¡Hola a todos!
Esta vez os detallo una de las faenas más corrientes que se realizan en luthiería.
La guitarra en cuestión es una Fender stratocaster Made in Japan, acabada en Sunburst, y como suele ser habitual dejando a la vista la veta del cuerpo. A juzgar por el dibujo, el color en el neck pocket y sobre todo por el peso, apostaría que debe tratarse de madera de aliso en lugar de la de tilo, que suele ser la que frecuentemente utilizan en la factoría de Japón. Sea cual sea la madera empleada el resultado es una guitarra que ya suena de por sí antes de enchufarla.
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A pesar de venir con los trastes bastante mellados, como puede comprobarse en las fotos, el instrumento se dejaba tocar. El punto más conflictivo residía a la hora de hacer los bendings pasado el traste 12, donde la nota se quedaba totalmente enmudecida. También tenía mucho que ver el hecho que el diapasón estuviera radiado con un radio muy cerrado de 7.25”, característico de los radios vintage. Si sumamos esto al estado de los trastes el resultado es una guitarra donde los bendings se quedaban “ahogados” en la parte media y alta del mástil.
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El desgaste de los trastes no estaba focalizado en una zona en concreta, sino que se hallaba repartido a lo largo del mástil. Aunque dicho desgaste sea considerable en algunos puntos, lo bueno en este caso es que no ha llegado a afectar a la madera del diapasón. (Si queréis ver cómo se solucionaría os paso el enlace de otro hilo que abrí hace unos meses).
Lo primero de todo es separar el mástil del cuerpo para poder acceder al alma, ya que el acceso de la misma lo encontramos en el talón del mástil en lugar de en la pala. Con esta operación lo que conseguimos es comprobar la efectividad del alma, y sobre todo, ver el estado en el que se encuentra el mástil. Hay veces en las que aparecen sorpresas, como bien puedan ser combas no deseadas, que son producto de torsiones y reviraciones que se producen por una falta de mantenimiento en algunos casos, y en otros como consecuencia de un proceso natural de secado y/o asentamiento de las maderas. En este caso presentaba una pequeña deformación en la zona de los últimos trastes.
Una vez liberado el mástil, a continuación tocaba proteger debidamente el diapasón, puesto que se van a utilizar materiales muy abrasivos, como lijas y limas de diferentes granos.
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Tras unas primeras pasadas se va reduciendo la distancia entre las hendiduras de los trastes y su altura. Conviene ir con cautela para trabajar de manera precisa y rasando superficies por igual.
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Aquí se muestra cómo se han ido trabajando los trastes para pasarlos, en bruto, de su forma cuadrada a la forma redondeada que todos conocemos. En la foto refleja cómo ya empiezan a tener la apariencia final deseada antes del traste 12.
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Trastes definitivamente coronados, pulidos y abrillantados. Aproveché para pulir y abrillantar la cejilla, y posteriormente para eliminar todos los restos de suciedad adherida al diapasón.
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Como se puede observar, ya no hay marcas de mellas ni desgastes en los trastes.
Ahora el aspecto es el de una guitarra con trastes nuevos.
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Finalmente, encordada y quintada, y dispuesta a darlo todo allí donde haga falta.
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Y esto ha sido todo. Tengo otro hilo en el que explico, además de trastearla, cómo rectifiqué las hendiduras del diapasón.
¡Saludos!
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