Cuando convencí a mis padres de que estaba listo para una guitarra eléctrica, llegué a la tienda y la tenían exhibida, no fue la que más me gustó, sinceramente, o la que hubiera deseado, sino que fue para lo que me alcanzó. Recuerdo que había también una Les Paul china de marca desconocida que me agrado muchísimo más que esa Ibanez, pero se me iba de mi mísero presupuesto. En aquel entonces, todo un neófito yo, no tenía idea de marcas o tipos de guitarra, no sabía que era Ibanez, y mucho menos me imaginaba que existían guitarras que costaban 10 o hasta 100 veces más de lo que yo pague por esa escoba con cuerdas, jaja...
Era un paquete que traía la guitarra, funda, amplificador, plumillas y un VHS instruccional (que viejo se lee eso), que me costó en ese entonces unos 100 euros, que por cierto liquidé en dos pagos.
A pesar de que, en retrospectiva, era una guitarra a mi gusto bastante mala, la use un buen rato, aprendí mucho con ella (que no gracias a ella), quise en algún tiempo repintarla y/o cambiarle pastillas, cosas que sólo quedaron como ideas muy remotas. Un tiempo toqué mucho, me acompañó cuando tuve que dejar el hogar familiar para ingresar a la facultad a estudiar mi carrera profesional, y tuve muchos bolos con ella en mi época más descontrolada. En algún momento la quise vender pero termine quedándome con ella, dandole su retiro nada más, y por ahí sigue, en su funda en algún lugar en la casa de mis padres.