#262
Bueno, que yo enseguida saco pecho de cosas que tampoco son tan ciertas.
Una vez fui a tocar a misa a Fuenmayor, me lo podió un tocayo que ahora es enólogo.
Y en colegios de curas (y en la instituto sagasta) a menudo.
Incluso toqué en un festival de rock en el polideportivo de los Maristas, el bajista, llegó de gracieta una polla de arcilla, la colocó encima del amplificador para la actuación cubierta con un paño. Pues un hermano marista detectó la provocación destapándolo, el Hugo le contestó, al ¿y esto?, con no se, estaba en el local...
De aquel concierto:
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#266 Menuda suerte!!! Mucho mejor que los monaguillos cantando jeje
Porque estaba harto de bailar con el palo del cepillo como mástil. Y eso no sonaba. Y yo quería sonar.
El subidón que te da cuando aprendes a chapurrear las rítmicas de esas canciones que tocabas de ñaco con el cepillo.
AC/DC merecen dos estatuas. De mármol. Se estire el alcalde.
#267
La suerte hay que perseguirla, hombre, nacer en un sitio o en otros puede ayudar.
La pregunta importante no es por qué empezamos a tocar sinó por qué seguimos?
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Porque mi padre dijo que un piano no cabía en casa, y que como mucho, me compraba una guitarra.
Para mi 14º cumpleaños.
Pues yo empecé a los 14 años y porque necesitaba tocar las canciones de Metallica, me flipaba ver a esos 4 tíos en los 90 llenando estadios, kirk hammett con una Jackson rr y miles de personas dislocándose el cuello con cada puto riff. Treinta años después me siguen flipando los primeros discos de Metallica. Metal up your ass !!!
Yo empecé a tocar gracias a que me osaba con mi hermano hablado de guitarras y me dejaba probar la suya y mis padres un día me dijeron si me quería apuntar a clases de guitarra y de ahí fue a más amor por la guitarra y de ir a clases de guitarra empecé a estudiar el fp de técnico en video dj y sonido y luego quiero hacer el superior de sonido