Hola compañeros:
Os cuento mis problemas y mis motivaciones
Resulta que no tengo cabina de pintura y que aún me estoy terminando de hacer un compresor casero para pintar las guitarras.
Mientras tanto, las he pintado con botes de spray con nitrocelulosa.
Cada vez que pinto una guitarra casi me cuesta el divorcio, pues tengo que hacerlo en el garaje (saca dos coches) protege paredes, deja la puerta entreabierta para ventilación, peeero, entonces es cuando tu mujer viene de la compra y quiere pasar tosiendo por la nube de spray... luego querrá meter el coche, si es que no se le ocurre ese mismo dia que tiene que lavarlo...
Y este proceso se alarga varios dias, pues son muchas manos las que damos. Además sale por un pico, pues el spray es caro, muy diluido y cunde poco.
Así que he decidido pintar una guitarra “a brocha”.
Tengo experiencia en esto del manejo de la brocha pues en luthería clasica los mejunjes se dan a brocha y se acaba a muñequilla.
Como últimamente se están llevando a cabo tantos proyectos de construcción en el foro, y supongo que casi nadie tiene acceso a una cabina de pintura os voy a contar como pinto una guitarra con poliuretano monocomponente y con la que espero tener un resultado visual similar al de una guitarra pintada con pistola.
El proceso constará de tres fases: Preparación, esmaltado y lacado.
La preparación es la de siempre... Acuchillado o lijado hasta dejar la madera perfecta y sin ondulaciones (usad un taco de corcho o madera para envolverlo con la lija y no usar la mano en esta fase, podemos usar máquinas en las primeras fases siempre que acabemos a mano). Dos tres manos de tapaporos (no nitrocelulósico), con lijas con el taco cada mano un poco más fina, (acabar en 400 o 600 de gradacion para lija al agua o 220 en lija para madera) En esta ocasión yo estoy probando un tapaporos mezcla entre “pasta niveladora” e “imprimación” es una especie de aparejo que tapa muchisimos defectos, tiene color anaranjado (lo normal es que sea blanco), pero cualquier tapaporos servirá. Bien en esta parte no me extiendo pues creo que todo el mundo conoce ya la imprimación y el modo de aplicación será “similar” a como lo explicaremos para la pintura.
Esmaltado a base de poliuretano de color, si no encontrais poliuretano de colores podreis usar pintura sintética “con poliuretano”. Es importante esto de que lleve poliuretano pues evitaremos reacciones adversas en la fase de lacado al aplicar una pintura distinta encima del esmaltado. También es importante No usar pintura “brillante”, a mi particularmente no me gusta la pintura mate pues me resulta mas difícil de mover y uniformar, así que yo uso pintura satinada.
En esta fase daremos todas las manos que sean necesarias hasta conseguir tras el último lijado una superficie lisa, mate, uniforme y bien opaca (yo me calculo 3 manos, a lo sumo 4).
Es difícil teorizar sobre la aplicación de pinturas, pues dicta mucho la experiencia a la hora de mover la brocha, te habla de presiones, velocidades, posibilidad de retoques antes de que seque, cubrición, etc. Pero vamos a intentarlo.
Esta pintura tiene posibilidades de ser retocada (dar mas de una pasada sobre el mismo sitio) sin que salgan grumos (bultitos, la pintura se arruga, salen imperfecciones) pero el tiempo es bastante limitado....
Al ir secandose se espesa, y ya no podemos colocar la brocha ahí sin que se note...
Para que os hagais un calculo del tiempo que tenemos para efectuar un retoque, podriamos decir que cargamos la brocha, aplicamos pintura... recargamos brocha y cuando ya hemos cubierto la superficie correspondiente a esa “segunda carga” podremos peinar la superficie pintada con la “primera carga” pero si recargamos de nuevo y pintamos, ya no podremos retocar la superficie que pintamos primero, aunque sí la superficie de la segunda carga.
