Lo primero que debo decir es que, por supuesto, no se la he regalado a la niña que ahora es, sino a la mujer que será en el futuro. Quise que fuera su primer regalo, que crezca con ella y que le acompañe siempre, hasta donde le alcance la memoria. Puede que nunca le interese la música y jamás llegue a tocarla, pero en todo caso quiero que la tenga y que se pregunte por qué fue el primer regalo de su padre. Algunas de las lecciones más esenciales e importantes que yo he aprendido me las ha dado la guitarra, y me gustaría que ella también las aprenda; y si es a través de la música y podemos compartir ese tiempo, pues mejor todavía. Además, independientemente de lo que ocurra con eso, creo que en todas las casas debería haber una guitarra, es cuestión de concepto. Eso es cosa de frikis y seguro que me entendéis.
Señalar también que, por un lado, algunos diréis “sí, muy bien, pero eso mismo puedes hacerlo con una Epiphone que cueste diez veces menos”. Pues claro, y el valor del regalo sería el puto mismo, pero en ese momento concreto podía, me apetecía, y no hacía mal a nadie, así que lo hice. No estoy forrado, y hoy probablemente debería mirar opciones más asequibles y lo haría igual de contento. Por otro lado, otros pensaréis “pues haberle comprado una de juguete ahora, luego una de cadete para que aprenda, y ya una buena cuando veas que le da continuidad”, Si es tu caso, no has entendido de qué va la cosa.
En fin, la guitarra es una Gibson J-45 Special Red Spruce Figured Mahogany de 2015. Las características específicas podéis verlas en el siguiente enlace, pero lo que quiero poner en relieve es por qué elegí esta guitarra frente a otras opciones, muchas de ellas igualmente válidas.
http://legacy.gibson.com/Products/Acoustic-Instruments/2016/J-45-Red-Spruce-Figured-Mahogany-Special.aspx
Concepto: En términos generales elegí una J-45 porque, como otras, se trata de un clásico absoluto, y eso ofrece ciertas garantías. Algo que lleva tantos años en el mercado suele tener no pocas bondades y cierto equilibrio en muchos sentidos. No es una ley, pero ayuda a menudo.
Maderas: La combinación de maderas de la J-45 (tapa de abeto, cuerpo y mástil de caoba, y diapasón de palosanto) es una de las combinaciones ganadoras. Suele ofrecer un tono bastante equilibrado y, sobre todo, una calidez muy particular en su timbre. Además de ello, la tapa es de abeto rojo (red spruce), que aporta matices más cálidos si cabe, y un tono más ronco que le da un carácter muy especial. La caoba es esa que llaman Figured, con una veta ciertamente bonita. Hay otras opciones (como poco) tan buenas como esta, pero me decidí por ella por la polivalencia y el equilibrio de una guitarra con buen balance y tono cálido.
Tamaño y forma: En cuanto a dimensiones y formato, la J-45 es tremendamente cómoda. Aporta al sonido la profundidad y el volumen necesarios, pero sus dimensiones son ligeramente más pequeñas que las dreadnaught standard de Martin o la serie de 10 de Taylor, por ejemplo. Por eso, y teniendo en cuenta que mi hija no creo que sea particularmente alta, un cuerpo como la J-45 creo que puede resultarle muy cómodo. Además, la mezcla del tamaño y las maderas hacen que sea una guitarra realmente ligera si la comparas con una D-28 u opciones similares. De verdad, sorprende su ligereza, y ceo que eso es un punto general muy a favor.
Diapasón: Por otro lado, la anchura del diapasón es ligeramente más pequeña que el tradicional de Taylor o las actuales standard de Martin. Ojo, a mí estos me encantan, pero yo tengo manos grandes y mido 183cm. Creo que para unas manos más pequeñas, una cejuela de 1,725 de anchura es un acierto.
Escala: La longitud de la escala es corta. Creo que para dar los primeros pasos con acústica, una escala corta con unas cuerdas calibre .11 se agradecen, porque ofrecen menos tensión y los dedos duelen menos. Ya tendrá tiempo de subir el calibre y que el sonido gane en cuerpo, proyección, etc. Pero todos sabemos que aprender con una guitarra demasiado dura se te puede hacer muy cuesta arriba.
Mástil: Además de todo ello, esta J-45 Special tiene un perfil de mástil Slim Taper, más fino que el de las standard y las True Vintage que yo he probado. A mí personalmente me gustan un poco más gruesos, pero resulta increíble lo manejable que es, y creo que puede hacer más fácil el proceso de aprendizaje.
Además de todo esto, hay otras cosas que me gustaron de esta guitarra en particular:
- Adoro el sunburst de Gibson, pero también me gusta la idea de que esta sea natural, sin maquillaje, sin trampas. Clásica y con el aspecto simple y austero de una buena guitarra, nada más. Ahí también hay una lección que aprender y quiero que mi hija la vea.
- La capa de laca que lleva se ve que es fina, así que sospecho que tendrá un envejecer bonito.
- Tiene un poquito de bling que la distingue de series más modestas, pero sin pasarse: abalone chulo en los puntos del diapasón, en el logo de la pala y en los pins del puente. Poco más.
En fin, hay otras cuestiones que me gustan de esta guitarra, pero las que hacen que la considere un regalo especialmente acertado para mi hija son principalmente las que he comentado. Sinceramente creo que hay muchas otras opciones igualmente válidas, pero esta fue la mía y estoy realmente contento con ella. Ahora sólo espero que la niña no sea zurda.
Un abrazo!