Algunas decenas de esos delfines pescados en grandes grupos familiares, los más jóvenes, tendrán la dudosa suerte de salvar su vida a cambio de ser vendidos a los acuarios de medio mundo. Una vez entrenados en esos multicolores lugares con sabor a vacaciones, los afortunados cetáceos harán las delicias de los amantes de los animales saltando sobre aros de color a cambio de una sardina.
Dicen los japoneses que se trata de una pesca tradicional de puro interés comercial, base económica para el mantenimiento de miles de puestos de trabajo.
Y me pregunto yo, aqui en España nos quejamos de los toros, bien, porque son nuestros, pero...y esto? O acaso a los naturistas y defensores de el mundo animal no le interesa un delfin nipon?