Llegados a éste punto, quiero compartir mi experiencia personal, no aplicable a nadie más, pues es exclusivamente de alguien que nunca siguió los pasos de la gente de su edad:
Cuando empecé a oír música en serio, fue con los clásicos Iron Maiden, Judas Priest y demás. En el caso de Maiden, empecé con su novedad de aquél entonces: Powerslave. En el caso de Judas, con algunos de sus discos de los 70 que ya tenían unos añitos en aquellos mediados 80.
Tardé en oir cosas más antiguas como Deep Purple o Black Sabbath, pero llegaron. Y música de finales de los sesenta nunca me disgustó, y aunque nunca compré discos de Rock & Roll de los cincuenta, dicha música tenía para mi su atractivo.
Cuando descubría las bandas de Thrash, en mi juvenil mente creí que eran dioses venidos de eras pretéritas. Músicos ya entrados en años (ellos eran aun veinteañeros entonces) que poseían una mística y saber musical ancestral que me hipnotizaba. Jamás cuestioné, dejé de oír o tuve prejuicios por que algo fuera "nuevo" o "viejo". Nunca jamás esas valoraciones significaron nada para mi. Sólo atendía a lo que me sonaba bien, fuera de la época que fuera.
De modo que ahí estaba yo, entre los 13 y los 19 años, flipando con música "antigua" hecha por gente mayor a la que admiraba. Pero como digo, fui un caso raro. Siempre lo fui