La brocha como “dosificador”... si dais un brochazo continuo en una pared, una linea de cinco metros de un solo brochazo con presión constante. Vereis que la brocha empieza a pintar poco uniformemente en los dos tres primeros centímetros, pero el trazo se engorda y se hace uniforme y la linea se define de ahí en adelante... seguimos pintando esa hipotética línea y se vuelve cada vez mas fina y menos opaca ¿ok?, si ahora hago mas presión, la linea se engorda y vuelve a definirse, parece como si hubiéramos cargado la brocha ¿no? La presión que ejerzamos con la brocha nos sirve como dosificador... jamás daremos el primer brochazo tras la carga de la brocha sobre la superficie que voy a pintar... la doy sobre un papel secante para tener el control de la “dosis” que aplico desde el primer momento y evitar chorreones.
Como se comporta la pintura en la superficie... Toda pintura tiene una “capacidad de agarre”, aunque una vez puesta sobre la superficie la podemos mover, extender, aligerar... esto es importante para saber qué podemos hacer con la brocha encima de la pintura y cómo debemos realizar los “solapes” entre carga y carga de la brocha. Podríamos decir que si nosotros damos un brochazo en el centro de un objeto, descargamos nuestra brocha sobre otra superficie y con esa brocha descargada, pintamos radios partiendo de ese primer brochazo, haciendo mas grande la mancha, estaremos extendiendo la pintura de ese primer brochazo (recordad que tenemos la brocha seca)... La pintura en esta ocasión parece comportarse como una masa de pizza, a la cual extendemos con un rodillo. Esto es un truco a tener en cuenta, pues los primeros brochazos tras la carga de la brocha, aunque la escurramos, deberán ser “extendidos” pues tendremos ahí un exceso de pintura.
Peinar la pintura es necesario. Muchos habreis pintado en mas de una ocasión y habreis observado que la capa de pintura es mas gruesa en los bordes (lo notamos al lijar con un taco, pues ahí notamos un cordón que se pone “mate” al lijar mientras que le sale un borde paralelo aún brillante pues no lo ha tocado la lija). Esto es efecto de la tensión superficial de cualquier líquido. A medida que se seca la pintura durante la aplicación, esto deja de ocurrir. Tenemos que aprovechar ese tiempo en que la pintura es aún fluída para peinarla. Al pasar la brocha vemos que la pintura se abre y va quedando como “a rayas”... si pasamos la brocha con la presión adecuada, esas rayas se unen entre ellas haciendo una superficie lisa. Eso es también gracias a la tensión superficial de la pintura. Tras la aplicación, justo al final de la carga, debemos aprovechar para hacer dos cosas importantes. Extender los bordes donde se producirá el solape con la siguiente carga y peinar la pintura para que salgan cuantas menos rayas mejor. Lo primero se hace con presión y lo segundo con pasadas suaves con el borde de la brocha.
Cada brocha, cada pintura, cada dilución de esa misma pintura, cada superficie y cada fase de secado mientras aplicamos la pintura es distinta. Es decir, la pintura nos pedirá que hagamos cosas distintas para obtener un mismo acabado. No pintaremos igual con una brocha recién sacada del aguarrás, bien limpita en la primera carga, que en la séptima carga cuando la brocha parece más embotada. Ahí poca teoría. Tan solo que debemos adaptarnos a las condiciones e ir aprendiendo en las primeras manos como se comporta el material con el que estamos trabajando.
El proceso de aplicación de pintura en esta fase atenderá a unos criterios lógicos que se derivan esas cuantas “tonteorías” que hemos dicho más arriba.
Dividiremos nuestra guitarra en tres partes: canto, frontal y espalda.
El canto será lo primero que pintemos, si el borde es redondo, consideraremos canto todo el borde redondeado (es importante para unir pintura fresca que estemos aplicando en el frontal o la espalda con la que hayamos aplicado al inicio en el canto).
