablado sobre este trabajo en mi web con anterioridad, un tratamiento muy agresivo
por lo general ya que estamos arrancando barniz, pintura o tinte y tapa poros
extremadamente duros (especialmente en esta gama de instrumentos) de una superficie
mucho más blanda. El riesgo de arañar, marcar o deformar de alguna manera la madera es
bastante alto. Un pequeño descuido y… ¡adiós! Si además a esto le añadimos que el mástil y el
cuerpo no se pueden separar (como en una guitarra con mástil atornillado) y que además lo
rodea un binding por todas partes, la cosa se pone peliaguda de verdad. Aun así, el trabajo no
es particularmente complejo a nivel intelectual, sino más bien como una carrera de fondo
donde lo que gastamos es paciencia. Decapar hasta dejar la madera bien preparada para
aplicar el acabado es muy trabajoso y hay que concienciarse de ello para no correr. Y se traga
polvo de pintura a saco, principalmente.
Como ya he dicho, tenemos un cóctel excepcional para pelar esta guitarra: acabado a prueba
de balas, mástil y cuerpo inseparables y binding. Debido a este último debemos descartar el
uso de decapante químico, ya que cualquier mínima gota de gel que le cayese encima podría
deshacer el plástico de esta cenefa con facilidad, así que no nos arriesgamos. Lo mismo ocurre
con la pistola de calor: descartada.
¿Lijar? Sin duda no nos libraremos de eso, pero cuando se trata de una pintura con tan mala
leche como esta, necesitamos devastar con algo más duro. No obstante, podemos usar una
lijadora eléctrica con muuucho cuidado (podemos deformar la madera si nos pasamos) en
algunas partes planas.
Y así llegamos a la conclusión de que lo que necesitamos son unas afiladas cuchillas. No es uno
de los métodos más populares para el decapado, pero creo que es el que mejor se adapta a
nuestras necesidades.
Los catálogos de Yamaha hablan de un acabado en la tapa y la pala muy delgado, mate y
tratado en su etapa final con lana de acero para conferir una apariencia y un tacto como de
guitarra ya usada. Si bien no me lo creí ni por un momento, comencé por la pala con la
esperanza de equivocarme en mis prejuicios.
Al tratarse de una superficie plana, opte por usar la lijadora eléctrica, con un pliego de grano
moderado, 180, y una velocidad no muy alta. Nos colocamos la mascarilla y nos metemos de
lleno en un festival de polvo (del chungo, me temo).
¡Guau! Qué exagerado, ¡no es para tanto…!. Lo cierto es que, a juzgar por las fotos, parece
coser y cantar. Pues me temo que sí, que es para tanto y mucho más. Esta área tan pequeña
lleva casi una hora decaparla. Aun así, se trata de una zona plana y sin curvas: un regalito, un
buen aperitivo de lo que nos espera.
Cuchilla en mano, empezamos con los laterales de la pala, procurando tocar el binding lo
menos posible.
En el proceso de fabricación de una guitarra eléctrica con binding, este se suele dejar que
sobresalga respecto del cuerpo, ya que al aplicar las capas de tapa poros, barniz y/o pintura, el
nivel de la madera sube y mediante el posterior afeitado del binding, todo queda nivelado para
el barnizado final. Consecuentemente, cuando retiramos la pintura de una guitarra ya
acabada, nos encontraremos con que el binding sobresale justo el grosor de la capa de pintura.
Como en este caso la guitarra irá acabada al aceite, debemos dejar la cenefa al mismo nivel
que la madera, afeitándola y, por tanto, adelgazándola.
Como podéis ver, el grosor de la pintura es aproximadamente de unos 0.6 mm No es
demasiado, aunque su dureza es descomunal. Esa es la medida que adelgazará nuestro
binding.
Continuamos dándole a la cuchilla.
Hay que ir afilando la cuchilla regularmente para que su corte sea lo más preciso posible. Uso
la Dremel para ello y cuando el filo no da más de sí, uso una cuchilla nueva. Las curvas son las
partes más delicadas y hay que raspar con cuidado. Aún así, algunas marcas son inevitables.
Más tarde las eliminaremos con lija.
Más partes complicadas. En estas fotos podéis apreciar perfectamente las diferentes capas de
acabado, desde el tapa poros al tinte y el barniz.
A estas alturas ya no podemos cerrar los dedos de presionar con la cuchilla ¡la tendinitis está
asegurada!
Como llegamos a una zona plana, decido darles un descanso a mis manos usando la lijadora.
Aquí, la mejor mascarilla de la que podamos disponer, es obligatoria.
¡Anda! ¡Qué bonito y qué fácil ha sido! …que nooooo, que al tapa poros no le has hecho ni
cosquillas con la lijadora… vamos a agarrar las cuchillas otra vez…
Fijaos la mala pipa que tiene este acabado. Usamos técnica hibrida de cuchilla y lijadora
eléctrica.
Hasta aquí hemos hecho lo fácil. Ahora nos quedan las cosas más delicadas: las curvas, los
cantos, los recovecos y la temida y delgada tapa de arce.
Este capítulo ya está durando demasiado, ¡que tenemos que llegar a 8 temporadas como en
Juego de Tronos! así que cortamos aquí, que como decía mi querida y extrañada Sacra, pasito
a pasito se llega lejos. Aunque en este punto aún ni se intuya aún ni siquiera el resplandor de la
famosa luz al final del túnel.
To be continued…
Micky Vega escribió:En el proceso de fabricación de una guitarra eléctrica con binding, este se suele dejar que
sobresalga respecto del cuerpo, ya que al aplicar las capas de tapa poros, barniz y/o pintura, el
nivel de la madera sube y mediante el posterior afeitado del binding, todo queda nivelado para
el barnizado final.