Yo mismo me he sentido identificado en algún momento de la película, ya que soy músico y lo soy desde hace 12 años, aunque ni por asomo he estudiado en un sitio como el que plantea la película: un conservatorio elitista (ficticio, por cierto) donde el profesor lleva al límite a sus alumnos (actuación soberbia por parte de J. K. Simmons, que hasta logró agobiarme el hijo puta)
La película ha servido para abrirme un poquito más los ojos, aunque prácticamente todo lo que se ve ya me lo suponía o lo conocía. El camino de la música es (en mi opinión) uno de los más duros, y hablo de músicos, no de estrellitas fugaces del pop.
Creo que la música y tu trayectoria a través de ella se puede dividir en dos grandes caminos:
-Por un lado el camino de la interpretación.
-Y por otro lado el camino de la creatividad.
En el ámbito de la interpretación encontramos a los estudiantes de música clásica o jazz. Los músicos intérpretes se limitan a leer la partitura, sin poder desarrollar apenas creatividad. Un intérprete se limita a lo que pone en la partitura; aunque también comentar, que en obras barrocas se permite (más bien exige) al intérprete, adornar un poco la obra, siempre y cuando cumpliendo determinadas normas y solo en ciertas secciones; y eso, sigue siendo una gran limitación. Y para poder ejecutar algunas obras hay que alcanzar una técnica y limpieza de ejecución muy elevadas.
Estos músicos vendrían a ser algo así como deportistas de élite (obviamente hay diferencias, pero me refiero a lo que es la práctica y la superación). Un deportista busca la perfección; batir una marca inalcanzable y llevar su cuerpo al extremo, a veces hasta poder sobrepasarlo. Un deportista de élite, si está un tiempo sin hacer ejercicio le cuesta recuperar el nivel. A un músico le ocurre exactamente lo mismo. De hecho ambos deben calentar antes de entrenar o ensayar.
Un músico se encierra en una habitación (como puede verse en la película) y se tira horas y horas tocando, algunos hasta que sangran y no pueden más. Aunque tenga que repetir dos compases, lo hace una y otra vez hasta que sale a la perfección; y no solo eso, si lo tienes que repetir 100 veces lo haces, y si te equivocas a la de 99, vuelves a repetir de nuevo hasta hacer las 100.
Luego tenemos el camino de la creatividad, donde el músico crea música, o la transforma. Aquí encontramos principalmente a los compositores y arreglistas.
En mi caso, tengo claro el camino que quiero seguir, pero más que nada lo que deseo es un equilibrio. En la vida, todo lo excesivo es malo, y estar 18 horas diarias tocando (o entrenando), sin salir, sin vida social, sin amigos, sin pareja; llega un momento en que ni duermes ni tienes hambre y solo piensas en aquello que haces, hasta volverse una obsesión. ¿Por qué muchos de los grandes genios de la música han acabado mal de la cabeza, drogadictos y/o repudiados por la sociedad? Porque no hallan un equilibrio.
Claro, que si no fuera por ese sacrificio y esa dedicación, no habrían llegado a donde están, pero el precio a pagar puede serlo todo, incluso tu propia vida. Aunque tenemos casos de músicos de leyenda que no llegaron a esos extremos ¿Acaso Jimmi Hendrix se mataba a tocar la guitarra buscando rapidez en la ejecución y limpieza técnica? No lo creo, además sus conocimientos de teoría musical eran nulos, y ahora, ¿Quién no le conoce? Y aún así no pasó a la historia por su virtuosismo, sino porque innovó.
La película plantea un poco el hecho de que si quieres destacar y llegar a ser el mejor debes ponerle todo el empeño y la pasión del mundo, aunque eso conlleve hacer grandes sacrificios.
Y he aquí mi reflexión: creo que no hay que pretender ser el mejor, sino ser único en lo que haces. Innovar. Crear. Inventar.
Obviamente la práctica es necesaria, pero la vida no hay que tomársela como una competición constante. Quizá un día decides salirte del mismo camino por el que muchos transitan como si fuera una carrera donde adelantas o eres adelantado; y de pronto descubres una nueva ruta con otro posible destino donde incluso puede que llegues a destacar más fácilmente ya que la mayoría va por otro lado. Y esto creo que se puede extrapolar a muchos ámbitos de la vida.
Un saludo.