Como el primer brochazo hay que extenderlo cuando la brocha esté más descargada (no es necesario que esté totalmente descargada, recordad la “tonteoría” del uso de la brocha como dosificador, si no apretamos demasiado la brocha puede considerarse descargada aunque aún tenga pintura), jamás daremos el primer brochazo en un punto donde luego no podamos extender. Así nunca empezaremos por un extremo, sino alejado de cualquier borde. Empezaremos alargando el primer (primeros) brochazos dando una pasada más larga, para que esa primera mancha gorda cargada de pintura alcance el mayor espacio posible. Luego extenderemos esa pintura dando brochazos que parten del centro de la mancha hacia arriba, hacia abajo hacia la derecha y hacia la izquierda... “ensanchando la mancha” (esto en un canto de cuatro centímetros y medio de ancho es una entelequia, pero así tenemos que procurar hacerlo). Luego extenderemos la zona que servirá de solape para que cuando demos la siguiente carga de pintura no quede ahí una capa del doble de gordo. Durante todo el proceso iremos peinando la pintura según vayamos dando por teminadas las zonas que ya están pintadas. Recordad que el tiempo es limitado para el retoque, un peinado a destiempo puede arruinarnos el acabado.
Los bordes, si os fijais en el video que os he puesto como ilustración de esta teoría... la brocha llega al borde siempre de dentro afuera y perpendicular a la silueta, en el canto como la primera mancha está tan cerca del borde el borde se pinta casi extendiendo la pintura de esa primera mancha... pero fijaros que jamás muevo la brocha desde fuera a dentro, sino siempre desde dentro a fuera. Eso no es por extender la pintura (que tambien) sino que si yo uso la brocha de fuera del canto hacia adentro, al hacer contacto con el borde nos ocasionará un bonito chorreón. El hacerlo con la brocha descargada es para dos cosas: El solape (aunque procuraremos que no haya solape entre el canto y el frontal o la espalda) y para evitar que justo en el borde de la macha de pintura aparezca el típico cordón engrosado por culpa de la tensión superficial.
Recargamos la brocha, escurrimos, damos sobre el secante y jamás de los jamases daremos el primer brochazo de esa carga unido a la zona que ya tenemos pintada, porque de lo contrario no podremos “extender” la pintura de ese nuevo “primer brochazo”... la unica diferencia con la primera carga es que aquí aprovecharemos para extender esa mancha con la brocha descargada hacia la zona de solape, la cual pintaremos dos veces (una en la carga inicial cuando ya estabamos estirando las ultima pintura y otra el estirar la pintura de la segunda carga) pero siempre con la brocha descargada. Terminaremos peinando muy bien el solape para que no se noten las uniones. En esta fase, como daremos mas de una mano, podríamos permitirnos que quedara alguna raya de peinado visible, lo que jamás podremos despistarnos y dejar acabados rugosos o que se noten los solapes al doble de grueso y chorreones.
Ahora pintaremos la trasera... Seguimos las mismas premisas... mancha alargada, alejada del borde lo suficiente como para que nos permita estirar la pintura... superficies de solape irregulares con brocha escurrida (si hacemos un solape en linea recta será mas facil que se vea). Orden mas o menos lógicos en las machas para no tener que solapar pintura fresca con otra que lleva secándose varias recargas...
Que hacer en los bordes??? Pues como la pintura del canto debe estar demasiado seca para el retoque, debemos volver a pintar siguiendo trayectoria de salida del cuerpo, procurando que sea perpendicular a la linea de la silueta, y si antes hicimos bien los bordes cuando pintamos el canto, si no hacemos el movimiento de “redondeo” del canto, sino que salimos rectos, sin que la brocha baje hacia el borde, el solape ahí será perfecto en un solo punto y sin tener que pasar la brocha sobre la pintura ya sequerona del canto.
terminado esto procedemos con el frontal, que se hace igual, pero consideremos "borde" cualquier ruteado, hueco de pastillas, puente, mastil o pote. ¿ok?
Tengo un video pésimo de esta primera fase de pintura, pero como mi cámara solo graba cuatro minutos y pintando no se puede parar... se muestra solo como se ha pintado el canto y la mitad de la trasera...
Pero ahí podreis ver el manchado, el estirado... la trayectoria de salida (y nunca de entrada) de la brocha al llegar a los bordes, el peinado y el modo de preparar los solapes siempre al final de la carga y como solapar cuando la pintura nos dice que está en condiciones para hacerlo.
Seguiremos mas adelante con las siguientes fases.
Os cuento mis problemas y mis motivaciones
Resulta que no tengo cabina de pintura y que aún me estoy terminando de hacer un compresor casero para pintar las guitarras.
Mientras tanto, las he pintado con botes de spray con nitrocelulosa.
Cada vez que pinto una guitarra casi me cuesta el divorcio, pues tengo que hacerlo en el garaje (saca dos coches) protege paredes, deja la puerta entreabierta para ventilación, peeero, entonces es cuando tu mujer viene de la compra y quiere pasar tosiendo por la nube de spray... luego querrá meter el coche, si es que no se le ocurre ese mismo dia que tiene que lavarlo...
Y este proceso se alarga varios dias, pues son muchas manos las que damos. Además sale por un pico, pues el spray es caro, muy diluido y cunde poco.
Así que he decidido pintar una guitarra “a brocha”.
Tengo experiencia en esto del manejo de la brocha pues en luthería clasica los mejunjes se dan a brocha y se acaba a muñequilla.
Como últimamente se están llevando a cabo tantos proyectos de construcción en el foro, y supongo que casi nadie tiene acceso a una cabina de pintura os voy a contar como pinto una guitarra con poliuretano monocomponente y con la que espero tener un resultado visual similar al de una guitarra pintada con pistola.
El proceso constará de tres fases: Preparación, esmaltado y lacado.
La preparación es la de siempre... Acuchillado o lijado hasta dejar la madera perfecta y sin ondulaciones (usad un taco de corcho o madera para envolverlo con la lija y no usar la mano en esta fase, podemos usar máquinas en las primeras fases siempre que acabemos a mano). Dos tres manos de tapaporos (no nitrocelulósico), con lijas con el taco cada mano un poco más fina, (acabar en 400 o 600 de gradacion para lija al agua o 220 en lija para madera) En esta ocasión yo estoy probando un tapaporos mezcla entre “pasta niveladora” e “imprimación” es una especie de aparejo que tapa muchisimos defectos, tiene color anaranjado (lo normal es que sea blanco), pero cualquier tapaporos servirá. Bien en esta parte no me extiendo pues creo que todo el mundo conoce ya la imprimación y el modo de aplicación será “similar” a como lo explicaremos para la pintura.
Esmaltado a base de poliuretano de color, si no encontrais poliuretano de colores podreis usar pintura sintética “con poliuretano”. Es importante esto de que lleve poliuretano pues evitaremos reacciones adversas en la fase de lacado al aplicar una pintura distinta encima del esmaltado. También es importante No usar pintura “brillante”, a mi particularmente no me gusta la pintura mate pues me resulta mas difícil de mover y uniformar, así que yo uso pintura satinada.
En esta fase daremos todas las manos que sean necesarias hasta conseguir tras el último lijado una superficie lisa, mate, uniforme y bien opaca (yo me calculo 3 manos, a lo sumo 4).
Es difícil teorizar sobre la aplicación de pinturas, pues dicta mucho la experiencia a la hora de mover la brocha, te habla de presiones, velocidades, posibilidad de retoques antes de que seque, cubrición, etc. Pero vamos a intentarlo.
Esta pintura tiene posibilidades de ser retocada (dar mas de una pasada sobre el mismo sitio) sin que salgan grumos (bultitos, la pintura se arruga, salen imperfecciones) pero el tiempo es bastante limitado....
Al ir secandose se espesa, y ya no podemos colocar la brocha ahí sin que se note...
Para que os hagais un calculo del tiempo que tenemos para efectuar un retoque, podriamos decir que cargamos la brocha, aplicamos pintura... recargamos brocha y cuando ya hemos cubierto la superficie correspondiente a esa “segunda carga” podremos peinar la superficie pintada con la “primera carga” pero si recargamos de nuevo y pintamos, ya no podremos retocar la superficie que pintamos primero, aunque sí la superficie de la segunda carga.
La brocha como “dosificador”... si dais un brochazo continuo en una pared, una linea de cinco metros de un solo brochazo con presión constante. Vereis que la brocha empieza a pintar poco uniformemente en los dos tres primeros centímetros, pero el trazo se engorda y se hace uniforme y la linea se define de ahí en adelante... seguimos pintando esa hipotética línea y se vuelve cada vez mas fina y menos opaca ¿ok?, si ahora hago mas presión, la linea se engorda y vuelve a definirse, parece como si hubiéramos cargado la brocha ¿no? La presión que ejerzamos con la brocha nos sirve como dosificador... jamás daremos el primer brochazo tras la carga de la brocha sobre la superficie que voy a pintar... la doy sobre un papel secante para tener el control de la “dosis” que aplico desde el primer momento y evitar chorreones.
Como se comporta la pintura en la superficie... Toda pintura tiene una “capacidad de agarre”, aunque una vez puesta sobre la superficie la podemos mover, extender, aligerar... esto es importante para saber qué podemos hacer con la brocha encima de la pintura y cómo debemos realizar los “solapes” entre carga y carga de la brocha. Podríamos decir que si nosotros damos un brochazo en el centro de un objeto, descargamos nuestra brocha sobre otra superficie y con esa brocha descargada, pintamos radios partiendo de ese primer brochazo, haciendo mas grande la mancha, estaremos extendiendo la pintura de ese primer brochazo (recordad que tenemos la brocha seca)... La pintura en esta ocasión parece comportarse como una masa de pizza, a la cual extendemos con un rodillo. Esto es un truco a tener en cuenta, pues los primeros brochazos tras la carga de la brocha, aunque la escurramos, deberán ser “extendidos” pues tendremos ahí un exceso de pintura.
Peinar la pintura es necesario. Muchos habreis pintado en mas de una ocasión y habreis observado que la capa de pintura es mas gruesa en los bordes (lo notamos al lijar con un taco, pues ahí notamos un cordón que se pone “mate” al lijar mientras que le sale un borde paralelo aún brillante pues no lo ha tocado la lija). Esto es efecto de la tensión superficial de cualquier líquido. A medida que se seca la pintura durante la aplicación, esto deja de ocurrir. Tenemos que aprovechar ese tiempo en que la pintura es aún fluída para peinarla. Al pasar la brocha vemos que la pintura se abre y va quedando como “a rayas”... si pasamos la brocha con la presión adecuada, esas rayas se unen entre ellas haciendo una superficie lisa. Eso es también gracias a la tensión superficial de la pintura. Tras la aplicación, justo al final de la carga, debemos aprovechar para hacer dos cosas importantes. Extender los bordes donde se producirá el solape con la siguiente carga y peinar la pintura para que salgan cuantas menos rayas mejor. Lo primero se hace con presión y lo segundo con pasadas suaves con el borde de la brocha.
Cada brocha, cada pintura, cada dilución de esa misma pintura, cada superficie y cada fase de secado mientras aplicamos la pintura es distinta. Es decir, la pintura nos pedirá que hagamos cosas distintas para obtener un mismo acabado. No pintaremos igual con una brocha recién sacada del aguarrás, bien limpita en la primera carga, que en la séptima carga cuando la brocha parece más embotada. Ahí poca teoría. Tan solo que debemos adaptarnos a las condiciones e ir aprendiendo en las primeras manos como se comporta el material con el que estamos trabajando.
El proceso de aplicación de pintura en esta fase atenderá a unos criterios lógicos que se derivan esas cuantas “tonteorías” que hemos dicho más arriba.
Dividiremos nuestra guitarra en tres partes: canto, frontal y espalda.
El canto será lo primero que pintemos, si el borde es redondo, consideraremos canto todo el borde redondeado (es importante para unir pintura fresca que estemos aplicando en el frontal o la espalda con la que hayamos aplicado al inicio en el canto).
Como el primer brochazo hay que extenderlo cuando la brocha esté más descargada (no es necesario que esté totalmente descargada, recordad la “tonteoría” del uso de la brocha como dosificador, si no apretamos demasiado la brocha puede considerarse descargada aunque aún tenga pintura), jamás daremos el primer brochazo en un punto donde luego no podamos extender. Así nunca empezaremos por un extremo, sino alejado de cualquier borde. Empezaremos alargando el primer (primeros) brochazos dando una pasada más larga, para que esa primera mancha gorda cargada de pintura alcance el mayor espacio posible. Luego extenderemos esa pintura dando brochazos que parten del centro de la mancha hacia arriba, hacia abajo hacia la derecha y hacia la izquierda... “ensanchando la mancha” (esto en un canto de cuatro centímetros y medio de ancho es una entelequia, pero así tenemos que procurar hacerlo). Luego extenderemos la zona que servirá de solape para que cuando demos la siguiente carga de pintura no quede ahí una capa del doble de gordo. Durante todo el proceso iremos peinando la pintura según vayamos dando por teminadas las zonas que ya están pintadas. Recordad que el tiempo es limitado para el retoque, un peinado a destiempo puede arruinarnos el acabado.
Los bordes, si os fijais en el video que os he puesto como ilustración de esta teoría... la brocha llega al borde siempre de dentro afuera y perpendicular a la silueta, en el canto como la primera mancha está tan cerca del borde el borde se pinta casi extendiendo la pintura de esa primera mancha... pero fijaros que jamás muevo la brocha desde fuera a dentro, sino siempre desde dentro a fuera. Eso no es por extender la pintura (que tambien) sino que si yo uso la brocha de fuera del canto hacia adentro, al hacer contacto con el borde nos ocasionará un bonito chorreón. El hacerlo con la brocha descargada es para dos cosas: El solape (aunque procuraremos que no haya solape entre el canto y el frontal o la espalda) y para evitar que justo en el borde de la macha de pintura aparezca el típico cordón engrosado por culpa de la tensión superficial.
Recargamos la brocha, escurrimos, damos sobre el secante y jamás de los jamases daremos el primer brochazo de esa carga unido a la zona que ya tenemos pintada, porque de lo contrario no podremos “extender” la pintura de ese nuevo “primer brochazo”... la unica diferencia con la primera carga es que aquí aprovecharemos para extender esa mancha con la brocha descargada hacia la zona de solape, la cual pintaremos dos veces (una en la carga inicial cuando ya estabamos estirando las ultima pintura y otra el estirar la pintura de la segunda carga) pero siempre con la brocha descargada. Terminaremos peinando muy bien el solape para que no se noten las uniones. En esta fase, como daremos mas de una mano, podríamos permitirnos que quedara alguna raya de peinado visible, lo que jamás podremos despistarnos y dejar acabados rugosos o que se noten los solapes al doble de grueso y chorreones.
Ahora pintaremos la trasera... Seguimos las mismas premisas... mancha alargada, alejada del borde lo suficiente como para que nos permita estirar la pintura... superficies de solape irregulares con brocha escurrida (si hacemos un solape en linea recta será mas facil que se vea). Orden mas o menos lógicos en las machas para no tener que solapar pintura fresca con otra que lleva secándose varias recargas...
Que hacer en los bordes??? Pues como la pintura del canto debe estar demasiado seca para el retoque, debemos volver a pintar siguiendo trayectoria de salida del cuerpo, procurando que sea perpendicular a la linea de la silueta, y si antes hicimos bien los bordes cuando pintamos el canto, si no hacemos el movimiento de “redondeo” del canto, sino que salimos rectos, sin que la brocha baje hacia el borde, el solape ahí será perfecto en un solo punto y sin tener que pasar la brocha sobre la pintura ya sequerona del canto.
terminado esto procedemos con el frontal, que se hace igual, pero consideremos "borde" cualquier ruteado, hueco de pastillas, puente, mastil o pote. ¿ok?
Tengo un video pésimo de esta primera fase de pintura, pero como mi cámara solo graba cuatro minutos y pintando no se puede parar... se muestra solo como se ha pintado el canto y la mitad de la trasera...
Pero ahí podreis ver el manchado, el estirado... la trayectoria de salida (y nunca de entrada) de la brocha al llegar a los bordes, el peinado y el modo de preparar los solapes siempre al final de la carga y como solapar cuando la pintura nos dice que está en condiciones para hacerlo.
Seguiremos mas adelante con las siguientes fases.